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Javier había esperado con ansías que le llamarán o tratarán de contactar de cualquier modo, pues Gio y Miguel enviaron su solicitud días atrás más seguía sin llegar respuesta, eso lo preocupaba puesto que debería estar buscando más trabajo si el i...

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Javier había esperado con ansías que le llamarán o tratarán de contactar de cualquier modo, pues Gio y Miguel enviaron su solicitud días atrás más seguía sin llegar respuesta, eso lo preocupaba puesto que debería estar buscando más trabajo si el irse de México no funcionaba o si de plano aquella solicitud no entraba en el estándar que pedían.

Ese día estaba en casa, ayudando a su mamá en la limpieza del hogar, retirando algunas capas de polvo ya instaladas en la superficie de los muebles, disfrutaba de ayudar muchas veces con la limpieza, a pesar de tener que trabajar, podía darse un tiempo de relajarse al ayudar en casa, ¿Raro no? Pero el lo disfrutaba.
Limpiar fue tranquilo hasta que la puerta de su casa comenzó a sonar de golpes; alguien tocaba desesperado al otro lado. Se extrañó al no saber quién podría ir a buscarlo a él o a alguien de su familia, no era ni la una de la tarde.

—¿Quién? —pregunto Javier desde la sala, esperando que le contestaran.—

—¡Yo wey! ¿¡Quién más!? ¡Abrele ya Chicha, en fa! —se escucho una voz que aparentemente Javier reconoció al instante y abrió la puerta, apreciando que quien lo buscaba era un muy cansado y sudado Chucky, que traía con él un folder y dos bolsas de red cargadas de verdura, carne, huevo, etc.—

—¿Y ese milagro que madrugas? —Pregunto, y en cuanto vio lo que traía en una mano, se hizo a un lado.— Pasale. —rapidamente lo jalo hacía su casa, viendo como estaba el pobre.—

Y la razón era sencilla, Lozano ese día fue al mercado a comprar todo lo que su mamá le pidió para la comida del dia, de camino se encontró con Gio quien le dió aquel folder, ni corto ni perezoso había corrido hasta la casa del omega, se canso de correr y por eso estaba más para allá que para acá cuando llegó a su destino.
Después de que al pelinegro le fuera dado un vaso de agua y tomara asiento en la sala junto a Javier, pudo hablar con calma y explicar las cosas, también el porque venía tan agitado.

—Hoy en la mañana me encontré con Gio, y me dijo que te diera esto. —Extendio aquel sobre hacía Javier, para que lo pudiera tomar.— Neta, no me quiso decir nada más de que venía y eso, así que ahí sabrás tú, ábrelo de una vez, mi mamá me está esperando con lo que me pidió, pero me urge saber que trae.

Javier tomo ese folder, abriéndolo, se tomó su tiempo para leer lo que en su interior había, cuatro hojas engrapadas dos con dos. Las primeras iban en portugués y las otras en español, aunque eran los mismos datos aparentemente, parecía casi un contrato con todo lo que pedía ahí, incluso una firma de estar en acuerdo con todo. Pegó un grito por la sorpresa cuando entendió lo que sucedía.

Parecía ser que fue aceptado en aquel lugar, todo atinaba a eso, que le hubieran enviado todo aquello e incluso un número, correo y código de contacto; la emoción invadió al Chicharito quien inmediatamente se levantó como un resorte.

—¡No mames! ¡No mames! —Repitió parándose del sillón sin apartar la vista del interior del folder.—

—Pero deja ver, yo quiero saber también que dice.

El Contrato (C. Ronaldo x Chicharito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora