𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐨 𝐞𝐧𝐟𝐞𝐫𝐦𝐨 - 𝐖𝐢𝐥𝐥𝐦𝐢𝐤𝐞.

02

✩ "Reencuentro 2. "

— ¿Mikey? ¡Mikeyy! — Aquel eco sonó, una voz aguda se escuchaba. El muchacho lentamente abrió los ojos, quedando entrecerrados, aún veía borroso, pero pudo distinguir una pequeña silueta.

Reconoció la figura de una pequeña niña que se veía nublosa, pero sabía quién era ella por sus cabellos rubios y la ropa que pudo distinguir en los colores a través de lo borroso, sus parpados seguían pesados, estaba aún confuso y apenas iba recuperando consciencia, mientras la pequeña lo llamaba por su nombre.

— ¡Mikey, despierta! — Exclamó la menor mientras movía a su hermano suavemente para que este reaccionara, Michael soltó un leve gemido, finalmente logrando recuperar algo de fuerzas y se levantó lentamente del suelo, la pequeña dejó al muchacho levantarse y la menor se levantó más rápido para ayudar al pobre.

— ¿Elizabeth? Qué.. ¿Qué pasó? — Preguntó confundido mientras terminaba de enderezarse con ayuda de la niña, esta lucía preocupada por el chico.

— Fui a buscarte a tu habitación, pero no estabas, cuando iba caminando noté la puerta del baño abierta y te vi ahí tirado. — Explicó mientras miraba a su hermano, que este aún estaba procesando todo y se sobaba la cabeza con suavidad.

El dolor era muy fuerte para Michael, dolía un puto infierno que hasta sentía la cabeza latir, la rubia de ojos verdes se preocupó mucho por las reacciones de su hermano, ni siquiera entendía como pudo terminar ahí tirado en el baño, cuando vio los ojos del muchacho, notó algo extraño en ellos, por lo que esta le preguntó.

— ¿Qué le pasó a tus ojos, Mikey? Se ven de un color purpura.. — Michael cuando escuchó las palabras de su hermana dejó de lado el dolor de cabeza y se volteó a mirarse al espejo.

Cuando se observó, algo había pasado también con su disco ilusorio, ¿había desaparecido? Quizás cuando se cayó, se desactivó o solamente se perdió misteriosamente como suele pasar con las cosas pequeñas. Pero eso ya no importaba, cuando vio su reflejo, se percató de que sus ojos estaban del color que mencionó su hermana, pero eran un purpura oscuro, otro detalle que vio, fue que su piel había recuperado su color natural, pero uno muy pálido, ya no era morada, no lucía podrida, Elizabeth también se le hizo raro, no sabía que le estaba pasando a su hermano y le preocupaba, pero también sorprendía, es imposible que su piel haya dejado de ser un color purpura de un día para otro, ya que ella desde un principio no vio el disco ilusorio puesto en Michael cuando lo encontró en el suelo. Su hermano es importante para ella, ahora mismo deseaba que no fuese nada malo, no estaba segura de que podría ser un milagro repentino o arte de magia, pero no podría ser real. No quería perderlo, la había ayudado después de lo que pasó en el fuego, seguían en este mundo y no sabían porqué, era demasiado raro, las cosas que les habían pasado eran cuestionables y de muchas preguntas sin respuestas lógicas. Pero aún así buscarían la manera de poder descansar en paz y terminar de morir, ya no tenían más propósitos en la vida. El joven dejó de ver su reflejo, tenía la sensación de sentirse más vivo, eso era nuevo para él, hace años había olvidado aquel sentimiento. Mientras tanto que su hermana, aún preocupada, tomó la decisión de cuidar a su hermano por hoy y asegurarse de que estuviera bien, era muy importante para ella y haría lo que fuera para devolverle todo el favor que le hizo Michael durante los años, ya que se notaba que el chico estaba confundido y trataba de procesar lo que pasaba.

— ¿Qué te parece si mejor te vas a acostar? Te acompaño, debes estar muy cansado y noto que muy adolorido. — Dijo la pequeña mientras su hermano dio su atención a ella, asintiendo con la idea.

La rubia con su diminuta mano, tomó la de su hermano mayor y lo condujo hacia las escaleras, aún a Mike le dolía la cabeza, pero se aguantó el dolor porque hay cosas peores que un dolor de cabeza, como aguantar el dolor de tus órganos ser sacados por tu propia hermana con un payaso de animatronico.