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3-un encuentro bajo las estrellas

El semestre estaba llegando a su fin, y Samantha y Felix estaban emocionados por el merecido descanso de vacaciones. Aunque disfrutaban de su tiempo juntos, ambos sabían que el período de exámenes se acercaba, lo que significaba que tendrían que concentrarse en sus estudios.

Una tarde, después de una jornada intensa de clases y estudio, Samantha recibió un mensaje de Felix. "Tengo una sorpresa para ti. ¿Puedes encontrarme en el mirador de la universidad esta noche?"

Intrigada por la misteriosa propuesta, Samantha aceptó con entusiasmo. A medida que la noche caía, se dirigió al mirador, un lugar tranquilo y apartado donde se podían observar las estrellas brillando en el cielo oscuro.

Al llegar, encontró a Felix esperándola con una cálida sonrisa.
—¿Qué sorpresa tienes para mí?—preguntó Samantha con curiosidad

Felix le tomó la mano con suavidad y la condujo hacia el borde del mirador. Una manta extendida sobre el suelo y una caja de luces de colores daban un toque romántico al lugar.
—Quería que tuvieras una noche especial—dijo Felix, señalando el cielo estrellado.

Samantha miró hacia arriba y quedó asombrada por la belleza de la noche. Las estrellas titilaban en el firmamento, creando un ambiente mágico y lleno de encanto.

—Es hermoso—susurró Samantha, sintiendo una oleada de emoción en su interior.

Felix se sentó junto a ella en la manta, y juntos contemplaron el cielo estrellado.

Con el tiempo, la conversación se volvió más íntima y personal. Samantha compartió sus inseguridades sobre el futuro y cómo a veces se sentía abrumada por las expectativas académicas. Felix la escuchó atentamente, acariciando suavemente su mano.

—Sammy, quiero que sepas que eres una persona asombrosa, y eres capaz de lograr cualquier cosa que te propongas— dijo Felix con sinceridad—No importa cuántos obstáculos se presenten en el camino, siempre estaré aquí para apoyarte y ayudarte a superarlos

Samantha se conmovió por las palabras de Felix y se sintió agradecida por su apoyo incondicional. —Gracias, Felix. Es reconfortante saber que puedo contar contigo.

Felix se acercó a ella y le dio un beso tierno en la mejilla.—Eres una persona valiente y talentosa, y tengo la suerte de tenerte en mi vida.

El susurro del viento acariciaba suavemente sus rostros mientras compartían risas y confidencias. La complicidad que habían construido durante semanas de amistad los había acercado de una forma especial, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso hacia algo más.

Las estrellas brillaban con intensidad, como si fueran testigos silenciosos de aquel momento. Samantha miró a Félix con una mirada suave y un brillo en los ojos, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. La conexión que sentía con él era única, y sabía que nunca había sentido algo así por alguien más.

Félix, por su parte, sentía mariposas en el estómago cada vez que Samantha sonreía. No podía evitar perderse en sus ojos y en la calidez de su voz. Quería decirle lo que sentía, pero el miedo a arruinar su amistad lo mantenía callado.

El ambiente romántico y la conexión entre Samantha y Felix se volvieron más intensos a medida que compartían sus sentimientos más profundos. En un momento de valentía, Felix tomó la mano de Samantha y la miró a los ojos.

—Sammy, desde el momento en que te conocí, supe que eras especial—dijo con ternura.—Eres la persona con la que quiero compartir mi vida y todos mis momentos, tanto los buenos como los malos

Samantha sintió cómo su corazón latía con fuerza. —Felix, también siento lo mismo. Eres increíble y me haces sentir completa. Quiero estar contigo y seguir creando momentos mágicos como este.

Samantha decidió tomar valor y se acercó lentamente a Félix. Sus corazones latían al unísono mientras sus rostros quedaban a centímetros de distancia. Sin pensarlo más, se inclinó y sus labios se encontraron en un suave y tierno beso.

El tiempo pareció detenerse mientras sus labios se fundían en un dulce abrazo. El beso era tierno y lleno de emoción, como si estuvieran descubriendo un nuevo capítulo en su relación. Se sentía como si todo encajara perfectamente en ese momento mágico.

Cuando finalmente se separaron, sus miradas se encontraron, y en sus ojos se reflejaba la felicidad y la incertidumbre al mismo tiempo. No sabían qué vendría después, pero por ahora, ese beso bajo las estrellas les había dado la certeza de que lo que sentían era genuino y especial.

Rivers sonrió tímidamente y acarició el rostro de Félix con cariño.—Nunca pensé que tendría el valor de hacer eso—confesó.

Félix respondió con una sonrisa y tomó su mano. —Me alegra que lo hayas hecho—dijo—porque siempre he deseado hacer lo mismo.

El momento mágico en el campus de la universidad quedó grabado en sus corazones para siempre. A partir de ese instante, Félix y Samantha dejaron que sus sentimientos florecieran libremente, abriendo sus corazones al amor y la posibilidad de construir una relación significativa juntos.

Bajo la luz de las estrellas, Félix y Rivers encontraron un tesoro en su conexión especial y en el poderoso lazo que compartían. A partir de entonces, su historia de amor se tejía con cada mirada, cada caricia y cada beso, bajo el resplandor eterno de las estrellas que siempre los acompañarían en su camino juntos.