୨♡୧ 02; Malditas Cervezas.

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- ¿Está todo bien, joven Song?

Song Mingi sentía cómo el agua de la ducha aún goteaba por su cuerpo, abandonando su cabello para deslizarse por su cuello y continuar el recorrido por su firme espalda. Esa mañana había dormido a sus anchas y ahora se encontraba sentándose solo a la mesa, mientras su cabello negro se encargaba de humedecer su rostro y parte de la camiseta blanca estampada que había adquirido en Francia en uno de sus últimas huídas al extranjero. Tomó unas cuantas frutas cortadas y se las metió a la boca, vertiéndose luego el agua con infinitos cubos de hielo. Siempre tenía que desayunar este tipo de estupideces.

- Eso creo – observó cómo la anciana se disponía a limpiar parte de la sala - ¿Mis padres ya se largaron, verdad?

La mujercita continuó su labor sin mirarle a los ojos.

- Sus padres salieron esta misma mañana y su hermana también, aunque dijo que no demoraría en volver.

- ¿Y qué pasó con todo el personal? No veo a nadie, ¿se han tomando el día libre?

- Su madre nos está volviendo a dar el fin de semana libre, joven Song. Solo hemos quedado en casa HongJoong y yo.

Mingi abandonó las jodidas frutas y empezó a verificar todos sus nuevos mensajes. Había cincuenta mensajes más, pero todos eran más de la misma mierda.

-¿HongJoong? – cuestionó, moviendo sus dedos en la pantalla de su Iphone.

-Sí, el bueno de HongJoong tampoco quiso marcharse, porque le es difícil volver a su pueblo y es mejor para él estar...

Había dicho bueno, así que no cabía duda de quién estaba hablando.

- ¿Qué edad tiene HongJoong? – interrumpió con voz calmada, enviando unos diez mensajes a la vez - ¿Es mi menor, no?

- Él tiene diecinueve años, joven, usted es mayor por cuatro años.

- Oh, vaya, sí lo había notado. ¿HongJoong está aquí, entonces?

Deslizó un cubo de hielo del vaso hasta su boca, atrapándolo entre los dientes.

- Sí, HongJoong está aquí en casa.

- ¿Y qué está haciendo ahora? No lo veo mucho por aquí, ¿solo se encarga de lavar los platos o qué?

Platos. El solo haberlos mencionado le hizo recordar lo sucedido el día anterior. El hielo punzó en su garganta y no pudo evitar toser, ¡al demonio con el puto hielo!

- No, él se encarga de todo también... ahora está ordenando la biblioteca del señor.

- Vaya, cuánto trabajo – se levantó del asiento, estirando sus músculos todo lo posible – Sabe, voy a hacer una reunión en la noche, solo quería avisarle.

⸺ ♥︎ Inocencia pasional .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora