°

48 4 0
                                    

Martes, 25 de marzo, un maravilloso día, sobretodo porque lo echaron de su casa por ser gay, magnífico dia, el mejor de todos, nótese el sarcasmo.

Después de intentar salir del clóset con su familia antes de decirles que se encuentra en una relación, las cosas resultaron en una acalorada discusión entre sus progenitores, echándose la culpa de su sexualidad. Si bien no esperaba que reaccionaran bien, tampoco pensó el desastroso desenlace que tendría una vez contara la verdad.

Los recuerdos de lo sucedido en la mañana lo atormentaban, en su memoria el se habría levantado temprano esa mañana y había decidido preparar el desayuno para sus padres mientras comenzaba a formular la frase con la que le diría a sus padres su sentir.

2 horas y media antes

El resplandor del sol se filtraba por su ventana, tomando decisiones quería acabar con sus miedos rápido, de igual forma no se veía capaz de ocultar por mucho tiempo su relación; soltando un largo suspiro se levantó de la comodidad de su cama y se preparó, dejo su habitación perfectamente organizada y bajo a la cocina para prepararles un desayuno decente a sus padres.

Una vez comenzó a servir su preparación en los platos escucho movimiento en la sala, sus padres ya habían despertado, antes de que cualquiera de los 2 se acercará a preguntarle cualquier cosa, salió de la cocina con los platos de ambos y les pidió que se sentarán en la mesa, el por supuesto, esperaba que ninguno notara su creciente nerviosismo, spoiler, no funcionó, su madre era capaz de leerlo fácilmente, así que inmediatamente se dió cuenta de que algo sucedía, sin embargo no comentó al respecto, Tetsuro agradeció ese pequeño gesto de su madre.

-Tetsuro, hijo ¿Porque razón nos sorprendiste con este desayuno?- El joven se salvó de la pregunta de su madre, más no del cuestionamiento de su padre.

-Papá, ¿acaso no puedo ser buen hijo y sorprenderlos con un delicioso desayuno?- Miraba directamente a su padre, tratando de que la pequeña "mentira" se quedase grabada en su mente.

-Esta vez estoy de acuerdo con tu padre, Tetsuro, no es normal, y tienes un claro nerviosismo, algo nos quieres decir ¿No es así?- Bingo, su madre había dado en el clavo, ya no había forma de escapar, tendría que decirlo todo.

Los padres del joven pelinegro realmente esperaban cualquier cosa, incluso que les dijera que había dejado embarazada a alguna compañera o algo así, sin embargo la bomba que les soltó su hijo sobre su sexualidad los dejó sin palabras; cada uno con sus propios pensamientos, el padre del joven simplemente sentía la decepción envolver sus pensamientos, su hijo era un maricón, por otra parte la madre del chico sentía irá, la rabia comenzaba a apoderarse de ella, en su cabeza todo esto era culpa no solo de su esposo por ser tan permisivo si no también del amigo de su hijo, amigo que ahora comenzaba a dudar que lo fuese, y por último, Tetsuro, el miedo comenzó a aparecer, si bien tenía 2 noticias, con solo ver la cara de sus padres al decir la primera supo que si terminaba de comentar lo que quería, estaría aún más jodido de lo que ya estaba.

El silencio ensordecedor fue roto por unas palabras que jamás en su vida olvidaría, en esta y en cualquier situación, esa frase le provocaría el desequilibrio mental que tendría por los próximos años <<Estoy decepcionado de tí, eres un asqueroso maricón y esperó no volver a verte jamás en mi vida>> Tetsuro sintió un pinchazo en su corazón al escuchar aquello venir de su padre, el simplemente agachó su cabeza mientras su padre se levantaba de la mesa. Lo próximo que escucho fue una discusión dónde su madre le echaba la culpa a su otro progenitor, y sin embargo, lo que lo puso aún peor, fue lo que escucho, y a el realmente no le importaba que lo echarán de la casa, pero el que se pusieran de acuerdo para salir en ese instante a tocar con desesperación la puerta de los vecinos fue lo que realmente le provocó el mayor miedo que sentiría en toda su vida, sus padres pensaban ir a la casa de Kenma y no solo gritarle al mencionado si no también a sus padres; y aunque realmente lo intentó, no fue capaz de detener a sus padres, y ahí se encontraba, sintiendo la mirada de su pequeño novio, y los padres de este, y realmente lo lamentaba, por qué en sus pensamientos el habría puesto a los padres de Kenma y al chico rubio en problemas, pero no fue así, por qué su mirada tuvo un reflejo de esperanza al escuchar a la madre del contrario decirle a sus padres que cual era el problema con que ellos fuesen gays; sus padres sintieron aún más irá y ahí enfrente de los otros les gritaron en la cara que jamás se le ocurriera volver a poner un pie en su casa, minutos después su madre volvió a aparecer pero está vez desde su ventana, había comenzado a arrojar sus pertenencias por la ventana, y su padre no hacia nada.

Una vez su madre termino de sacar absolutamente todo aquello que le pertenecía a él y sus padres se encerraran en aquella casa, el se encogió entre el desastre y se largo a llorar, y mientras se lamentaba sintió unos brazos delgados rodear su torso con delicadeza mientras un suave voz le susurraba despacio que entrarán a su casa y que pronto saldrían a recoger sus cosas.

12:00

Aquello fue todo lo que sucedió en las primeras horas de la mañana, y ahora se encontraba descansando en la habitación de su novio, los padres de este se tomaron todo bien, y aunque fue repentino para ellos, les otorgaron la comprensión que necesitaban, y mientras el chico pelinegro dormía sus suegros junto con su hijo y sus otros dos novios le colaboraban a guardar todas sus pertenencias en la casa de los Kozume. Y claro, Kenma habría tenido que llamar a los otros dos chicos de su relación, les comentó la situación y una vez llegaron a su casa comenzaron a ayudar, una vez terminaron se quedaron los tres jóvenes en la espera de que su novio despertase para poder hablar con el y darle su apoyo.

Y aunque el joven estuvo reacio a entablar alguna conversación una vez despertó, logró subir su ánimo pasando el rato con sus novios. Esa tarde el comprendió que tardaría más de lo que habría imaginado superar el rechazo de sus padres, pero aunque le costara tendría a 3 jóvenes a su lado dispuestos a ayudarle a levantarse una y otra vez, y claro, el amor que sentían esos chicos jamás podrían reemplazar lo que sería el amor de sus padres, pero le ayudarían a sanar esa herida y así mismo el los ayudaría a los otros tres con las pequeñas piedras que encontrarán en el largo camino que les espera.

A pesar de las adversidades que tuvieron ese día, los 4 terminaron durmiendo con sonrisas tranquilas en sus rostros amando estar envueltos en el calor de sus cuerpos. Esa fue la primera noche en la que los cuatro pudieron dormir con la paz llenando sus corazones.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

 ༒ℕ𝕖𝕔𝕖𝕤𝕤𝕚𝕥𝕦𝕕𝕚𝕟𝕖𝕞 𝕒𝕔 𝕔𝕒𝕣𝕚𝕥𝕒𝕥𝕖༒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora