Noche Salvaje

Capítulo 1 - "Un Pablo..."

Eran las 10:00 de la noche cuando Pedri ingresó a un bar con los ojos rojos y con algunas lágrimas, estaba destruido por dentro, y quería ahogar sus penas con alcohol y así olvidarse de todo por un momento.

Todavía no podía creer que Ferrán, su prometido, lo había engañado todo este tiempo, jamás pensó que lo encontraría en su propia cama teniendo sexo, y menos con Robert, su amigo de la infancia.

Pedri: Mi vida es una mierda. - dijo tomando la botella de vodka que pidió hace un momento.

Ana: ¿Necesitas que te consuele guapo?

Pedri: Necesito que me dejes solo y te vayas a la mierda.

Ana: Veo que no estás de humor, estaré en la pista de baile si me necesitas primor.

Pedri: Solo lárgate.

La chica se largó con una sonrisa, se notaba lo que quería, y el canario solo quería olvidar.

Gavi: Te doy un consejo, ella es una puta que te lleva a la cama y luego desaparece con todo tu dinero.

Pedri volteo a ver al barman y se quedó completamente hipnotizado con los ojos marrones de este... Igual que los de Ferrán, vaya coincidencia.

Pedri: Cuando necesite un consejo te lo pediré, Gabriel.

Gavi: Jajaja, me llamo Pablo, pero puedes llamarme Gavi.

Pedri: Como sea, solo sírveme más trago.

El sevillano lo miro con mala cara y solo se limitó a servir la bebida. Por alguna razón, no quiso discutir con el pelinegro.

Ya eran casi las 4 de la mañana y el bar comenzaba a quedarse vacío, solo estaban unos cuantos jóvenes y Pedri que se encontraba tirado en uno de los sillones del lugar con una borrachera única.

Ana: ¿Ya te sientes mejor bebé?

Pedri: ¿Quien... eres? - La ebriedad del canario no lo dejaba hablar fluidamente.

Ana: Eso no importa corazón, importa que la pasemos bien, que te parece si...

Gavi: ¿Qué te parece si mejor vas a aprovecharte de otra persona

Pedri no estaba consciente de lo que sucedía, mucho menos en que momento llego Gavi.

Ana: Vete a la mierda, maldito maricon.

Gavi: Vete tú si no quieres que llame a seguridad para que te saquen, zorra barata.

La chica se fue enojada, Gavi ayudó al mayor a pararse para luego ayudarlo a tomar un taxi.

Gavi: ¿Donde vives eh?

Pedri: Deja de hablar así, por favor.

Gavi: ¿Así como?

Pedri: Así, que me recuerda que tan imbécil fui al confiar en Ferrán.

Pablo sabía que no podía dejar que se vaya en ese estado, así que decidió llevarlo a su casa, al fin y al cabo, estaba ebrio y parecía inofensivo.

Luego de tomar el taxi, llegaron al edificio donde vivía Gavi.

Pedri: ¿Me estás secuestrando niño bonito?

Gavi: Solo cállate y ayúdame a subirte al tercer piso.

Pedri: Me encanta como hablas.

Gavi: Pensé que te recordada a alguien.

Pedri: Sí, pero a tí te escucho perfecto.

Gavi se sonrojo notablemente, a él le parecía atractivo el canario, solo que no quería y no debía aprovecharse de la situación en la que estaba el mayor.

Llegaron al tercer piso y fue cuando entraron al departamento donde Pedri pensó una buena "idea" dentro de su ebriedad.

Pedri: ¿Sabes refranes? - El más pequeño lo miró confundido - ¿Te sabes el de: “Un Pablo saca a un Ferrán”?

Gavi: No sé de qué hablas.

Pedri: Ahora lo sabrás - Sin más que decir, se abalanzo a los labios del ojimarrón.