Prólogo

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Una señora rubia, alta, de entre unos 30 a 40 años recorría el pasillo en un paso acelerado - He tenido un día del asco. -hablaba por su celular- ¿puedes creer lo que quieren hacer en la empresa?- sonaba molesta

- Disculpe Señora- 

La mujer le dirigió una mirada de ira a su joven asistente solo para entrar a su oficina y estrellar su puerta, la cual tenía una placa. "Directora. Casey Blair" 

-Todos en esta empresa son unos tarados, no puedo creer que estén aquí-

- Igual de grosera que siempre- una voz joven interrumpió a Casey-

- CARAJO- Salto del susto - Disculpa, en un rato te marco, tengo un asunto que atender. Otra vez tú- volteo a ver la chica- ¿Qué no te dije que lo superarás?- Decía mientras dejaba su bolso en su silla.

- Oh, yo ya lo superé... solo quiero platicar- La chica se acomodaba en el sillón que tenía la oficina. 

- ¿Sobre qué?-

- Me alegra que preguntes, quiero una compensación por tu maltrato y que renuncies- 

- JAJAJAJAJAJA, chiquilla estúpida. ¿Compensación de qué? ¿De tú ignorancia? ¿De tú incompetencia?  No lo creo. - Se acomodo en un gran silla- Y aparte quieres que renuncie jajajaja, soy casi casi la dueña de esta empresa, sin mi ellos no serían nada. 

La joven permaneció en silencio, un brillo extraño comenzó a emanar de sus tacones. 

- Si no quieres hacerlo por las buenas, supongo que será por las malas- 

- ¿Me amenazas?- Se levantó de su silla. - Para empezar, ¿Cómo entraste aquí? - la joven no parecía desesperada, al contrario estaba relajada y comenzó a jugar con su tacón, se descalzaba dejando el zapato posado en su dedo gordo- Pero en este instante vas a ver, llamare a seguridad- 

- No vas a llamar a nadie- Dijo la chica con fuerza- al contrario vas a chupar mis pies- 

- Estarás estúpida si piensas que hare eso. - Se oyó como el tacón callo al piso- Hola... se... seee... seguridad...

-Cuelga-  Movió sus dedos de los pies, invitando a Carley a lamerlos.

- Disculpe, no es nada- dejo el teléfono.

- Eso es... ven aquí-

 La Directora no podía resistirse a las peticiones de la chica, tenía que obedecerlas y no sabía por qué. En el fondo no quería estar ante esos pies pero poco a poco se estaba acercando, cuando vio ya estaba de rodillas con su cara a la altura de aquellos pies que estaban cubiertos por unas medias negras.

- Quiero que adores mis pies, como si fuera lo que mas deseas en esta vida- 

No pudo resoplar, se abalanzo como una ave por su presa. Comenzó oliéndolos. La chica reía ante la escena de su exjefa olfateando profundamente sus pies, ella consideraba que sus pies no eran tan sucios u olorosos, pero para una señora como Casey ese pequeño olor sería repugnante y ahora escurría baba de su boca, una señal de que estaba disfrutando. 

Paso de olerlos a besarlos de manera desesperada como si se fueran a acabar, besaba con pasión poniendo los labios en toda la suela, iba desde el talón hasta los dedos besando besando besando. 

-Quiero meterme tus pies en la boca- Menciono Carley. Mientras lamía la suela. Lamía el talón, se quedaba un rato lamiendo todo el talón, haciendo movimientos circulares solo para pasar por la suela y llegar a los dedos, a los cuales les escupía toda la baba que tenía.

- Jajajaja, ¿Quién te viera ahora? Mírate nada más, chupando mis pies como una perra... tal como lo eres, una sucia perra - veía a la señora meterse todos sus dedos a la boca, ahogándose en el intento pero sin dejar de intentarlo, cuando por fin lo logro su rostro mostro una expresión de éxtasis- Recuerdas que me inculpaste por un fraude que tú hiciste, bueno... esta es mi manera de darte las gracias, si no fuera por eso jamás hubiera encontrado estos tacones -Los tacones brillaron- Hipnotizan a cualquiera- 

Blair no entendía, lo único que su mente era capaz de pensar es en adorar pies. Específicamente los pies de la chica que tenía enfrente. Trataba de lamer entre los dedos, pero las medias se lo impedían así que se limitaba a hacer el intento, así mismo reutilizaba la saliva que había estando escurriendo por los pies de la chica para humedecer más las medias. 

Cuando por fin las medias estaban mas que húmedas y el sentimiento de venganza estaba lleno, la joven se levanto. 

- Cuando chasquee los dedos olvidaras todo lo que paso, vas a decir la verdad sobre el fraude, dirás que soy inocente y me darás un millón de pesos por la molestia. ¿Entendiste?-

- Si ama-

Chasqueo. Y como obra de arte,  Casey Blair se levanto del suelo, se limpio la baba de su cara y fue al teléfono a llamar a la policía. La joven satisfecha recogió su tacón y salió de la oficina.

- Oiga usted no podía esta ahí dentro- Menciona la secretaría 

- Tranquila niña, yo no me preocuparía por eso. Sera mejor que vayas buscando otro empleo. - Dijo mientras se ponía su tacón. El cual al tocar el suelo comenzó a brillar. 

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