6. Cambios

8 1 0
                                    


El Gran Comedor de Hogwarts estaba lleno de la animada charla de estudiantes y profesores mientras se acercaba el final del primer mes del nuevo curso. El aire estaba cargado de expectativas y, aunque las clases avanzaban, la tensión persistía en las mentes de los jóvenes magos y brujas. El recién nombrado director, Archibald Thorne, era el centro de atención, pero no precisamente por razones positivas.

Thorne, un mago de renombre, era conocido por su habilidad mágica excepcional, pero su actitud arrogante y su evidente adulación hacia la Ministra de Magia, Hermione Granger, generaban descontento en la comunidad estudiantil y docente

La sala común de Gryffindor estaba llena de un zumbido de conversaciones animadas mientras Albus, Scorpius y Rose se reunían en un rincón para discutir sus inquietudes sobre el nuevo director.

— Chicos, estoy flipando con Thorne. ¿No os parece un poco sospechoso lo rápido que se ha ganado el favor de la tía Hermione? —comentó Albus, pasándose la mano por el cabello desordenado.

— Totalmente —convino Scorpius—. Y esa cosa que hace cada vez que menciona el nombre de Hermione Granger, como si estuviera recitando un poema de amor. Me da grima.

Rose asintió. — No podemos quedarnos de brazos cruzados. Necesitamos averiguar qué está tramando y cómo podemos detenerlo. Hogwarts es nuestro hogar, no su terreno de juego personal.

En otro rincón, Lily y Raven charlaban sobre los eventos recientes. Dabria se unió a ellas, jugueteando con su varita.

— Chicas, tengo un mal presentimiento sobre todo esto —murmuró Dabria—. Algo huele a chamusquina.

— Y ese algo es el  —añadió Lily—. Hemos visto suficientes películas de misterio para saber que cuando alguien parece demasiado bueno, suele ser lo contrario.

En la mesa de Gryffindor, la tensión entre Hugo y Mavra seguía siendo evidente. 

Rose intentó aliviar la situación.— Mavra, creo que Hugo solo necesita tiempo. Pero no sé cuánto podrás aguantar sin hablarle.

Mavra suspiró. — Intentaré darle su espacio, pero me siento fatal.

— Solo trata de no romper más corazones por ahora, ¿vale? —bromeó Rose, intentando aligerar el ambiente.

—Pero, ¿que pasaría si yo quisiese seguir con Lana?— preguntó Mavra.

—¿A qué te refieres?— Rose estaba confundida.

—Bueno, es que yo quiero que Hugo me perdone, pero no quiero seguir con él en una relación. quiero estar con  Lana. Yo no quiero a Hugo. Siento que nunca lo he hecho. Pero, cuando veo a Lana siento que debería estar con ella—sentenció Mavra.

— Entiendo—dijo Rose, aunque en realidad no entendía nada de lo que decía.

 Eran dos personas que ella siempre había considerado como inseparables y almas gemelas. Siempre pensó que iba a ir a la boda de su hermano y la mujer vestida de blanco sería Mavra, ¡para que ahora le saliera con estas! Realmente estaba perpleja, pero aún así escuchaba a su amiga para enterarse bien de lo que le pasaba tanto como a su amiga, como a su hermano. La verdad es que su mayor preocupación era su hermano menor. No había lugsr en esta historia donde este pobre niño saliese bien en esta historia. A Rose le envolvía un sentimiento de aislamiento y culpa. Culpa por no haber podido predecir ni pensar que esto no iba a pique. ¿No había amor en esa relación?

—¿Nunca sientes algo precioso cuando Scorpius te mira? Esa mirada de pase lo que pase seguiré contigo, estaré contigo cuando necesites consuelo y si a mi no me quieres, te ayudaré y pediré que te llegue alguien que te de lo que yo no puedo y será como si estuviese yo. 

En ese momento, Rose lo entendió bien. Estaba muy claro. Era blanco y en botella. Como el color del caballo del caballo blanco de Santiago. No le podía poner etiquetas, PEEERO... era amor. Tenía la certeza de que Mavra estaba enamorada, pero no de su hermano, sino de Lana.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

Mientras tanto, en los pasillos oscuros de Hogwarts, Hugo caminaba solo, sintiéndose atrapado entre la traición y la confusión. La relación con Mavra estaba en una encrucijada, y el nuevo director solo añadía más peso a sus preocupaciones. 

En la sala común de Slytherin, Raven y Dabria compartieron miradas nerviosas con Lily.

— Esto va a ser un desastre, ¿verdad? —comentó Dabria, mirando a Lily con ojos preocupados.— Solo podemos hacer lo mejor que podamos y apoyarnos unos a otros —dijo Lily—. Pero no puedo evitar sentir que las cosas van a empeorar antes de mejorar. Ese pesado de Throne no para de molestar como pajarito limpiando el culo a mi tía Hermione. 

La noche en Hogwarts resonaba con la agitación de los secretos y las incertidumbres adolescentes. Los vínculos se tensaban, los corazones se rompían y la magia del colegio se veía desafiada por fuerzas desconocidas. Mientras los estudiantes enfrentaban desafíos que iban más allá de sus asignaturas, Hogwarts se preparaba para un nuevo capítulo lleno de intrigas, amistades inquebrantables y romances que desafiarían el paso del tiempo.

Hugo Granger-Weasley caminaba por los pasillos oscuros de Hogwarts, sintiendo el peso de la traición en cada paso. El tumulto de emociones que lo embargaba creaba un nudo en su estómago, una amalgama de ira, confusión y un dolor profundo que parecía insuperable.


La traición de Mavra lo había golpeado como un hechizo repentino, desgarrando la seguridad que alguna vez sintió en su relación. Cada recuerdo compartido, cada risa compartida, ahora estaba marcado por la sombra de la mentira y la engañosa dualidad de Mavra.


Se sentía atrapado en un torbellino de emociones encontradas. Por un lado, el amor que sentía por Mavra se resistía a desaparecer completamente, dejándolo en un estado de vulnerabilidad. Por otro lado, la furia ardía en su interior como una hoguera inextinguible, alimentada por la sensación de haber sido usado y engañado.


La confusión se apoderaba de él cada vez que recordaba los momentos felices que compartieron. ¿Eran reales esos momentos, o simplemente actuaba para ocultar su traición? Cada gesto cariñoso, cada palabra de afecto, se volvía una cuestión de interrogantes y dudas.El dolor, sin embargo, era la emoción más palpable. Se manifestaba como una presión constante en su pecho, como si un peso invisible lo aplastara. La confianza que una vez depositó en Mavra se había desvanecido, dejando cicatrices emocionales que parecían imposibles de sanar.


A medida que caminaba por los pasillos solitarios, la imagen de Mavra y Lana Conolly besándose persistía en su mente, una herida abierta que se negaba a cerrarse. La sensación de haber sido traicionado por alguien en quien confiaba ciegamente atormentaba sus pensamientos.


Hugo se preguntaba cómo pudo no darse cuenta de las señales, cómo pudo ser tan ingenuo al no ver las grietas en la fachada de la relación. La autoevaluación lo consumía, llevándolo a cuestionar no solo la sinceridad de Mavra, sino también su propia capacidad para comprender las complejidades del amor.


En su interior, una batalla interna se libraba entre la necesidad de confrontar a Mavra y la resistencia a enfrentar la verdad. Temía las respuestas, temía el dolor adicional que una conversación reveladora podría traer. La sombra de la traición se cernía sobre él, oscureciendo incluso los recuerdos más felices que compartieron.


Hugo Granger-Weasley caminaba solo, perdido en sus pensamientos y en la tormenta de emociones que amenazaba con arrastrarlo. La infidelidad de Mavra había marcado un punto de quiebre en su vida, y ahora, con el nuevo director agregando más complicaciones al paisaje, el futuro parecía incierto y lleno de desafíos emocionales que debería enfrentar.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━



El legado maldito pt. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora