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La tranquilidad de Wen Ning fue breve. La noticia de una nueva cacería se propagó rápidamente por Qishan, como un fuego voraz. Los ancianos de cada secta, en su afán por asegurar el crecimiento de sus linajes, habían decidido organizar otra cacería. Según ellos, las parejas formadas durante el último evento no habían sido suficientes. La próxima luna llena sería testigo de la nueva búsqueda de omegas, y Wen Ning sintió que su mundo se desmoronaba una vez más.

"¿Por qué?", pensó con frustración. La sola idea de ser perseguido de nuevo lo aterraba. Su experiencia anterior había sido traumática, y ahora debía prepararse para enfrentar ese horror una vez más. La angustia se apoderó de él; los ecos de los gritos de los omegas atrapados resonaban en su mente.

Sin embargo, había algo más que lo inquietaba: el deseo de proteger a su hermana y asegurarse de que Wen Qing no se convirtiera en una víctima. "Debo hacer algo", se dijo, recordando las palabras de Wen Chao. Necesitaba entrenar más, ser más astuto y más rápido. No solo por él, sino por su familia.

Entrenamiento y determinación

Durante las siguientes semanas, Wen Ning dedicó su tiempo a entrenar en secreto. Se levantaba antes del amanecer para practicar sus movimientos, corriendo a través del bosque y aprendiendo a escabullirse entre los árboles. Aunque sus habilidades eran limitadas, la determinación en su corazón lo impulsaba a seguir adelante. Con cada día que pasaba, se sentía más fuerte, más preparado.

Wen Chao, al enterarse de sus esfuerzos, decidió unirse a él. Aunque a menudo se burlaban el uno al otro, ahora compartían un objetivo común: proteger a sus seres queridos.

—No solo debes correr, Wen Ning. También tienes que aprender a defenderte —le dijo Wen Chao durante uno de sus entrenamientos.

—¿Cómo? Nunca he luchado contra un alfa —respondió Wen Ning, nervioso.

—Empezaremos con lo básico. Aprende a usar tu entorno a tu favor. Si te atrapan, lucha con todo lo que tengas. No te dejes vencer tan fácilmente.

Así, entre risas y momentos de seriedad, Wen Ning y Wen Chao forjaron un vínculo más fuerte. Juntos se preparaban para la inminente cacería, mientras el tiempo avanzaba rápidamente hacia la luna llena.

La noche de la cacería

Finalmente, la noche de la cacería llegó. El aire estaba cargado de tensión y emoción. Wen Ning miró hacia el cielo estrellado, el resplandor de la luna llena iluminaba todo a su alrededor. Se sintió abrumado, pero también decidido. Sabía que debía hacer todo lo posible para proteger a su hermana y a sí mismo.

Antes de que comenzara el evento, Wen Chao lo miró con seriedad.

—Recuerda, no estás solo. Siempre estaré aquí, así que confía en ti mismo y en lo que has aprendido.

Wen Ning asintió, respirando hondo. La cacería estaba a punto de comenzar, y no podía permitir que el miedo lo dominara. Mientras se preparaba, sintió una chispa de esperanza. Tenía la intención de luchar, y esta vez no se dejaría atrapar sin dar pelea.

Así, con el corazón latiendo con fuerza y la determinación renovada, se adentró en la oscuridad del bosque, listo para enfrentarse a su destino una vez más. La luna llena brillaba intensamente, y con cada paso, Wen Ning se acercaba a la posibilidad de un futuro diferente, donde el amor y la familia prevalecieran sobre el miedo.

Por otro lado, en el lado de los alfas, se tejían conspiraciones que cambiarían el rumbo de la próxima cacería. La secta Jin y la secta Nie estaban en conversación, uniendo fuerzas con un objetivo claro: el omega Wen Ning. Jin Zixuan y Nie Huaisang, herederos de sus respectivas sectas, habían puesto sus ojos en él, viendo en Wen Ning una oportunidad de fortalecer sus lazos.

Nie Mingjue, líder de la secta Nie y hermano mayor de Huaisang, había propuesto un plan audaz.

—¿Por qué no atrapan a Wen Ning juntos? Así, ninguno de los dos pierde —sugirió, su mirada fija en Jin Guangshan.

Jin Guangshan, padre de Jin Zixuan, asintió lentamente, considerando la idea. Aunque era un enfoque inusual, la posibilidad de que ambos pudieran compartir a un omega tan prometedor era tentadora. Sin embargo, había un punto que le preocupaba.

—¿Qué diría su familia? Wen Ning es muy querido por su hermana y su hermano, y no quiero generar más tensión entre nuestras sectas —respondió, mostrando su preocupación por las repercusiones políticas.

A su lado, Jin Guangyao, el esposo omega de Nie Mingjue y también hermano de Jin Zixuan, observaba la conversación con una expresión de desaprobación. Aunque comprendía las intenciones de su esposo y de su padre, no podía evitar sentir que todo esto era un juego peligroso.

—¿Realmente creen que Wen Ning se sentiría cómodo con esta idea? —intervino Guangyao, su tono firme. —No podemos simplemente decidir por él, como si fuera un trofeo.

Mingjue, con una sonrisa que ocultaba su determinación, replicó:

—Wen Ning tiene un destino que cumplir, y en su caso, es unirse a uno de nuestros hijos. La cuestión es cómo se dará ese encuentro. Si compartimos la responsabilidad, ambos saldremos ganando.

Jin Guangshan, viendo la mirada desafiante de Mingjue, sintió que debía intervenir.

—Tal vez debamos hablar con él antes de tomar decisiones. No podemos ignorar sus sentimientos.

Sin embargo, el plan ya estaba en marcha. Con la luna llena acercándose, ambos alfas comenzaron a prepararse, cada uno con su propia estrategia para atrapar a Wen Ning. La idea de compartirlo era tentadora, pero la realidad de lo que eso significaría para el omega estaba lejos de ser considerada.

Mientras tanto, en Qishan, Wen Ning continuaba preparándose para la cacería, sin saber que Jin Zixuan y Nie Huaisang estaban tramando su captura. La tensión se acumulaba, y el bosque se convertiría en el escenario de un juego en el que todos los participantes tendrían que enfrentarse a sus deseos, lealtades y la complicada naturaleza del destino. El futuro de Wen Ning, un omega amado por su familia, estaba a punto de ser decidido por fuerzas más allá de su control.

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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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