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Como podía siquiera pensar en alejar a la única persona que se ha acercado a ti sin dobles intenciones, Jisoo es una mujer tierna, delicada, sincera que te ha ofrecido su cariño sin esperar nada a cambio, te dio la oportunidad, la opción de ser de su amiga con tal de no perderte, te ha ofrecido su casa, cuando no tenías siquiera a donde ir, ha hecho que volvieras a sonreír, te ha cuidado y protegido de todo lo malo que te puede aceptar, afróntalo por ella también has conseguido trabajo, ella Jennie te ha ofrecido una segunda oportunidad.

Jennie se había despertado teniendo una conversación cruda, intensa y sincera con su conciencia, ahora se encontraba haciendo el desayuno inmersa en sus pensamientos cuando sintió unos brazos rodear su cintura, un pecho apoyarse en la espalda, un mentón posarse en su hombro y un bulto muy despierto tocar su espalda baja, que por cierto no era nada pequeño, sonrió instintivamente al sentir el aroma que la rodeaba.

-Buenos días princesa - Jisoo besaba su cuello humedeciéndolo por completo - ¿Cuándo me dejarás prepararte un desayuno a mí? - susurró en su oído dulcemente. Mientras Jennie repartía un poco de huevo con tocino en cada plato y apagaba el fuego, sin soltarse del abrazo, giró para quedar enfrentada a la mujer que le quitaba el sueño, ahora el roce lo sentía en su vientre por la diferencia de altura.

-Buenos días hermosa, es lo mínimo que puedo hacer por ti - rodeó el cuello de la ojinegros acercándose más hacia ella para fundirse en un beso más que pasional - parece que alguien se ha despertado muy animado hoy - bajó la mirada la entrepierna de Jisoo y sonrió lascivamente.

-Creo que tendré que irme a duchar... otra vez - dijo algo avergonzada pero no la dejé moverse.

-Hoy después de 2 días de lluvia ha salido un sol precioso y me encantaría, si podemos, disfrutar de la piscina - los ojos de Jisoo cambiaron de un negro a  negro intenso  - Claro después de desayunar
- ambas sonreímos coquetamente.

Jisoo asintió.

Desde que Jennie volvió a la casa con Jisoo dormían en la misma cama, pero no había pasado más de unos besos y unas caricias, en más de una ocasión, la castaña había esperado a Jisoo en el sillón más de media hora, para ver una película, entendía que la doctora necesitaba encargarse de un tema de extrema importancia, ya que no quería presionar a nada a Jennie.

También aprovecharon el mal tiempo para conocerse mucho mejor teniendo conversaciones profundas tal y como lo hacían en el hospital. Siempre había una historia nueva que contar, o una faceta nueva por descubrir de ambas. Se complementaban a la perfección, parecía que se conocieran de toda vida, y solo se habían separado por años para luego encontrarse y ponerse al día con su vida.

Jennie tomó dos vasos y les sirvió jugo de naranja, también café a las dos tazas y se sentaron en el desayunador de la cocina, entre bocado y bocado se encontraban perdiéndose en la mirada la una de la otra. La castaña impulsivamente tomaba la mano de Jisoo entrelazando los dedos que estaba sobre la mesa, con su pulgar acariciaba la suave piel de la ojinegros mientras ambas sonreían, los besos, las caricias, el acercamiento entre ellas se había convertido en una necesidad para ambas, no estaban más de media hora alejadas una de la otra, cuando una se dedicaba a hacer algo, la otra aparecía enseguida ayudándola a terminar, en esos encuentros eran más las demostraciones de afecto que se daban que lo que hacían en sí.

-Más temprano vino el marido de Rosa a limpiar la piscina y a limpiar el exterior, estaba amaneciendo, ese hombre es muy amable y se ve que se desvive por su esposa, no paraba de hablar de toda su familia - Jennie sonreía mientras contaba el encuentro a muy tempranas horas del día.

SÁLVAME  (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora