STUCK WITH YOU [HanaSeri]

[PELIGRO]

Seri no entendía cómo aún después de tantos años, era débil a hacer lo que Hanadori quería.

— ¡Gestöber, ya está listo el desayuno!

— ¡E- En un momento!

Se había quedado en la casa de Hanadori. En la casa de su jefe.

Y todo porque, al despertar, no notó que entre sueños decidió abrazar a Hanadori y el pelinaranja lo tomó cómo una señal de que no se quería ir.

Para ser justos, no quería irse.
Y ahora estaba tratando de acomodar la condenada corbata que Hanadori le había prestado, junto con un conjunto de ropa para irse al trabajo juntos.

Koyuki no era bueno atando corbatas. Normalmente las compraba con un clip encima y así facilitar el trabajo. Para su desgracia, Hanadori no tenía ninguna de ese tipo.

— ¿Todo bien? – La voz de Hanadori hizo saltar al castaño.

— Sí- Sí. Sólo que la corbata no me sale bien hoy.

Esperando un reclamo, Koyuki se sorprendió al escuchar a su jefe riendo a lo bajo y acercándose al desastre que hizo de corbata.

— Sigues teniendo esa costumbre al mentir. – Las manos de Hanadori ajustaron de manera rápida la corbata y jaló la tela con suavidad.

— ¿Qué costumbre...?

— Tartamudear. – Kabuto dió un par de palmadas al pecho de Seri antes de separarse. — Vamos, se enfriará la comida.

— Sí...

Koyuki no sabía si sentirse avergonzado por haber sido descubierto, o por lo pulcra que quedó la corbata en manos de Hanadori.

O por sentir que el corazón se le saldría de su pecho en cualquier momento.

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Cuando Seri llegó junto a Hanadori al colegio, fue inevitable no tener las miradas de, no solo los profesores, sino también de los alumnos.

— Creí que el profesor Koyuki no se llevaba con el director.

— ¿Qué no esa corbata que lleva el profesor es del director?

— Algo se traen esos dos...

— Es obvio que tienen algo.

— ¡Cállate, te está escuchando!

Nuevamente, para Seri era inevitable no prestar atención a los comentarios.

— Ven un momento a la dirección. – Hanadori le murmuró al distraído profesor.

Seri, con el miedo de soltar el nombre de Hanadori en vez de 'director', asintió y siguió su camino a la oficina.

Cuando pudieron llegar, Seri cerró la puerta con cuidado antes de cubrirse la cara roja con las manos.

— ¡Sabía que debí regresarme a casa!

— No te molestes con eso. – Hanadori caminó y se sentó en el asiento de director. — Sólo quería aclarar unas cosas antes de que fueras a dar tu clase. Cómo sabrás, ambos estamos muy ocupados.

Seri suspiró. Sabía que la plática sobre su extraña relación vendría en cualquier momento.

— Gestöber. Cómo sabrás, ahora estamos en una situación diferente. Ya no estamos en preparatoria y tenemos roles que cumplir por mera responsabilidad de nuestros respectivos trabajos.

Koyuki no pudo evitar hacer una mueca por lo formal que sonaba de repente Hanadori.

— Puedes ir al grano si quieres. Cómo dijiste, ambos estamos ocupados.