Prologo.

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¿Te imaginas pasar todo el tiempo con el chico que te gusta?
¿Estar a solas con él por unas largas semanas? ¿En un largo viaje?

Yo ni lo imaginaba, hasta que lo pude ver en el aeropuerto.

Pensaba que era casualidad, pero no, él fue directo hacia mí y me sonrió. Una sonrisa tan sincera y serena. La verdad es que me gusta mucho.

Después de esa cálida sonrisa, se acercó a mi, me tomó de la barbilla y de la cintura, provocando que mi cuerpo se pegara al suyo. Lo miré silenciosamente, juntando después sus labios con los míos... Un beso tan profundo.

— Hinata... — me decía — Hinata, llegáremos tarde.

Ya no era su voz. Abrí mis ojos lentamente y los comencé a frotar. Me estiré y comenze a ver borroso. Era mi hermana la que me gritaba.

— Cierto, hoy es el vuelo — dije levantándome —.

— Sí. Y Llegáremos tarde — recalcó mi hermana —.

— Ya, ya. Hazte a un lado, me voy a cambiar — la moví de enfrente y fui al baño —.

— ¿Acaso no te bañaras? — Me pregunta extrañada.

— Vamos tarde, sólo me lavaré la boca y la cara — tomé el cepillo y le mostré la lengua a mi hermana —.

— Iuugh, y así besas a tu novio, qué asco — me dice haciendo muecas —.

Escupo el agua al escuchar a quello y la miro seria.

— No tengo novio — le digo seria —.

— Ajá, pero si es Naruto... — Dice tomando una muñeca y peinando su cabello.

— ¿Qué dices? Él y yo no somos novios — le digo con voz firme y arrebatándole mi muñeca —.

— No, qué va — me mira —. Si sólo muchas personas dicen que hacen linda pareja y que se aman mutuamente. Además tú te la pasas diciendo su nombre cuando duermes — me dice sonriendo pícara —.

— Dios mío — exclamo —. ¿Quien te ha dicho eso?

— Todos — dice guiñándome un ojo y saliendo de mi recámara —.

— ¡Baka! — le grito mientras aviento un cojín a la puerta.

Aunque me gusta que digan eso de nosotros, ¿en serio digo su nombre todas las noches?
Ay, qué vergüenza.

Pero qué importa. Debo cambiarme ya.

Me quito mi blusa para dormir que es de color gris con manga que llega a los codos. Quedo en sostenedor y me miro al espejo.
Realmente tengo un abdomen plano. Voy a mi ropero y saco una blusa roja con negro que me llega arriba del ombligo. Se pega muy bien a mi figura. Me quito mi pantalón para dormir que tambien es gris y aguadito, tomando unos jeans grises no tan entubados. Me pongo un cinturon rojo. Tomo una chaqueta gris y una mascada negra con azul. Me pongo unos converse rojos. Y quedo lista.
Cepillo mi cabello y me pongo perfume.

— ¡Estoy lista! Ya nos podemos ir — digo desde mi alcoba —.

Tomo mi maleta y salgo del cuarto. Llego hasta la calle, saludo a mi padre y deposito mi maleta en la cajuela del coche.

Ya estando en el aeropuerto...

Mi padre espera a su amigo del trabajo. Mi hermana solo se queda recibiendo miradas de otros chicos que se emboban por ella. Yo me siento en una banca libre y comienzo a checar mi celular. Me han llegado dos mensajes. Uno de Sakura:
"Suerte en el viaje.
No te olvides de mi regalo, jajaja no es cierto :p. Nos vemos dentro de cuatro semanas"

Y el otro de Ino:
"¡Pasatela muy bien! Espero y puedas salir del hotel y conocer chicos más lindos, ojalá y no encuentres bakas como Naruto.
Te cuidas, nos vemos regresando a clases."

Se me sale una risita. Me levanto y me apoyo en una pierna. Cruzada de brazos y mirando a todas partes. Realmente sí que hace frio. ¿No se supone que en verano hace calor?

El día esta nublado, aunque me gusta que esté así.

— ¿¡Eh?! — Abro los ojos como platos.

— ¡Ahí esta mi amigo! — Grita mi papa saludándolo.

Se ríe mi hermana mientras me golpea con su codo-.

— No lo puedo creer...

Y en serio que no lo puedo creer. Debo estar soñando.

Quitame el frio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora