𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 2

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-La petición que deseo hacerle es...-jugo un poco con sus manos de manera nerviosa.

-Leonora-el juez se acercó a ella agarrando sus manos- puedes pedirme lo que quieras- la alentó para que hablara.

-Queremos saber si nos da permiso de salir juntas- Turpin alzo una ceja separándose de la joven- Johanna quiere salir al exterior.

-Esa petición será denegada- sentencio con seriedad.

-Intento pensar que podía decirle para que aceptara dejar salir a su amiga- pero podría acompañarnos-el juez la miro detenidamente- asi no correremos peligro alguno.

-Lo pensare- finalizo volviéndose a sentar en el sofá.

-Sonrió ampliamente acercándose a abrazar al juez- eso me basta por ahora, gracias juez Turpin.

-Acepto el abrazo oliendo el olor a lavanda muy característico de Leonora- Espero que venga temprano asi podría desayunar con nosotros.

-Estaré encantada de desayunar con ustedes-acepto la pelinegra caminando hasta la salida- nos vemos mañana juez Turpin.

-Hasta mañana querida- se despidió con una sutil sonrisa.

El juez Turpin cuando la vio salir de su estudio se quedó pensando en el pequeño abrazo que había recibido de la señorita Leonora, no estaba para nada sorprendido ante ese gesto ya que estaba acostumbrado a ser abrazado por ella cada que la joven estaba inmensamente feliz, pero sin poder evitarlo su memoria se remontó a la primera vez que se conocieron.

FLASH BACK

La joven Leonora se encontraba caminando por las calle de Londres luego de hacer las respectivas compras en el mercado ST Dustan, faltaba muy poco para llegar a su hogar, pero al cruzar la calle no se percató que venía un carruaje a toda velocidad, cuando se dio cuenta que iba a ser arrollada cerro los ojos esperando el impacto pero nunca sucedió ya que un señor la había agarrado del brazo jalándola hacia él, sin importar que cayeran ambos en el suelo.

-¿Se encuentra bien señorita? - pregunto el hombre preocupado al ver que la jovencita no abría los ojos.

-Leonora abrió lentamente los ojos mirando a su salvador- sí, me encuentro bien gracias.

-¿Cuál es su nombre señorita? - pregunto con curiosidad.

-Me llamo Leonora Lovett-se presentó levantándose con la ayuda del señor-usted es el juez Turpin ¿cierto?

-Tienes un bello nombre- comento cautivado por la belleza de la joven mientras la miraba a los ojos- y sí, soy el juez Turpin.

-Se sonrojo levemente ante el cumplido-es un placer conocerlo, escuche muchas cosas de usted.

-Espero que escuchara cosas buenas- bromeo con una pequeña sonrisa.

-Si lo fueron- soltó una pequeña risa cosa que cautivo aun mas al hombre- enserio muchas gracias por haberme salvado.

-No hay de que-miro las compras que habían quedado arruinadas-Déjeme ayudarla recuperando sus compras y luego si me permite podría llevarla a su hogar-pidió extendiendo su mano hacia ella.

Un tanto indecisa la joven acepto la mano del juez para que ambos caminaran hasta su destino, para asi conocerla un poco mejor el juez empezó a preguntarle sobre su vida y Leonora le contaba un poco de ella mientras él la miraba atentamente. Cuando compraron todo en el mercado se dirigieron con mucho cuidado a la casa de Leonora. El juez al ver el hogar de la joven se mentalizo en querer llevársela de ahí pero sabia que le seria imposible por lo que procedió hacer lo mas sensato que se le ocurrió en ese momento.

-Veras Leonora necesito una institutriz para mi pupila- menciono entrando a la panadería dejando las cosas en la mesa que se encontrara mas cerca- y creo que tu seria excelente para ese puesto.

-Un tanto sorprendida Leonora mira al hombre- me halaga señor, pero no se si sea la adecuada.

-Tonterías querida, usted es adecuada para ello-intento convencerla- le pagare muy bien de eso no tenga duda.

Leonora medito un momento la oferta que acababa de recibir para al final aceptarla ya que necesitaba el dinero para vivir mejor con su madre, ya que el negocio de los pasteles no iba para nada bien. Una vez que se despidieron Leonora le dio un tímido abrazo al juez en agradecimiento por haberle salvado la vida y por el trabajo que le había ofrecido.

FIN DEL FLASH BACK

Y fue en ese instante donde el Juez se dio cuenta que realmente no sentía nada por su joven pupila, sino que se había enamorado de Leonora, pero no podía negar que antes de conocerla si estaba interesado en Johanna no por nada se la había quedado como suya; sin embargo, todo cambio cuando llego a sus vidas Leonora Lovett. El juez Turpin se decidió a conquistar a su joven empleada y lo primero que haría para tener su corazon es cumpliendo todos sus caprichos.


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Bigger Than The Whole Sky (El barbero diabólico de la calle Fleet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora