Nota del autor: Los estudiantes del salón A se reunieron en una fiesta en la casa de Ino Yamanaka, la rubia había planeado una fiesta donde aprovecharía para acercarse al chico que le gustaba y secretamente ayudar a su amiga tímida sin que ella lo supiera. Así que de forma inocente planteó jugar un dulce juego a cual todos accedieron, todo iba según lo planeado.
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« -Tú te sientas aquí, Hinata », había dicho Ino hace unos minutos, sentía que los nervios me envolvía de a poco.
Moví mis dedos inquieta, sentía el sudor en mis palmas y mi corazón latía fuertemente. Los chicos y las chicas estaban en un círculo y yo formaba parte de ello, mis ojos no podía quitar la vista de la botella que giraba con rapidez, Ino sonreía con euforia mientras miraba fugazmente a Naruto, por otra parte algunas chicas cruzaban los dedos susurrando peticiones para quedar con el chico que le gustaba.
Traté de consolarme a mí misma, el juego solo consistía en que la pareja que señalase la botella tendría minutos en el paraíso, es decir dentro del armario que se encontraba en el fondo durante un tiempo. Mi estómago empezó a sentirse mal, creo que no debí venir.
La botella gradualmente perdió su velocidad hasta detenerse al final, mis ojos se abrieron avergonzados, sentí mis mejillas calientes. La botella me apuntaba a mí, levanté mis ojos.
Del otro lado del círculo estaba Sasuke, un chico de quince años, delgado y de cabello negro, estaba usando un suéter de cuello largo que lo hacía verse formal, sus ojos se movieron hacia mi dirección sin nerviosismo, sus ojos negros eran penetrantes a pesar de ser joven, pero era difícil de apartar la mirada cuando ponías tus ojos en el.
Ino apareció por el rabillo de mi ojos con una obvia alegría absurda, casi podía leer su mente picara desde aquí. Los chicos y las chicas soltaron una oleada de sonidos incoherentes pero qué significa picardía y cierta insinuación a algo, eso empeoró mi rubor.
Me sorprendió que Sasuke no durará en levantarse de su sitio, algunas chicas me miraron con celos, podía notar su mirada de odio y envidia. Temblando me levanté del piso, sentía mis extremidades robóticas, camine de forma extraña al armario, todos estaban pendiente de nosotros, no me gustaba la atención sobre mí. No sabía sí arrepentirme de haber aceptado la invitación de Ino o alegrarme por estar a solas y cerca del chico que me gustaba.
La puerta del armario se abrió y yo entre de primera, válgame Dios. Siento que mi corazón va muy rápido, podría desmayarme. Sentí como Sasuke cerraba la puerta detrás de mí, le estaba dando la espalda, no tenía el valor suficiente de girarme hacia él, en un lugar tan cerrado como este sentía como mi presión arterial iba en aumento.
Mi corazón tuvo un pequeño infarto cuando Sasuke puso seguro a la puerta. Mi mente quedó en blanco, lo que sucediera a partir de aquí no me hacía responsable de mis actos, es el momento donde mi naturaleza humana y mi control de voluntad se disponía a una batalla.
Mi cuerpo se giró hacia él, mi aliento se cortó cuando su mano tibia tocó mi mejilla y plantó un beso cálido en mis labios, la suavidad de sus labios era increíble, mis pies se tambalean perdiendo el poco equilibrio que tenía, Sasuke fue rápido y paso su mano por detrás de mi cintura y me sostuvo con fuerza sin despegar nuestros labios.
La Hinata chiquita de mi mente estaba enmudecida, también se encontraba emocionada saltando y dando volteretas. Me concentré en Sasuke, el olor de su perfume entró en mi cavidad nasal y la temperatura de su cuerpo entró en contacto con mi piel, por voluntad me pegue más a él disfrutando el beso como sí fuera mi última voluntad en esta tierra.
- Oh, Hinata ...- la voz entrecortada de Sasuke, estaba jadeando, sus labios se deslizaron por mi mentón buscando oxígeno. Mis manos se hundieron en su cabello, y acerqué nuestras bocas. Yo era una explosión de colores y fuego corriendo en mis venas, un calor abrasador subía por mis piernas, no importaba el lugar, era la persona y Sasuke de hace mucho tiempo me hacía perder la razón.
- ¡Faltan dos minutos !-- vociferó una voz femenina afuera del armario. Sentí como volvía en mí misma recuperando la razón, traté de alejarme de Sasuke, me sentía avergonzada por todo y por nada.
Sin embargo Sasuke me sujetó con más fuerza sin ser brusco, el contacto de nuestro cuerpo permanecía y los ojos de Sasuke me miraban con un brillo especial que me cautivo.
- La verdad pienso que este juego es estúpido y solo crearía confusiones, pero sí tú ibas a participar no podía quedarme de lejos para ver cómo otros chicos tenga la mejor oportunidad de su vida, yo... quería esa oportunidad para mí.
- yo... ¿Qué? - pregunté aturdía.
- Hinata - las palabras bailaron en su lengua, lo dijo con tanto cariño que me hizo sonrojar ante eso. Él sonrió levemente, Sasuke no es un chico que sonría - ahorita puedo decir cualquier bobería sin sentido, pero eso es algo que después me preocupare.
- ¡ 15 segundos ! - grito la chica afuera del armario.
- Me gustas, me gusta mucho Hinata.
«Fin»
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