¿Qué haces cuando el amor de tu vida ha olvidado todos los momentos que pasó a tu lado?
Missa no está seguro de cómo manejar la situación, pero quizá con un poco de tiempo, Spreen logré recordar ¿O no?
《Porque en otra vida, él podría ser su chico》
...
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Llanto.
Sollozos ahogados detrás de la puerta, se acerca despacio y la abre, la habitación es un desastre y parece vacía, pero la silueta de Quackity llora estando hecho un ovillo sobre su cama.
De nuevo.
"Mon caneton" le llama el francés.
"Ven" Le pide y el pato niega con la cabeza frenéticamente, está asustado, la ausencia de Missa ya era difícil y luego Rubius se fue, dejándolo solo junto al par de guerreros. La final estaba a tan solo unas horas de empezar y sabía que no había ninguna chance de llegar a ganar, al menos no para él.
"Vamos caneton, por favor" lo intenta de nuevo y esta vez el de plumaje dorado se acerca, acurrucando su inestabilidad contra la fuerza de Shadoune.
Lo arrulla cual niño pequeño, esperando ser suficiente para poder darle fuerza, necesita hacerlo, necesita que Quackity sea fuerte y valiente para afrontar lo que venía. Para irse juntos.
"He preparado algo" le susurra un rato después de que el llanto se detuvo "¿Quieres ver?" Las alitas a sus costados se remueven, demostrando que a pesar de estar tan triste, aún encuentra emoción en las sorpresas.
Shadoune toma su mano para guiarlo fuera de la oscura habitación, bajan las escaleras y Quackity recorre con la mirada cada rincón dentro de la casa, al llegar al primer piso se encuentra con la sorpresa de que hay demasiada luz a comparación de los días anteriores. El desorden y abandono se ha ido, a su alrededor parece que ha recobrado la alegría que la muerte de Missa se había llevado.
Y el detalle final, el comedor, aquel que dejaron de usar a partir del trágico día, lucía un mantel limpio, flores al centro, velas y tres platos listos para servir la cena, otorgándole un ambiente agradable.
Además de la presencia de Spreen esperando a que ambos lo acompañarán.
"¿Q..qué es esto?" Pregunta incrédulo el híbrido ánade, tratando de pescar las elucidaciones imaginarias de su propia mente.
"Creímos que sería apropiado tener una cena, antes de ir a los juegos" explica el francés antes de correr con cuidado la silla indicando a Quackity que tomara asiento, cosa a la que hizo caso y se sentó.
Spreen se encargó de servir la cena que habían hecho ambos, pero Quackity debía admitir que eran pésimos en la cocina y agradeciendo tanto el haber encontrado a Missa pues no hubiera podido soportar la primera semana en extremo sin sus deliciosos platillos.
Se olvidaron completamente de la situación, compartieron sus anécdotas de todas esas semanas fuera, coincidiendo en qué pasarlo a la intemperie les había servido mucho para despejarse y contar con esa ventaja al iniciar los juegos. Luego Quackity empezó a contarles un poco sobre la vida en Karmaland, pues si bien Shadoune no tenía una idea de ese lugar, Spreen quiso saber cómo se encontraba el pueblo en el que nació y el hogar de sus padres.