Capítulo 2

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Por el parque les veo pasar

Cuando se besan la paso fatal

Voy a vengarme de ese marica

Voy a llenarle el cuello

De polvos pica-pica

–Apresúrate Ron, el entrenamiento empieza en 10 minutos –le urgió Harry desde la puerta de la habitación.

–Que ya voy –se arregló el uniforme de Quidditch y corrió tras su amigo.

Dejaron atrás la torre de Gryffindor y corrieron los más rápido que podían hacia el campo de Quidditch.

–Harry, tú eres el capitán, ¿por qué no podías usar tu poder y dejarme llegar un poco tarde? –se quejó Ron de forma entrecortada debido al cansancio.

–Ve a buscar tu escoba, debemos comenzar–fue lo único que dijo Harry.

Ron protestando se acercó a uno de los armarios y tomó su escoba, no sin antes seguir refunfuñando.

–Yo podría ser mejor capítan que él –bufó dirigiéndose hacia el campo.

Una hora más tarde, esquivó otra quaffle. De no ser porque Harry estaba serio evaluando los postulantes a cazadores, habría bostezado, esto era más aburrido con cada chico y chica haciendo intentos nulos. ¿Por qué simplemente no se rendían si eran tan malos?

Notó que el siguiente era un niño flacuchento, con lentes y el pelo enmarañado. Iba a ser otro fracaso. Sabiendo, por experiencia, que era otro niño tonto más del montó, subió aún más alto de sus aros de dejó de prestar atención a lo que sucedía en el campo.

Y bastó que los rayos del sol destellaran sobre ese horrible cabello rubio, para notar que Hermione y Malfoy iban paseando por el patio y los jardines próximos al Lago Negro. Iban tomados de la mano y luego se pararon uno enfrente del otro, mientras Hermione hablaba, seguramente de uno de sus libros, el hurón jugaba con su cabello.

Ay, cómo lo odiaba.

Y lo que bastó para colmar su paciencia fue que él se inclinase y la besara, a Ron automáticamente le dieron arcadas.

Y como si eso no fuera poco, la quaffle le golpeó de lleno en la cara. Adolorido y enojado, giró y notó al niño flacucho temblando sobre su escoba, mirándolo completamente aterrorizado.

Ron, rojo hasta las orejas, descendió en un suspiro y se marchó hacia el castillo dando fuertes pisotones.

Todo era culpa de Malfoy.

Y una idea cruzó su mente. Ron iba a vengarse, claro que sí. Él iba a llenarle el cuello de polvos flu.

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Sé que los polvos flú no sean un buen instrumento para las venganzas, pero calzaba junto con el párrafo, perdón

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Devuélveme a mi chica (Dramione ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora