Capitulo 4: Alianzas y Confrontaciones

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Dentro del Templo, los dioses aztecas se jactaban de sus triunfos, especialmente Atlacoya, quien relataba burlonamente cómo había derrotado al Servant Saber José Artigas en Montevideo.

"¡Ja, ja, ja! Ese tal José Artigas no fue rival para mí. Su espada no pudo hacer nada contra mi poder. Fue tan fácil derrotarlo", se burló Atlacoya, su voz llena de arrogancia.

Quetzalcóatl Alter miró a sus compañeros dioses con satisfacción. "Nuestra presencia aquí ha sumido a esta tierra en el caos. La gente teme nuestra fuerza y obedece sin cuestionar. Pronto, toda Argentina será dominada por nosotros".

Tonatiuh, con un aire de solemnidad, tomó la palabra: "Recuerdo cómo hice sufrir a la servant Assassin Leona Vicario. Sus intentos de resistirse fueron inútiles. Gocé con cada una de sus lágrimas mientras se enfrentaba a mi fuego".

Tlaloc, la Pretender, sonrió siniestramente mientras jugaba con sus manos, evocando lluvias torrenciales y relámpagos en miniatura. "Los cultos a los dioses antiguos resurgen en esta tierra, y nada puede detener nuestro reinado".

En medio de la charla, Quetzalcóatl Alter intervino con disgusto: "¿Y tú, Atlacoya? Dejaste escapar a la Berserker. ¡Eso es inaceptable! Debes asegurarte de que no quede ni una brizna de esperanza para esos insignificantes Servants".

Atlacoya se encogió de hombros con indiferencia. "No te preocupes, Quetzalcóatl, pronto la atraparé y la reduciré a cenizas. Me divertiré aplastando su resistencia".

Tonatiuh agregó con desdén: "Son solo insectos rebeldes, no tienen oportunidad alguna contra nosotros".

Tras recibir información de los soldados de la resistencia paraguaya sobre la ubicación de una Servant en Yapeyú, el grupo dirigido por Ritsuka se apresuró hacia Corrientes. Al llegar al lugar, sintieron la atmósfera cargada de melancolía y tristeza que envolvía la zona. Se dirigieron hacia una casa en ruinas, y al verla, decidieron dividirse para buscar pistas sobre la Servant que allí se encontraba.

Mash entró con cautela en una habitación que parecía mantenerse intacta a pesar del abandono. De repente, la puerta se cerró violentamente detrás de ella, y antes de que pudiera reaccionar, recibió una fuerte patada en las costillas. Al girarse, se encontró con una joven mujer con expresión furiosa y dolor en sus ojos.

"¿Vos también vienes a arrebatarme lo único que me queda de mi amado?", dijo la joven mujer, y su voz estaba cargada de tristeza y amargura.

Ritsuka y el grupo salieron corriendo hacia la habitación, listos para defenderse. Intentaron hablar con la joven mujer, explicarle que no eran enemigos, pero ella estaba en un estado de furia incontrolable, incapaz de escuchar razones. Era la Berserker: María Remedios de Escalada, y la tristeza por el asesinato de su esposo, San Martín, la había sumido en una ira desenfrenada.

La batalla fue intensa, pero incluso en medio del caos, el grupo intentó no herir a María Remedios de Escalada más de lo necesario. Sin embargo, sus ataques no mostraban señales de detenerse. Ritsuka se preocupaba por ella y comprendía que la tristeza y la rabia en su corazón eran demasiado abrumadoras.

En ese momento, la Berserker se vio rodeada por una brillante luz dorada que provenía de Saber y ambas Caster. María Remedios de Escalada se encontró atrapada en una conexión mágica, permitiendo a Saber adentrarse en su mente y comprender el dolor que la consumía.

Dentro de la mente de la Berserker, Saber pudo ver los recuerdos dolorosos de María Remedios de Escalada, las pérdidas que había sufrido y el peso de la tristeza que llevaba consigo. Comprendió que su ira era una manifestación de la profunda pena que sentía por la pérdida de San Martín.

"Soy Juana Azurduy, Saber de esta singularidad", dijo Saber con gentileza y empatía. "Entiendo tu dolor y tu enojo, María Remedios de Escalada. Pero luchar así no te llevará a encontrar la paz. Permíteme ayudarte a liberarte de la oscuridad que te consume".

Dentro de la conexión mágica, ambas Caster contribuyeron a la influencia de Saber sobre la mente de la Berserker. Poco a poco, María Remedios de Escalada comenzó a calmarse, sus emociones encontraron un punto de equilibrio.

Finalmente, María Remedios de Escalada cayó de rodillas, con lágrimas en sus ojos. "No puedo soportar más este dolor... esta rabia..."

Saber se acercó a ella y la abrazó con compasión. "No estás sola en esto. Permítenos compartir tu carga y encontrar juntas la paz que tanto necesitas".

Las Caster unieron sus fuerzas a Saber, y mediante su magia, ayudaron a sanar el corazón herido de María Remedios de Escalada. La tristeza y la ira comenzaron a disiparse, dejando espacio para la esperanza y la paz.

El grupo, ahora con una Berserker más serena, se unió en un círculo de comprensión y apoyo. María Remedios de Escalada finalmente se unió a ellos, decidida a luchar junto a sus nuevos aliados por la libertad y la verdad en Argentina.

Singularidad: Virreinato del Rio de la Plata - Revolucion de los DiosesWhere stories live. Discover now