El verano llegó.
La última vez que Theodore escuchó el timbre que anunciaba el verano fue cuando se dió cuenta que amaba leer, y adentrarse en mundos nuevos cada que se adentraba en las palabras de los libros, y también fue el verano donde más cosas sobre el mismo descubrió. Ahora ese timbre sonó otra vez en sus oídos, y él paro a pensar: ¿Qué nuevo traerá este verano?
Salió de su salón cuando ya no había tanto alboroto afuera, —tantas personas juntas le causaban muchas emociones—encontrándose con el niño de baja estatura y lentes.
— No pasaras el verano de nuevo metido en tu mundo, ¿Cierto? —le preguntó Chris mientras ambos empezaban a caminar por los pasillos dónde aún quedaban algunos estudiantes que deseaban tirar todos sus cuadernos a la basura y no volverlos a ver hasta dentro de tres meses.
— El mundo que los libros me ofrecen es mejor que el asco de mundo en el que vivo, Chris.
Respondió con simpleza.
— ¡Oye! Yo formó parte de tu vida en este “asco de mundo” —dijo el niño, con un tono de indignación claramente fingida, no recuerda la última vez que algo realmente serio paso entre ellos.
— Eres lo único bueno en este asco de mundo —dijo el de ojos verdes, mientras se pasaba para acomodarle los lentes de él más bajo, pues los tenía mal puestos.
— Pues que gran honor me concedes —contestó Chris con ironía mientras volvían a caminar.
Theodore le dió un leve empujón, él no lo decía con sarcasmo.
— ¿Crees que las gemelas ya estén en su casa? —preguntó Chris, mientras ambos cruzaban la gran puerta del infierno de todo niño.
— No lo sé, ¿No las viste salir?
— No, estaba demaciado ocupado esperando a que salieras, las llamaré en cuanto llegué a casa.
Ambos rieron.
Pasaron el resto del camino a casa de Chris en silencio, no era incómodo, nunca nada entre ellos ha sido incómodo, o eso quería creer Theo.
— ¿Te veré mañana? —rompió el silencio Chris al ver que casi llegaban a su casa.
Theodore lo pensó un poco, a lo que el más chico le dió un leve golpe en el hombro por verlo dudar.
— Creo que puedo hacerme un espacio en mi apretada agenda para venir a visitarte —respondió entre risas y sobando su hombro golpeado.
— Más te vale, no te vuelvas a olvidar de mi esté verano, tonto —dijo Chris, mientras acomodaba sus lentes y un leve puchero en sus labios.
— Tonto tu —siguió Theo —y jamás me olvidaría de ti, no seas cretino —atrapo a él de lentes en un abrazo, la diferencia de altura no era mucha, pero tampoco era poca, Chris podía acurrucar su cara en el cuello de Theo. Hace unos años eso hubiera sido normal entre ellos.
Hace unos años.
Estaban fuera de la casa de el de lentes, cuando el sonido de la puerta abrirse los obligó a separarse de su abrazo, de hecho, solo Chris fue él que rompió el abrazo
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Verano de historias♡
RomanceTres meses parecen ser un periodo corto de tiempo, pero muchas cosas pueden pasar en tres meses. Una chica y él mar. Dos jóvenes enamorados. Niños en verano. Y cambios que no eran esperados, y por una parte, tampoco deseados. Está es una histori...