EXTRA I: NO TOQUES MI PUERTA (Obsidian)

95 16 0
                                    

Maldije entre dientes, presionando la frente contra el frío cristal de la ventana.

Esto no iba a acabar bien. De ninguna manera en el infierno.

Durante todos estos años, la casa de al lado se había quedado vacía, y ahora teníamos vecinos. Un adolescente. Genial. Yeji iba a estar encima de él como lapas en el casco —un crujiente casco que había visto días mejores.

Y nadie podía resistirse a mi hermana. Era una maldita bola de sol.

Obligándome a permanecer lejos de la ventana, bostecé mientras me frotaba la mano a lo largo de la mandíbula. Podría ser peor, decidí. Nuestro nuevo vecino podría ser tipo idiota o una chica hueca. Entonces, tendría que encerrar a Yeji en su habitación.

O por lo menos alguien que fuese totalmente insoportable. Eso hubiese sido útil, pero oh, no, él tenía un aspecto increíble.

Con un movimiento de mano, encendí la televisión y navegué a través de los canales hasta que encontré una repetición de los Cazadores Paranormales. Había visto este episodio antes, pero siempre era divertido ver a los humanos salir corriendo porque creían haber visto algo brillante. Holgazaneé en el sofá con las piernas sobre la mesita de café y traté de olvidar al chico con las piernas bronceadas y un culo asesino.

Lo había visto cuatro veces antes de hoy.

Tres veces el día que se mudó. Estuvo cargando cajas que parecía que pesaban más que él. Tres veces yo había hecho algo tan estúpido que deberían dispararme.

Lo ayude.

Seguro, él no sabía que yo disminuí el peso de las cajas para que no se le cayeran encima, pero no debería haberlo hecho. Lo sabía.

Una vez ayer, corrió hacia el sedán y sacó una pila de libros del coche. Su cara se había iluminado con una gran sonrisa, como si la torre inclinada de libros fuera en realidad un millón de dólares.

Era todo muy —no lindo. ¿En qué demonios estaba pensando? No era lindo para nada.

Hombre, hacía calor. Inclinándome hacia delante, agarré la parte posterior de la camiseta y me la quité. La arrojé a un lado y ociosamente me froté el pecho. Había estado sin camiseta más que nunca desde que se mudó aquí.

Antes de darme cuenta, atravesé la habitación y terminé justo frente a la venta. Otra vez. No quería examinar muy de cerca el por qué.

Aparté la cortina a un lado, frunciendo el ceño. Ni siquiera había hablado con el chicao, me sentía como un acosador mirando por la ventana, esperando... ¿esperando qué? ¿Conseguir un vistazo? ¿O prepararme mejor para el inevitable encuentro?

Si Yeji me viese ahora, estaría desternillándose de risa en el suelo.

Y si Yuna me viese ahora, estaría sacándome los ojos y enviando a mi nuevo vecino al espacio exterior. Aunque Yuna y yo no hemos salido durante meses, sabía que aun esperaba que acabáramos juntos eventualmente. No porque realmente me quisiera, sino porque era lo que se esperaba de nosotros...así que por supuesto, no quería verme con nadie más. Todavía me preocupaba por ella, sin embargo, y no puedo recordar ningún momento sin ella y sus hermanos alrededor.

Capté un movimiento por la esquina del ojo. Volviéndome ligeramente, vi la puerta mosquitera del pórtico contiguo cerrándose. Mierda.

Desplacé la mirada y lo pillé apresurándose fuera del pórtico.

Me pregunté a dónde iría. No había mucho que hacer por aquí, y no es como si conociese a alguien. No circulaba nadie más por la casa, a excepción de su madre que entraba y salía a horas intempestivas.

Onyx² [HYUNLIX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora