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Carly comenzó a poner los manteles en la mesa junto con los vasos y los cubiertos. Había cocinado una pasta, cocino de igual manera carne y había preparado una ensalada.

Minutos después tocaron a la puerta, dejó el mandil a un lado y limpio sus manos en su pantalón, está sudando por el calor que había en la cocina. Tomó de la perilla y abrió la puerta, detrás de ella estaba su vecino que en la tarde le había ayudado a con sus compras.

La chica sonrió y se hizo a un lado para abrir la puerta por completo: —Pasa —sonrió y de igual manera me sonrió el chico pasando a su piso.

Carly cerró la puerta y lo invitó a pasar.

Este camino a pasos lentos pues estaba mirando a su al rededor con más claridad, y le sorprendió que tuviera juguetes para gatos, incluyendo su casita.

—¿Tienes un gato? —se giró sobre ella para mirarla, Carly la miró de la misma manera.

—Oh, si, no se en donde se ha metido, a veces le gusta salirse pero ella siempre vuelve —puso el último plato de comida en la mesa para después sentarse, el castaño con rulos igual tomó asiento frente a ella.

Carraspeó y puso una servilleta en su regazo para no mancharse de comida.

—Oh... es niña.

—Si. Es niña, se llama Rory —tomó un poco de ensalada para servirse, lo mismo imitó el chico.

—Yo igual tengo un gato —regresó él.

—¿Enserio? ¿Niño?.

—¡Si! ¡Niño! —los dos soltaron risas divertidas y se sirvieron algo de carne—, se llama Finnic.

Alzó sus cejas: —Vaya, que lindo nombre —se sonrieron y comenzaron a comer.

Carly | Jack Champion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora