Prólogo

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Somos seres malditos.

Condenados a caminar esta tierra solos, sin envejecer, sin alma, la mayoría de nosotros sin propósito alguno, viajamos errantes a través de los siglos tratando de pasar desapercibidos, alimentándonos de las sobras que podamos encontrar. Esto no es vida, ni siquiera para un eterno como yo. Con cada noche que pasa puedo sentir como me invade la desesperación, mi libertad y venganza están tan cerca. He estado en esta sucia y húmeda catacumba demasiado tiempo; necesito salir y saciar esta necesidad de cazar, este es mi oficio y en él no hay otro mejor que yo, soy excelente cuando se trata de tomar la vida de otros como yo, eternos que se han rebelado, esos que no hacen lo que deberían, que no retribuyen lo otorgado.

Alguna vez fui uno de esos rebeldes, ebrio de poder, me sentía intocable, invencible. Que equivocado estaba; mi vida fue perdonada pero a un enorme costo, el tener que matar a los míos, este es mi castigo, la condena que debo purgar por mi rebelión, mi insurrección, los errores que yo no cometí; la traición de la cual fui victima. Miles de años han pasado desde que fui engañado por mi propia sangre, por mis hermanos y hermanas, los primeros hijos e hijas de Lilith, se nos conoce como los olvidados, los antiguos, la primera oscuridad, pero para mi son solo escoria traicionera.

Mi pecado, ser el engendro de una rebelde traicionera; hubo un tiempo en que mi madre ocupó un lugar privilegiado entre los Seres Supremos, fue creada de la misma tierra que dio vida al primer hombre. Poseedora de una belleza e intelecto increíbles, su piel blanca como la leche, sus ojos purpuras como los cristales de la amatista, su mente peligrosa y rápida como el trueno, su temperamento incontrolable como lluvia torrencial.

Su propósito era ser una compañera y consejera perfecta, una sirvienta, inclinar su cabeza hacia su contraparte masculina, cumplir todos sus caprichos y no decir nada.
Pero Lilith no estaba destinada a ser sumisa, a estar atada a alguien. Se rebeló contra los creadores  exigiendo ser tratada con igual, esto encolerizo a los Dioses hasta el punto del hartazgo, así que le dieron un ultimátum, debía cumplir la medida de su creación o ser destruida. Lilith no tomó ninguna de esas opciones, eligió su libertad en lugar de una vida de servidumbre.

Mi madre sabía que los Dioses no tomarían a la ligera su insubordinación así que trazó un plan para escapar;  cada día visitaba a un ser celestial diferente y utilizando su ágil lengua los confundía llenandoles la cabeza de palabrería:
—Dime oh poderoso Anu, supremo gobernante de todo el universo, ¿es verdad lo que escuche de voz de Utu? Él asegura que sus creaciones son las más hermosas y perfectas de todas. —

Así es como Lilith incitó a  Ishtar, Nanna, Marduk y los demás dioses a discutir y pelear entre ellos para definir quién era el más hermoso, el más inteligente, quien  poseía a los seguidores más devotos y recibía las ofrendas más abundantes. Lilith aprovechó la confusión que había creado y tomando a sus primeros doce hijos e hijas huyó del jardín eterno y se ocultó en un lejano desierto.

Cuando los Dioses mandaron llamar a mi madre para que respondiera por sus acciones no pudieron encontrarla, llenos de furia enviaron a sus mensajeros de la muerte para atraparla y castigarla: Senoy, Sansenoy y Semangelof, seres celestiales de una belleza única, altos y esbeltos, con largos cabellos de plata, ojos del color de la neblina y dos pares de alas doradas, vanidosos con un temperamento hostil eran temidos y venerados por su increíble fuerza e incomparable crueldad al castigar.
Angeles, malditas criaturas grotesca, su hermosura es solo superficial pues sus corazones y almas son tan negros como una noches sin luna, a estos se les encomendó la tarea de aniquilar a Lilith y su descendencia.

Aunque la brujería estaba estrictamente prohibida, mi madre era una ferviente practicante de las artes oscuras, llegando a dominarlas de forma impresionante; todos los días al ponerse el sol y al cobijo de la espesura de la noche se internaba en lo profundo del bosque para realizar hechizos, maldiciones, encantamientos y transformaciones; siendo esto último su especialidad.
Sus formas favoritas para mutar su cuerpo eran la de una gran loba de color negro y una esbelta, escurridiza y agil serpiente. Es así como lograba regresar y pasar desapercibida en el jardín eterno,  durante uno de sus viajes escuchó que los ángeles que la buscaban habían dado con su escondite, dirigiéndose en ese momento a capturarla para presentarla ante los Dioses.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2023 ⏰

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