Capítulo 35:

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La meticulosidad era algo que caracterizaba a Hoseok, podía emocionarse de una manera excesiva en determinadas situaciones, pero cuando se trataba de trabajo era demasiado perfeccionista y mucho más si se trataba de aumentar su colección de manos. La estantería estaba repleta, pero completamente ordenada. Cada tarro contenía las manos de una persona y en una etiqueta ponía a quién pertenecía, la forma en la que había muerto y la fecha de la muerte.

La rigidez que adquiere el cuerpo al morir hacía que sea muy difícil mover las manos, pero Hoseok conseguía poner cada una en diferentes posiciones y está vez quería que las uñas de Hyung Seo se apreciaran. Había colocado las manos dentro del frasco de tal forma que parecía que estaba enseñando las uñas, el líquido espeso que vertía en el tarro las hacía permanecer en esa posición.

—Perfecto —sonrió al ver que quedaban exactamente como  había imaginado.

—El olor a formol te pone de buen humor —murmuró Yoongi besando el cuello de Hoseok.

—Porque significa que mi colección va aumentando —Hoseok movió un poco más el cuello dejando acceso total a Yoongi que había aparecido de la nada.

El vampiro mayor parecía estar demasiado ocupado los últimos días y apenas había podido pasar tiempo con su marido, dejándole tiempo suficiente a Hoseok para hacer lo que Namjoon le había pedido y es que en menos de un día había conseguido modificar la mitad de la sangre con la ayuda de algunos vampiros.

—Has trabajado mucho hoy, cariño —Yoongi continuó con los besos aprovechando para acariciar las piernas de su marido que seguía sin moverse del taburete en el que estaba sentado.

—Namjoon no deja de mandarme trabajo, está demasiado estresado —se quejó cerrando el tarro —. Al menos me ha dejado descuartizar al larguirucho a mi manera y dejarle una nota a Jungkook.

Yoongi se separó y cogió él mismo el frasco para colocarlo en el sitio que Hoseok había reservado para Hyung Seo, justo al lado de donde irían las manos de Jimin y Jungkook. Perfectamente a la vista en el centro de la gran estantería en la que su marido tenía sus pequeños trofeos. Todas y cada una de ellas eran diferentes, algunas manos incluso conservaban los anillos que tenían sus propietarios y alguna que otra pulsera flotaba dentro del formol.

—Has cambiado el orden —se percató Yoongi y hoseok saltó del taburete emocionado al ver que su marido se daba cuenta de esos pequeños detalles.

—¡Si! —gritó emocionado —. Es que he pensado que Jimin y Jungkook no merecen estar juntos. Serán mis mayores trofeos, por eso van uno a la derecha y otro a la izquierda, pero les tiene que separar las manos de un real y no había nadie mejor que Hyung Seo para esa posición.

—Si que hay alguien mejor para ese puesto —murmuró Yoongi con una sonrisa sarcástica.

—Lo sé, pero está vivo y dando vueltas por la mansión así que no puedo arrancarle las manos a Namjoon solo para tenerlas en mi colección —Hoseok frunció el ceño e hizo una pequeña mueca con los labios —. Me conformo con ver las uñas de Seo, pero quiero las de rubio a la derecha y las del traidor a la izquierda, así completaré la colección.

Yoongi volvió a sonreír al ver las expresiones de Hoseok y se pegó sus cuerpo, dejando que su marido recargara la espalda en su pecho.

—¿A las mias no les tiene un sitio especial? —preguntó acariciando la cintura y sintiendo como Hoseok bajaba la mirada a sus manos.

—Las tuyas solo las quiero aquí —Hoseok cogió las manos de Yoongi y las llevó a la erección que había empezado a formarse por los besos que su marido le había estado dando en la cicatriz que tenía en su cuello —. Y las necesito en su sitio, aunque también me gustaría tener otra cosa en mi polla.

Forest war - TaejinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora