dos

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...no puedo rechazar la forma en que toma mi mano...

Felix tuvo que tomar aire cuando Hyunjin soltó su cabello, tosiendo apenas, saliva escurriendo por sus labios, y levantó la vista.

El alfa tenía el rostro algo ruborizado, con sus pupilas dilatadas, emitiendo feromonas de excitación que lo estaban haciendo lubricar. Felix notó enseguida lo húmedo que estaba, la forma en que estaba empezando a dilatar, pero trató de concentrarse en el enorme miembro frente a él.

Sacó su lengua, agarrando la polla de Hyunjin de su base, golpeando el glande repetidas veces contra ella antes de envolver sus labios alrededor, sintiendo la mano del alfa en su cabello para volver a dirigir las estocadas.

—Así... así, bebé... —susurró Hyunjin con la voz ronca—, eres tan bueno...

Gimoteó cuando el glande golpeó su garganta, forzándose a calmar su respiración y sintiéndose más excitado por lo llena que estaba su boca. Si había algo que le gustaba era chuparle el pene a Hyunjin porque su miembro era grande, largo y venoso, pesado en su lengua. Chupárselo era tan bueno como cuando lo follaba.

Hyunjin tensó sus piernas y Felix supo que iba a correrse pronto, así que apresuró el movimiento de su cabeza, subiendo y bajando mientras su mano le ayudaba. Iba a separarse para recibir la corrida en su rostro, pero Hyunjin gruñó una advertencia.

Felix relajó su mandíbula, entendiendo lo que quería, jadeando cuando el nudo de Hyunjin comenzó a hincharse entre sus labios. Si había algo que le gustaba al alfa, aparte de anudar en su culo, era anudar en su boca. Siempre decía lo mucho que le gustaba ver sus mejillas hinchadas por su nudo.

Sus ojos estaban llorosos cuando chocó con la mirada oscurecida del alfa, sintiendo el dolor en su boca por el nudo, y el semen desbordaba de sus labios por la cantidad que no podía tragar. Su interior se contrajo en el vacío, ansioso por tener el nudo allí.

Diez minutos después pudo alejarse respirando a bocanadas, lloriqueando cuando Hyunjin acarició su mejilla sucia.

—Lo hiciste bien —alabó el alfa—, te portaste bien, Felixie.

—¿Me darás una nueva tarjeta de crédito, Hyunjin? —preguntó Felix con la voz temblorosa debido al tiempo que estuvo con la polla del alfa metida en su boca.

—Mmm... —Hyunjin se extendió para agarrar un pañuelo y así limpiarse. Una vez estuvo listo, guardó su pene en sus pantalones con expresión perezosa—, no sé, sigues sin merecerlo.

—Hyunjinnie... —Felix se sentó en sus talones, poniendo ojos llorosos—, por favor...

Hyunjin le hizo un gesto para que se pusiera de pie y Felix salió de debajo del escritorio, inclinándose y recibiendo el beso posesivo de Hyunjin, estremeciéndose cuando el mayor lo agarró de la barbilla al alejarse.

—¿A quién le perteneces, Lix? —le dijo en un gruñido.

—A ti, Hyunjin —jadeó con necesidad.

—Entonces...

—No... no volveré a coquetear con tus socios —mintió, pues sabía que volvería a hacerlo cuando los viera. No entendía por qué Hyunjin lo llevaba a esas fiestas con tantos alfas guapos, ¿no lo estaba provocando?

—No te creo —respondió Hyunjin, soltándolo—, así que sigues sin esa tarjeta, Felix.

Felix puso ojos de cachorrito.

—La necesito —pidió—, vi una cartera bonita, por favor, Hyunjinnie... —comenzó a dejar besos pequeños en el rostro del alfa, que le seguía observando sin expresión alguna— y me compraré algo para usar cuando llegues... Alfa...

made in gold ୨ৎ hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora