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𝐄𝐓𝐀𝐏𝐀 𝟐. 𝐍𝐎 𝐒𝐄́ 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐏𝐎𝐍𝐄𝐑𝐋𝐄

Jaekyung la estaba pasando mal, no mal mal, pero sí mal. Dan estaba ya colmando su minúscula paciencia y que haya aguantado sin hacer abortar al omega de una patada era porque tenía ante todo, valores.

El omega estaba muy irritante, demasiado y Jaekyung sentía que no daba más. No sólo se la pasaba con antojos a horas demasiado crueles, si no que lloraba y lloraba sin motivo, cuando almorzaban juntos, Dan lloraba, cuando Jaekyung se daba la vuelta para dormir, Dan lloraba, cuando se iba a bañar Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. Dan lloraba. 

DAN LLORABA Y LLORABA Y NO PARABA DE LLORAR Y JAEKYUNG YA NO PODÍA MÁS.

Perdón, me exalté.

Pero de verdad, que lloraba mucho y Jaekyung ya no sabía que hacer. Dan lo estaba comenzando a consumir poco a poco, o así lo sentía. Si bien tenían momentos lindos y cálidos —aunque no quiera admitirlo— estaba realmente agotado de la vida y el embarazado parecía gozarlo. Atrás quedo el Dan miedoso que era mas nervios que persona, ahora era un embarazado promedio, solo que sin enojos sin sentido.

Incontables veces Jaekyung trataba de negar ciertos caprichos del omega, cuando ya se iban demasiado a la mierda pero al ver sus ojos cristalizados de inmediato tenía que decir, porque lloraba tan fuerte que parecía que lo mataba a golpes. Practicaba frente al espejo y pensaba respuestas para decirle, pero como si estuviera nuevamente dando un exámen de matemáticas se le nublaba la mente en el momento de hacer las cosas.

¿Será la paternidad por fin tocando la puerta? 

— ¿En qué tanto piensa señor Joo? Está tan pensativo que juraría que esta planeando matarme y tirarme al río. — Dijo el omega con una pequeña sonrisa.

Esa es una de mis ideas más normales, pensó.

Ambos estaban echados en el sillón mirando Barbie y las 12 princesas bailarinas —pedido de Dan— por vigésima vez en la semana, porque según, los outfits estaban muy lindos.

— Señor Joo, de aquí podría sacar buenos outfits para inspirarse. — Rió Dan, mirando como el ceño del alfa se fruncía de inmediato. 

— No soy ningún marica como para usar rosita, soy un alfa, un macho. — Dan lo miró con una ceja alzada y asintió volviendo a mirar la pantalla.

— Era una broma. — Respondió el omega molesto aún mirando la pantalla.

— Para ti lo habrá sido.

— Por donde lo vea es un chiste señor, no tiene que darle risa obligatoriamente.

— Pues que bien

Dan se volteó rápidamente mirándolo con una expresión entre shockeada y molesta. 

— ¿Qué le pasa hoy? Está tan grosero, es como si estuvieramos en el pasado pero yo estoy embarazado.  — Preguntó el omega mirándolo de arriba abajo.

— Ah, claro el grosero soy yo. Soy tu jefe y me tratas como un empleado, señor Joo haga esto, compre aquello, alcanzeme eso, ni hablar de tus hormonas todas descontroladas. — Esta situación estuvo fríamente planeada por Jaekyung, porque no encontraba otra forma de decirle sus verdades al embarazado. Así que frente al espejo se levantó un viernes por la noche pensando estratégicamente cada palabra y expresión que haría. 

Dan se quedó mirándolo completamente ofendido y en silencio durante unos buenos segundos. — Señor Joo, ¡estoy dándole un bebé! ¿¡No podría tener un MÍNIMO de comprensión? Porque desde mi punto de vista de embarazado, he tenido que aguantar sus malhumores, sus muecas de molestia cada que le pido UNA MÍNIMA COSA y todo esto llevando un bebé en mi vientre que apenas me deja levantarme.