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Wen Ning no podía estar más triste. Lo único que lo consolaba era saber que Wen Chao se quedaría en la manada. Estaba sumido en su propio mundo, sin deseos de hablar con nadie; solo quería regresar a casa y llorar hasta el cansancio. Se sentía completamente solo.

Al llegar a Qishan, se dirigió a sus aposentos y lloró desconsoladamente. Ni siquiera Wen Rouhan pudo consolarlo; se hundió en su tristeza hasta quedarse dormido.

En el camino a Gusu Lan

—¿No vas a decir nada? —preguntó Lan Zhao.

—No tengo por qué decirte nada, Lan Zhao.

—Wen Qing, no necesitas llamarme por mi nombre de cortesía; solo llámame Lan Siqing.

—Está bien, Lan Siqing. ¿Qué quieres que te diga?

—Pensé que, al conocerme, no serías tan reacia a un poco de cariño o a una simple pregunta.

—No es fácil, Lan Siqing. Acabo de dejar a mi hermano solo, y ahora solo quiero llegar rápido; ya siento frío.

—Entiendo...

Qishan Wen

—¿Quién diría que el famoso Wen Chao caería en mis manos? —dijo Wen Zhuliu.

—Yo no pedí esto, Wen Zhuliu.

—Te dije que te atraparía sin importar qué.

—¿Por qué esa obsesión conmigo? Puedes elegir a otros omegas mejores que yo.

—No puedo. Eres el único que llama mi atención y te quería para mí.

—Si piensas que voy a lanzarme a tus brazos, estás muy equivocado. Ahora, si me disculpas, iré a consolar al pobre de A-Ning.

—Wen Chao...

—Wen Chao nada. Me iré, y tú te quedarás aquí hasta que regrese. Esta conversación no ha terminado.

Wen Chao se dirigió a los aposentos de Wen Ning. Aunque estaba devastado por la pérdida de Wen Qing, a diferencia de su hermano, no se lo diría a nadie ni se echaría a llorar.

—Wen Ning, abre la puerta, por favor.

—¿Qué deseas, A-Chao?

—Necesitamos hablar.

Wen Ning no tuvo más remedio que abrir la puerta y dejar pasar a Wen Chao. Si decía que necesitaban hablar, debía ser importante.

—Bien, ¿qué deseas?

—Quiero hablar contigo sobre la cacería.

—No quiero hablar de eso.

—Está bien, pero al menos escúchame... Para serte sincero, vi que dos lobos te estaban observando. No vi nada raro hasta que empezaron a perseguirte. En ese momento, decidí separarme de ti. No me malinterpretes; pensé que si corría, uno de ellos te seguiría y podrías salir sano y salvo. Pero no fue así; los dos te siguieron y ahí fue cuando vi que Wen Zhuliu me estaba persiguiendo. Lamento no haber estado allí; no pensé, solo actué.

—Yo también los vi. No me di cuenta de que su olor estaba presente; quizás era la adrenalina que bloqueó mis sentidos.

—Puede ser. Pero, ¿cómo te diste cuenta de que te seguían?

—Estaba corriendo y un grupo de lobos me acorraló. Me habría atrapado si no fuera por Lan Wangji. Él me salvó, pero a cambio, fue atrapado por un alfa que juraría era un Jiang.

—¿Lan Wangji, el segundo jade de Gusu Lan?!

—Sí, ¿cómo lo conoces?

—Lan Wangji es sobrino de mi padre, Lan Qiren. ¡Es mi primo!

—¿Qué?!

—Según escuché a mi madre, Lan Wangji fue atrapado por Wei Wuxian, el segundo al mando de Yunmeng Jiang. Su "hermano", Jiang WanYin, fue capturado hace un año por el primer jade, Lan Xichen, y ahora reside en Gusu, mientras que Wangji está en Yunmeng.

—Eso no lo sabía. ¿Por qué no me contaste que los hermanos jade son tus primos?

—Porque no era mi tema, sino de mis padres. Además, se supone que, al ser hijo de Lan Qiren, se sabe que él tenía sobrinos.

—Ya, pero no me grites. Ahora, ¿qué haré con esos lobos que me persiguieron?

—¿Piensas correr el próximo año?

—Sí, no tengo más opciones. Aunque creo que deberías entrenarme; sigo siendo débil para la cacería.

—No eres débil, solo torpe. Te ayudaré en lo que pueda.

—¿Por qué ese cambio tan repentino de actitud hacia mí?

—Le prometí a tu hermana que, si se la llevaban, yo me haría cargo de ti hasta que fueras mayor de edad. Me encargaría de tu entrenamiento como omega para que no te atrapen tan fácil y des pelea.

—Vaya, no creí que harías eso por mí. Pensé que no tenías corazón.

—Oye, mocoso, respétame, que soy tu mayor. Además, te quiero como a mi propio hermano, y no me gustaría que un alfa horroroso te atrapara.

—¿De verdad me consideras como tu hermano?

—No tuve hermanos, Wen Ning. Así que sí, me crie contigo, con Wen Yong y con Wen Qing. Sería muy raro no tenerles aprecio a los tres.

—Creo que el que te atraparan te hizo entrar en razón.

—¡Wen Ning! Si sigues así, no te ayudaré en nada.

—Jajaja, ok, ok, voy a parar, A-Chao. Pero debes admitir que Wen Zhuliu es guapo.

—¡No voy a admitir nada! Y no le daré oportunidad de nada... ¡Por ahora!

—¿Por ahora, eh? Jajaja, ya te quiero ver en unos meses.

—¡Wen Ning! ¡Te voy a...!


Nuestro OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora