Estrechas caderas

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Los pensamientos de Bakugō no dejaron de dirigirse a lo bien que se veía su compañero recostado sobre la cama con su estómago hinchado con su bebé creciendo en su acogedor útero. Los encuentros carnales se redujeron a lo mucho 3 veces por mes o incluso una sola vez al mes por respetar la comodidad de su esposo que no tenía ningún indicio de el libido elevado como en otras cosas de hombres embarazados; había investigado lo suficiente como para haberlo anhelado un poco. Un Eijirō cachondo con las ganas insaciables de que lo jodieran contra las sábanas por largas horas se volvió un deseo bajo de querer complacerlo.

Pero de nuevo, Eijirō parecía cada vez menos capaz de soportar su polla que no fuera solo dos rondas antes de que sintiera sueño y dejará colgado a Bakugō con su miembro duro e incomodas ganas de joder algo. La  imagen creada a partir de los recuerdos de la tierna carne en tonos rojizos mezclada con su carga desbordante deslizándose hacia abajo hasta perderse entre los bonitos y llenos muslos calentaba su sangre hacia el sur. Suspiro de impotencia y culpabilidad por pensar en sexo la mayoría del tiempo cuando su dulce esposo apenas tenía energías para el día a día.

Retrajo las manos que le hormigueaban para frotar las caderas de Eijirō mientras dormía felizmente solo con la sábana cubriendo su desnudes luego de su primer orgasmo nocturno. Se obligó a relajarse y apartar su atención del cuerpo cálido pero con rapidez comenzaron a surgir otros pensamientos. Estaba siendo torturado por su propia mente; pero el interior de Kirishima era tan gomoso, húmedo y resbaladizo que su pene se deslizaba con muchísima facilidad  que lo llenaba con su semilla hasta desbordar alrededor de su miembro creando un anillo blanquecino con la mezcla de sus fluidos corporales en la base del pene.

─Suki'─la voz un poco entrecortada de su esposo lo saco de su confusa y caótica mente ─¿Que sucede?

En la oscura habitación solo vio la silueta de Kirishima acercándose a él ambos acostados en la cama. Hacia un tiempo luego de bajar de su orgasmo Eijirō procedió a dormir con aparente profundidad porque no movió ni un músculo durante la parte de cuidado posterior a su orgasmo. No lo vistió porque sabría que se sentiría sofocado durante la noche y se quitaría las prendas para quedar desnudo.

─Solo pensando─contra su pesar y la tentación frente suyo se encargo de acurrucar a su esposo en sus brazos evitando que las manos traviesas de sus pelirrojo alborota sus hormonas─pensando en lo hermoso que eres y en lo malo que debió ser mi vida pasada como para tenerte de recompensa en esta vida. Un regalo maravilloso y por supuesto a nuestro pequeño bollo al vapor─esta vez si deleitó al tacto poder frotar la pancita de su esposo con ambas manos acostados de lado.

Eijirō río feliz de escuchar las dulces palabras, Bakugō siempre lo hizo feliz y amaba tanto a ese hombre. Pero entonces entre las bonitas sensaciones que experimento su cuerpo noto algo mas que tocaba su parte trasera. Oh, al parecer su esposo estaba duro probablemente aguantando la erección hasta que se calmara por si sola para su comodidad; se dio cuenta que todos sus síntomas de embarazo los comenzó a compartir. Primero fueron los antojos de media noche y su Katsuki muy gustoso consiguió lo que quería sin chistar posterior a eso, medio mes después que los antojos se fueron Bakugo comenzó a comer cosas muy raras, luego las náuseas y finalmente ahora parecía haber señales del libido alto donde había sentido tantas ganas de que Katsuki lo jodiera rico contra el colchón... Ahora precia que incluso robo su libido insaciable y siendo el caballero que era su esposo se guardo para si mismo ese detalle.

Distraído como se encontraba Katsuki frotando su estómago y llenándolo de palabras hermosas de amor para sus oídos, sorprendió a su esposo cuando una de sus manos acaricio la dura carne a través de la ropa interior.

─Ei, cariño no es necesario─con la voz tensa trato de apartar la mano de su esposo lejos de su pene. Por fortuna alcanzo dicha mano traviesa y la apartó para llevarla a sus labios donde dejó un suave besos sobre sus nudillos─te amo─susurro sin soltar la mano dejando otros besos y después sujetar ambos manos ajenas contra las suya en el tibio vientre de Kirishima.

─Pero, Katsuki ─se removió inconforme y empujó su culo hacia atrás para conseguir  un ligero frote que al instante Bakufo retrajo sus caderas.

─Solo duerme Eijirō...

─No puedo dormir si mi esposo necesita descargarse ─escucho una risa a su espaldas y un poco indignado se removió más.

─Oh, corazón. Esto solo es temporal, en pocos meses volverás estar lleno hasta desbordar y nadie podrá evitarlo. Tómalo como un descanso...

─Al menos déjame calentar tu polla, me gusta sentir a mi esposo y estar lleno de él

Esto no era lo que tenía planeado cuando decidió ser un poco boca floja con sus ensoñaciones─¿Quieres calentar la polla de tu marido?

─Me encanta, s-solo de mi marido─estaba consciente que esas no eran palabras como que dejara salir tan ala ligera ya sea por vergüenza o porque no sentía que fuera correcto mencionar tales palabras. Pero ahora estaba embarazado y muchas cosas cambiaron de perspectiva gracias a eso, además que a su esposa rubio amaba esa parte descarada de él.

Hubo una respiración pesada justo arriba de su oído derecho junto a un silencio profundo que le hizo pensar que todo lo que había dicho había sido su imaginación. Y luego Bakufo lo tomo comfirmeza de la mandíbula otorgándole un besos abrazador que lo derritió entre en pecho de su esposo; movió sus piernas sintiendo la suavidad de las sábanas siendo mucho más consciente de su alrededor como si el beso hubiese maximizado sus sentidos. Katsuki se bebió cada gemido de Eijirō cuando profundizó el beso al tiempo que con la mano derecha guiaba su pene hacia el interior cálido que le daría la bienvenida.

Entre el beso Bakugō no pudo evitar soltar un ligero alarido de placer cuando su miembro finalmente pudo deslizarse sin problema todo el camino hasta el fondo. Su esposo se amoldo como una pieza de rompecabezas en sus brazos mientras el calor crepitaba dentro de su pecho al ver tan ido a Kirishima solo por mamterlo dentro.

Presión y calidez justa para mandar su libido hasta arriba.

─Deja de hacer eso, Kirishima ─el nombrado solo se rió con aparente inocencia─no lo vas a conseguir, cariño mío.

─No estoy haciendo nada, esposo

Bakugō gimió de nuevo respirando con dificultad, quizá no fue buena idea incentivar a su esposa a hacer algo como esto. Dios lo ayudará en estos cuatro meses restantes.

─¡Joder!─vocifero sin aliento dejando salir su carga pesada en Eijirō. Hubo una pausa y luego agrego─obtendré mi venganza por esto, Ei.

¡Aquí no! BKKRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora