Capítulo 1: Llegada a la Singularidad

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El viento soplaba fuertemente mientras Ritsuka y Mash emergían de la singularidad, encontrándose en una plaza colonial en Buenos Aires. La arquitectura conocida había sido reemplazada por estructuras misteriosas y símbolos aztecas que adornaban los edificios.

Mash observó su entorno con incredulidad. "¿Dónde estamos, Senpai? Esto no se parece en nada a la Argentina que conocemos..."

Ritsuka frunció el ceño, sosteniendo firmemente su dispositivo de invocación. "Parece que hemos sido transportados a una realidad alterna de Argentina. Pero no podemos dejar que esta singularidad distorsionada siga adelante. Debemos averiguar qué está sucediendo aquí."

Antes de que pudieran continuar, una figura desconocida se acercó a ellos. Era una mujer con ropas extrañas y un aura divina a su alrededor.

"¿Quiénes son ustedes?", preguntó la mujer con tono desafiante.

Ritsuka dio un paso adelante. "Soy Fujimaru Ritsuka, y ella es Mash Kyrielight. Venimos a investigar esta singularidad y restaurar el equilibrio del tiempo."

La mujer sonrió maliciosamente. "Soy Quetzalcóatl Alter, uno de los cuatro dioses aztecas que gobiernan esta tierra. No permitiré que interfieran con nuestros planes para esta nación."

Mash apretó su escudo con determinación. "Entonces, ¿son ustedes quienes están manipulando la Revolución de Mayo?"

"Exactamente", respondió Quetzalcóatl Alter. "El curso de la historia ha sido alterado para beneficiar a nuestra civilización. ¡La Argentina que conocen ya no existe, y pronto el mundo entero caerá bajo el dominio de los dioses aztecas!"

Ritsuka frunció el ceño. "No dejaremos que eso suceda. Defenderemos la historia y a esta nación con todas nuestras fuerzas."

Los ojos de Mash brillaron con valentía. "¡Somos los representantes de la Humanidad, y lucharemos por proteger el futuro de Argentina!"

Quetzalcóatl Alter rió con autosuficiencia. "Entonces, que comience el juego. Veremos si son lo suficientemente fuertes para detenernos."

El enfrentamiento entre los dos grupos estaba por comenzar, con el destino de Argentina y la seguridad del mundo en juego. Ritsuka y Mash estaban decididos a enfrentar este desafío, sin importar lo que les esperara en esta tierra alterna. Enfrentarían a los dioses aztecas y restaurarían el curso de la historia, sin importar cuánto esfuerzo y sacrificio les costara.

La batalla con Quetzalcóatl Alter se intensificó mientras Ritsuka y Mash enfrentaban su poder divino. Los ataques del dios azteca eran poderosos y rápidos, poniendo a prueba las habilidades de los dos héroes.

Mash desplegó su escudo para proteger a Ritsuka de un poderoso embate. "¡Senpai, sus ataques son implacables! Debemos encontrar una manera de contrarrestarlos".

Ritsuka se mantuvo concentrado, analizando los movimientos del dios azteca. "Tienes razón, Mash. Necesitamos encontrar una debilidad en su defensa".

Quetzalcóatl Alter sonrió con arrogancia. "¿Creen que pueden vencerme? Soy un dios y mis poderes son infinitos".

Mash no se dejó intimidar. "No importa cuán poderoso seas, no dejaremos que manipules la historia de Argentina y causas más daño. ¡Nosotros defenderemos la verdad!"

En ese momento, un grito resonó desde el fondo de la plaza. Juan Manuel de Rosas, quien ya había sido invocado anteriormente, cabalgó hacia Ritsuka y Mash, interponiéndose entre ellos y el ataque de Quetzalcóatl Alter.

"¡No permitiré que los toquen!", exclamó Juan Manuel de Rosas con valentía, desviando los ataques del dios azteca con su habilidad como Rider.

Ritsuka y Mash se sorprendieron gratamente al ver a Juan Manuel de Rosas, quien ya había estado luchando contra los dioses aztecas antes de su llegada.

"¡Gracias por venir en nuestro rescate!", dijo Ritsuka, sintiendo gratitud por el oportuno apoyo de Juan Manuel de Rosas.

El general argentino sonrió mientras enfrentaba a Quetzalcóatl Alter. "No permitiré que los dioses aztecas controlen nuestro destino. Argentina necesita héroes como ustedes para restaurar la Revolución de Mayo".

Con la llegada de Juan Manuel de Rosas, la situación de la batalla cambió. Los tres héroes trabajaron en equipo, aprovechando sus habilidades únicas para debilitar a Quetzalcóatl Alter y sus seguidores.

La diosa azteca, viendo la resistencia de los héroes, decidió retirarse por el momento, desapareciendo en un remolino de luz.

Mash se acercó a Juan Manuel de Rosas con gratitud. "Gracias por salvarnos, Rider. No podríamos haberlo hecho sin tu ayuda".

El general argentino asintió. "Somos aliados en esta lucha por la libertad de Argentina. Juntos, enfrentaremos cualquier desafío que se presente".

Ritsuka se puso de pie, con determinación en sus ojos. "Tienes toda la razón, Rider. No importa cuán poderosos sean los dioses, no nos rendiremos hasta que restauremos el curso de la historia y honremos adecuadamente al General San Martín".

Mash asintió con resolución. "Tienes razón, Senpai. Juntos, enfrentaremos cualquier adversidad y protegeremos la verdad de la historia".

Con sus aliados a su lado, Ritsuka, Mash y Juan Manuel de Rosas se prepararon para dirigirse al templo de los dioses aztecas. La lucha por Argentina y el destino de la humanidad aún estaba lejos de terminar, pero los héroes estaban listos para enfrentar cualquier adversidad y restaurar la historia a su cauce correcto.

Singularidad: Virreinato del Rio de la Plata - Revolucion de los DiosesWhere stories live. Discover now