Skaterboy / Minsung

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REC

9:29 PM

El sonido de un obturador cobra vida y la pantalla parpadea.

En la esquina, un pequeño punto rojo latía sin cesar para indicar que todo se estaba grabando. Acompañándolo en la otra esquina había un símbolo de batería con tres cuartos de carga y debajo un cronómetro marcando los segundos, luego los minutos. No había suficiente cinta para pasar más de una hora, pero sería suficiente tiempo para conseguir todo.

Tal vez.

La videocámara muestra a un tipo con la piel bronceada y una sonrisa arrogante, demasiado feliz de ocupar la pantalla. Incluso tan tarde en la noche, iluminado por nada más que las lúgubres luces de la calle de color amarillo anaranjado esparcidas por el parque de skate y aún más desaturadas con la calidad de la grabacion, su energía era fuerte y brillante y casi desagradablemente cómoda, mirando a la lente como si estuviera mirándose en un espejo antes de una cita.

Alguien se ríe fuera de cámara, y el metraje sin duda hará que la nitidez se vea más amortiguada y áspera. Está decorado con un ronroneo de fondo de ruedas en el pavimento y tablas traqueteando después de trucos fallidos, muchachos gritando sobre otros muchachos o silbidos de simpatía de todo el grupo cuando en su lugar se trataba de cuerpos que chocaban contra el suelo.

El sujeto a la vista está insensible a todo o quizás demasiado distraído por la perspectiva de ser filmado, porque simplemente levanta el ala de su sombrero de pescador para revelar una mirada fija de ojos profundos y redondos. La risa del lado solo había estimulado sus payasadas, y le da a la cámara un guiño cursi mientras ajusta su flequillo de rubio sucio hasta los ojos fuera de sus pestañas.

“Jisung” resopla una voz indiferente de la persona que opera la videocámara. “¿Podrías dejar de mirar de esa manera a mi pobre cámara? Estoy filmando una competencia, no una pelicula porno”.

“No, Minnie, tienes que entender esto”, dice Jisung, insistiendo en tener más tiempo frente a la pantalla al dar unos pasos sensuales hacia atrás que debe parecer modelesco. Seungmin obedece con un giro de ojos casi palpable, dejando que la videocámara recorra su forma de arriba a abajo mientras intenta algunas poses con niveles cómicos de confianza exagerada. “La gente necesita saber cómo es un futuro campeón de skateboarding”.

“... ¿Como si el movimiento grunge te tragara por completo, te tragara un poco de cerveza tibia y te escupiera de nuevo en la puerta de un Zumiez? Está bien”, dice ese tono de risa a un lado. Seungmin corta al perpetrador: Hyunjin le da a Jisung algunas miradas juguetonas de arriba hacia abajo juzgandolo, el disgusto fingido en sus rasgos enmarcado por hebras de platino rectas hasta los hombros abrazadas bajo los confines de un gorro escarlata.

La cámara regresa a Jisung en un torbellino de estática y grano de película, emitiendo algunos zumbidos más y chasquidos mientras se acerca al atuendo de Jisung; luce su tercera camiseta de Nirvana de gran tamaño de la semana, las mangas lo suficientemente holgadas como para casi ocultar sus codos con costras. Más abajo hay jeans igualmente holgados con algo deshilachado en los dobladillos por el uso excesivo, comenzando a rasgarse lo suficiente como para mostrar la piel bronceada en ciertos lugares donde los ha rasgado de mas en el pasado. La mitad de esos casos se hiciero  junto a sus vans que se negó a reemplazar, los cordones estaban tan sucios y rotos cerca de los herretes que es una verdadera maravilla que aún se mantuvieran unidos. Tal vez Jisung podría ser profesional ahora si se molestara en vestirse con cosas que le queden bien y que no se desmoronen.

“No seas celoso”, arrulla Jisung en dirección a Hyunjin, su voz empalagosa y melosa. Ponerse todo efusivo como si fueran una pareja casada hizo que su mejor amigo se rindiera más rápido, y esta noche no fue diferente. Jisung comienza a bailar el vals hacia él como si fuera a darle un abrazo, y Hyunjin chilla con algunos saltos hacia atrás y algunas manos protectoramente con las palmas hacia adelante para evitar sus avances.