Ships de mi salón ☠️✅️

Aylin x Edu

Era una mañana soleada en el pequeño pueblo de San Lorenzo, donde las calles empedradas y las casas de colores pastel daban un aire de tranquilidad. En medio de ese ambiente apacible, dos almas destinadas a encontrarse, Aylin y Edu, se cruzaron por primera vez en la plaza del pueblo.

Aylin era una joven artista, de cabello oscuro y ojos chispeantes que transmitían toda su pasión por la vida. Siempre llevaba consigo un cuaderno de bocetos y un estuche repleto de lápices de colores, listos para dar vida a sus inspiraciones.

Edu, por su parte, era un joven estudiante de música. Con una sonrisa amable y una guitarra en la espalda, se ganaba el corazón de todos con su música. Siempre encontraba el momento para tocar una melodía y regalar alegría a quienes lo rodeaban.

Un día, en el mercado del pueblo, mientras Aylin dibujaba una escena callejera, Edu se acercó curioso. "Disculpa, ¿puedo ver lo que estás dibujando?" preguntó, con su voz suave y cálida. Aylin levantó la mirada y se encontró con aquellos ojos verdes que parecían mirar directamente a su alma. "¡Claro!" respondió con una sonrisa, ofreciéndole el cuaderno.

Desde ese momento, comenzaron a verse con frecuencia. Edu llevaba su guitarra a los parques donde Aylin pintaba, y juntos creaban una armonía única entre música y arte. Se contaban historias, se reían y compartían sueños.

En una tarde dorada de verano, mientras el sol se ocultaba en el horizonte, Aylin confesó tímidamente: "Tus melodías me inspiran tanto, Edu. Eres como la música hecha persona." Edu sonrió con dulzura y le respondió: "Y tus dibujos son como ventanas a mundos de ensueño. Nunca había conocido a alguien tan talentoso y hermoso como tú."

Los días pasaron, y su amistad se convirtió en un lazo fuerte e inquebrantable. Edu ayudó a Aylin a superar sus momentos de inseguridad, y ella le brindó apoyo cuando sentía que la música ya no fluía en él. Juntos, se complementaban de una manera mágica.

Pero, con el paso del tiempo, ambos comenzaron a sentir algo más. Sus corazones latían con fuerza cuando estaban juntos, y sus miradas se perdían en el brillo de los ojos del otro. Era como si una poderosa fuerza del destino los hubiera unido para que sus almas se encontraran.

Una tarde, mientras paseaban por el parque, Edu tomó valor y miró a Aylin con ternura. "Hay algo que quiero decirte, Aylin", dijo con voz temblorosa. "Desde el momento en que te vi, supe que eras especial. Me haces sentir cosas que nunca antes había sentido. No puedo imaginarme la vida sin ti."

El corazón de Aylin latía desbocado mientras escuchaba las palabras de Edu. "Yo también siento lo mismo, Edu", admitió con voz suave. "Eres el chico más increíble que he conocido. Cada momento contigo es mágico, y no puedo negar lo que hay entre nosotros."

Sin pensarlo más, se tomaron de las manos y se fundieron en un cálido abrazo. Los dos sabían que habían encontrado el amor en el lugar menos esperado, y que su conexión era tan fuerte que nada podría separarlos.

A partir de ese día, Aylin y Edu se convirtieron en inseparables. Sus risas y complicidad eran contagiosas, y todos a su alrededor podían ver lo perfectos que eran el uno para el otro. Juntos, enfrentaron los desafíos que la vida les presentaba y se apoyaron mutuamente en cada paso del camino.

Una noche, bajo un cielo estrellado, Edu llevó a Aylin a la cima de una colina. Con una sonrisa nerviosa, sacó una pequeña caja de su bolsillo y se arrodilló frente a ella. "Aylin, eres mi inspiración, mi amor verdadero. ¿Te gustaría hacerme el honor de ser mi compañera de vida, de pintar juntos el lienzo de nuestra historia?"

Las lágrimas de emoción brotaron en los ojos de Aylin mientras asentía. "Sí, sí, mil veces sí", exclamó. "Eres mi melodía perfecta, mi musa eterna. No puedo esperar para compartir el resto de mi vida contigo."

Y así, entre risas, lágrimas y promesas de amor eterno, Aylin y Edu sellaron su amor con un dulce beso. El pueblo de San Lorenzo celebró la unión de dos almas que encontraron su refugio el uno en el otro. Juntos, continuaron creando obras de arte y música, pero esta vez, como un equipo inseparable que llevaba en su corazón la melodía perfecta del amor.

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Ya me andan funando en colegio 🗿