Cristiano Ronaldo, uno de los empresarios mas influyentes de Portugal. Tiene un gran problema; necesita urgentemente un empleado para la vacante de asistente personal. Algún beta o alfa que pueda cumplir con el rol a la perfección, no necesita un om...
Después de que Javier tuvo en sus manos la carta de aceptación, los días se volvieron una cuenta regresiva para su partida. Gio y Miguel se esforzaron en obtener documentos falsos necesarios para el nuevo empleo de Javier. Dado que no se trataba de una empresa corriente ni de un simple puesto de trabajo, sino de algo que requería viajar en avión, la compañía se hizo cargo de los gastos, un gesto que Javier apreciaba enormemente, ya que no tenía ni la menor idea de cómo costearía ese pinche boleto de avión, como él mismo había mencionado.
Por otro lado, su amigo Hirving, parecía una Magdalena, renuente a dejar partir al tan apreciado omega. Ahora, mencionaba quedarse solo y sin un lugar adonde ir, pero Chicharito se mostraba dispuesto a consolarlo. Javier no quería que nadie se sintiera mal por su partida; él buscaba algo mejor que simplemente vender algunas cosas o trabajar en empleos mal remunerados.
El mayor desafío al emprender este viaje fue su madre, quien ese día presentía que algo no andaba bien. Finalmente, el chico confesó a Doña Ana su decisión de dejar el país para brindarle una vida mejor a ella, su padre y sus hermanos pequeños. Inicialmente, la madre de Javier pensó que se iría "cerca", imaginando que cruzaría la frontera de manera irregular, comúnmente conocido como "mojado", con la esperanza de encontrar trabajo en Estados Unidos. Sin embargo, Chicharito le aclaró que no se dirigiría hacia el norte, sino más bien hacia el Este noroeste; Portugal sería su nuevo destino. Esta revelación casi hace que su madre se desmaye por la abrumadora preocupación en ese momento. No sabía cómo sería la vida de su hijo allí, cómo funcionaban las cosas, y miles de incertidumbres invadieron su mente, generando una gran inquietud por el bienestar del joven. A pesar de ello, Javier estaba presente para consolarla. Aunque su madre intentó detenerlo y sugerir otras posibles soluciones, no pudo hacerlo. La decisión ya estaba tomada.
Esa misma tarde, Javier se preparaba para partir y necesitaría ser llevado al aeropuerto. La empresa lo contactó nuevamente a través de correo electrónico, proporcionándole la hora de salida del vuelo junto con el boleto electrónico de código de barras. Esta notificación resultó confusa para él, ya que no tenía la menor idea de qué hacer una vez a bordo del avión. Ante esta incertidumbre, Giovanni le comentó que el vuelo hacia el nuevo país tendría una duración de aproximadamente 8 horas.
— Te traje esto, es un libro guía de palabras al portugués, para que cuando llegues no pongas geta de baboso. —el moreno le extendió una pequeña guía.—
— Gracias, pero fue mi culpa al querer irme así como si nada, no se ni un poquito de portugués me imagino. —tomo la pequeña guía entre sus manos, agradecido por ello
Miguel, quien disponía de un automóvil, acompañaría a Javier hacia el aeropuerto, junto con sus amigos y su padre, conocido como Don Chucho. El hombre mayor se mostraba preocupado por su hijo, inquieto por saber si llegaría bien, si seguiría alimentándose adecuadamente, y si disfrutaría de su experiencia. Una vez que Javier abordara el avión, Don Chucho se vería en la incertidumbre, sin recibir noticias de su hijo hasta pasadas ocho largas horas, a cualquier padre le preocuparía eso.
Javier llegó al aeropuerto poco después de un rato, estaba nervioso, sus manos sudaban por los nervios de algo nuevo. Jamás había subido a un avión en su vida, mucho menos pasar por la aduana y cosas así, no comprendía mucho. Las horas pasaron llegando el momento de abordar al avión, con los nervios a flor de piel, diciéndose a si mismo que todo estaría bien.
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