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El hombre mayor abrió el candado y los tres chicos suspiraron aliviados.

—¡Muchas gracias señor Park!—Rosé se inclinó levemente

—No es nada, alguien hizo la maldad y puso el candado—El hombre se retiró

Las dos chicas salieron del cuarto y Rosé no dudó en abrazar a su amiga quién la recibió sin problema.

—¿Porque estaban aquí?—Preguntó Jungkook

Jennie no dijo nada, sólo se fue dejando a Lisa con sus amigos y con la cabeza dando vueltas.

—Espera, ¿fue como en las escenas cliché de romance donde se quedan encerradas en el cuarto de la limpieza y se besan o tienen...?—Seulgi se cubrió la boca sorprendida—Tú y Jennie...?

La castaña hizo algunos movimientos con las manos qué insinuaban lo que todos pensaban, sin embargo no fue así.

—No Seulgi, no hicimos nada, sólo nos besamos

—¿QUÉ?—los tres se miraron entre si

—¿Tú propusiste la idea, verdad?—Lisa negó y todos se volvieron a mirar

—Okeyy, esto es código rojo, Jennie está desarrollando sentimientos por Lisa—Rosé dijo

—Sí pero también hablemos de porque estaban encerradas con candado—Jungkook comenzaba a cuestionarse

—Fue como dijo el señor Park, alguien lo puso ahí—Lisa se cruzó de brazos pensativa

—¿Alguien las vio?

—No, no había nadie cuando vinimos aquí

—Tal vez fue un conserje, pero vámonos ya que tengo hambre—Rosé movía sus pies desesperada

—Sólo déjenme ir por mi cartera, la olvidé en la mochila

—Nos vemos en la cafetería

Lisa asintió y se fue rápidamente al salón, pero se encontró con la foto de Chiquita de bebé en el suelo.

—¿Cómo llegó esto aquí? La tenía en mi cartera

La rubia se rascó la cabeza y revisó su cartera encontrando todo como lo había dejado.

—Tal vez se me cayó

Le restó importancia y se fue a la cafetería con sus amigos.

...

El aula de cómputo estaba vacía, todos estaban almorzando así que todo estaba a su favor. Tomó asiento en un computador y la encendió.

—Veamos, primero abriremos una página en incógnito

Abrió la página y buscó algunos sitios web hasta que encontró uno donde podías solicitar tu información de nacimiento y todos esos datos relacionados.

Introdujo los datos de la rubia y una sonrisa se formó en su rostro al ver el nombre qué se mostraba registrado después de su nacimiento.

—Pranpriya Manoban, que curioso, sólo conocí a una pranpriya que estaba en la misma secundaria

Con el mouse bajó más y se encontró con otro dato más interesante aún. Ya no era Pranpriya, ahora era Lalisa.

—¿Así que te cambiaste el nombre?—Comenzó a reír—¿Qué pensará Jennie sobre esto? Me da pena por ella

Guardó los datos y los imprimió, cerró todas las pestañas, y apagó el computador. Tomó las hojas para después salir de ahí.

—Puedo oler tu ruina, Manoban

reputation | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora