capítulo xiv.

146 20 2
                                    

Advertencias: Omegaverse, parejas secundarias, historia cliché, drama y angst.

✹✹✹

A pesar de ser casi verano, Minho nunca sintió tanto frío como esa noche, cuando abrió la puerta de su casa y la encontró a oscuras.

Sintió su respiración cortándose cuando entró y sus zapatos pisaron cerámica rota junto a flores destrozadas. Los jarrones estaban rotos.

Su estómago se tornó más pesado aún cuando subió las escaleras, siguiendo el rastro de feromonas que había en el aire, su cuerpo temblando en anticipación en el momento en que se detuvo fuera de la habitación matrimonial.

Recordó a su madre frente a él, sonriéndole mientras le decía que Chaewon esperaba un hijo suyo, junto al descubrimiento de toda la verdad de Jisung. Y ahora Seungmin debía saberlo todo, y tenía claro que eso jamás el omega se lo perdonaría.

Pero Minho quería rogar por ese perdón, aunque no lo mereciera.

Entró al cuarto, viendo inmediatamente a Seungmin de rodillas ante el armario, una maleta a medio hacer a su lado.

Un raspón doloroso se asentó en su garganta.

—Seungminnie —susurró, su voz temblando.

El omega se detuvo, bajando sus hombros, pero sin voltearse.

Minho se dio cuenta de que estaba llorando.

Dio dos pasos con la intención de ir a consolarlo, sin embargo, antes de poder hacerlo, Seungmin habló:

—No te me acerques.

Obedeció, su corazón rompiéndose ante la petición.

Seungmin puso unas cosas más en la maleta antes de cerrarla, y luego se volteó, su rostro destrozado, con sus ojos rojos e hinchados y sus labios temblando.

Sin embargo, Minho nunca lo encontró más hermoso y lejano que esa noche.

—¿Dónde está Jisung? —preguntó Seungmin, poniéndose de pie.

Minho humedeció sus labios.

—Está con Chan, en casa de Sungjae —respondió.

Seungmin asintió, sin mirarlo realmente, y agarró la maleta. Sin añadir nada más, comenzó a caminar hacia la puerta, dispuesto a irse de allí y nunca volver.

Ante ese pensamiento que llegó a su mente, Minho lo tomó del brazo, deteniéndolo.

—Perdóname —susurró, desesperado—, Seung, mi amor, por favor, perdóname–

—De todas las omegas en este mundo —sollozó Seungmin—, ¿por qué con mi hermana, Minho? —su expresión se quebró—. Me mentiste a los ojos. Me dijiste que sólo fueron unos besos, que no la conocías...

Su alfa gimoteó en respuesta, desesperado, queriendo sostener a su derrotado y apenado omega en sus brazos, protegerlo de todo el daño y decirle que todo iba a estar bien, aunque fuera sólo una vil mentira.

Hizo el amago de abrazarlo, pero Seungmin no se quedó quieto: lo empujó bruscamente, su rostro todavía lloroso, pero sus ojos con una rabia que no vio allí antes.

—Seungminnie, por favor, te lo ruego...

Entonces, Seungmin hizo algo que nunca habría imaginado posible en la vida.

Seungmin lo abofeteó en la mejilla, soltando ya no hormonas de pena, sino también de odio, desprecio e ira.

—¿Tan... tan idiota e iluso me creías como para que jamás lo fuera a descubrir, Minho? —gruñó, dando un paso y haciéndolo retroceder por el aturdimiento—. ¿Tan patético me consideras, Minho?

kilig ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora