"A escondidas" [Gavi • Pedri]

04. Nervios.

   El tiempo parecía pasar cada vez más rápido y aquello ciertamente le asustaba un poco. En un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba a horas del primer partido de España en el mundial

  Fue como si alguien cambiará las leyes del tiempo y ocasionará que un día fuera una hora, era muy rápido para el.

  Aquello lo ponía realmente nervioso, y especialmente el odiaba estar así. Era como si todo se paralizará en el y no lo dejaba pensar e incluso respirar. No era algo agradable ni con lo que estuviera familiarizado. El sabía regularizar sus nervios, pero hoy especialmente se estaba desbordando.

  No le gustaba lucir nervioso, se sentía pequeño y débil, temía reflejar eso a los demás, en especial conciderando que su área de trabajo incluye hombres muchas veces más altos y fuertes que el. Por más que lo criticaran por su juego "agresivo y violento" no se podía permitir lucir inofensivo. Si algo había aprendido en su tiempo en La Masía y en si del mundo real era que no podía darse el lujo de lucir de poca fuerza, porque se convertiría en una presa para alguien más fuerte. Era una metáfora rara, no le gustaba usarla, pero así era como había entendido alguna vez.

  Los pensamientos negativos también ponían torpe y bruto, también agresivo, no lo dejaban pensar bien.

  Por culpa de ello empezaba un nuevo día con un problema con Pedri por una estupidez, pequeña confusión y nervios de Pablo.

—No tengo tu camisa. Necesito irme. Es tuya, no mío—Le dijo Pedro con el ceño fruncido, tratando de convencerlo de que lo dejara ir. El era inocente de la desaparición de la camisa de entrenar de Pablo.

—Eres el único que entra en esta habitación aparte de mi. Pudiste haberte confundido o algo. ¡Capaz la camisa que tienes puesta es la mía! Cualquiera de confunde, no pasaría nada—Trato de negociar el menor, convencido que Pedri tenía su camisa.

—No tenemos la misma talla como para que me allá confundido—Explico el canario.

—Claro que si. Medimos lo mismo y casi tenemos la mis contextura—.

—No. Soy un centímetro más alto que ti y no tenemos una misma contextura. Además mis camisas tienen por alguna razón un olor característico, así que no, no me pude haber confundido—Argumento ya un poco cansado de la actitud de Pablo. No entendía porque ahora estaba así, finalmente habían encontrado algún tipo de armonía en la habitación.

—¡Pero es que no la encuentro! ¡Eres el único que la puede tener!—Le reclamo enojado. Se les hacía tarde y el odiaba llegar retardado.

  Vio como Pedri se movió un poco, directo hacia su maleta, confundiendo a Pablo.
—¿Que-?—Se vio interrumpido por un silencio vergonzoso y una mirada de enojo de Pedri, quien sostenía su camisa. Al parecer los nervios lo tenían cansado, ya empezaba esa fase, donde se volvía "torpe y bruto". La prenda de vestir se encontraba en su maleta, no la había visto.

—¿Ya me puedo ir?—Le pregunto el canario dándole la camisa.

—Claro—Trato de sonar tranquilo, pero vaya que se encontraba avergonzado.

  Simplemente suspiro frustrado. Odiaba estar así, pero sabía que por alguna razón su mente le hacía pasar malas pasadas. ¿Porque estaba tan nervioso? ¿Que era lo que le tenía tan mal? Quizás la espectativa o presión que se le ponía en sus hombros a el y a todo el equipo. Trataba de convencerse de que no era su culpa.

  Decidió dejar el tema atrás e ignorar sus nervios, no le quedaba mucho por hacer. Olvidó lo ocurrido con su compañero para terminar de vestirse y bajar al comedor.

  Gavi pensaba que las cosas seguían igual que hace días. Apesar de que había encontrado una manera de tener armonía con Pedri, solo era bajo el compromiso de "tener bien al equipo", no eran capaces de sostener una buena conversación, añadiendo que su visión mutua no había cambiado nada, seguían siendo insoportables para el otros. Parecía un problema sin solución, no había manera de entablar una amistad. Evitaban hablarse más de lo necesario y por más que les dijeran que harían un gran dúo jamás podrían verse así. Solo eran compañeros rozando por desconocidos.