Mío

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El hecho de que Nagisa no pudiera embarazarse lo devastó. Se suponía que podía gestar y luego no porque su útero no era útil debido a que estaba poco desarrollado a pesar de sus 28 años. Karma acompañó a su esposo en todo ese proceso de aceptación o resignación.

Sin embargo, el deseo de tener un bebé seguía presente. Así que comenzaron a ver otras opciones en las que podían tener uno.

—Karma—el mencionado responde al llamado con un ruidito de garganta—¿Podemos salir?

El pelirrojo hace girar el cuerpo del azulino bajo las cobijas para que lo vea de frente. Pleno enero, descansando con el cuerpo de su esposo pegado al suyo, sintiendo su calor 

—Nagisa. Hace frío y probablemente está nevando. ¿A dónde quieres ir con el clima que hace fuera?

Los ojitos azules le miran con ojos de cachorro

—No vas a manipularme con esos ojos—Karma amasa las mejillas de su esposo que le ve enfadado—Sigue intentando

—Creí que me llevarías a donde quisiera ir—dice aun con las mejillas apretadas por el pelirrojo—Quiero un café

Karma le suelta y le ve fijamente. Normalmente puede leer bien a Nagisa, es quién más le entiende. Ni siquiera su madre lo conoce tanto como él. Pero ahora no comprende cual es la necesidad de salir. Solo queda una cosa por hacer.

—Nagisa. ¿Sucede algo? No puedo ayudarte si no compartes conmigo lo que sientes—el más alto acomoda los cortos mechones celestes para despejar el rostro de su amado y verle directamente a los ojos—Te recuerdo que juraste ante el juez que estaríamos en las buenas y en las malas.

Unos segundos de silencio entre ambos hasta que decide hablar

—So-somos un equipo— los orbes azules que se llenan de lágrimas conectan con los cobrizos que lucen preocupados—So-solo quería salir para despejar un rato mi cabeza

—¿Quieres hablarlo?

—No puedo-no puedo decir que es injusto que no pueda tener bebés. Quizá sea algo que tenía que pa-pasar—Nagisa sorbe su nariz y libera el llanto que tenía retenido—Pero yo... yo quería formar una familia contigo Karma. Un niño con tus ojos o los míos

Lo añoraba, ver su vientre crecer lentamente conforme los días pasaban. Pero eso no sería posible, y tiene que aceptarlo definitivamente.

Nagisa entierra su cabeza en el pecho del más alto y se aferra a él haciendo puños su playera, llorando y liberando la tristeza que había acumulado durante días y aun yendo a terapia sentía que su alma no llegaba a estar en calma. El pelirrojo se limita a sostenerlo contra sí, acariciando su cabeza y dejando besos en ella.

—Nagisa. Si te soy sincero, no tengo problema si solo somos tu y yo. Tú eres mi familia, no necesito nada más. Lo eres todo para mi. No me había planteado la idea de tener hijos, y no porque no los quisiera—Akabane toma el rostro del bajo viendolo fijamente—Simplemente no lo había pensado. Todavía hay cosas que quiero hacer contigo antes de tomar una responsabilidad para siempre

—Entonces—Nagisa iba a interrumpirlo pero Karma lo calla con un beso—Pero...

—Pero, no me importaba improvisar en la paternidad contigo. Y no, no me estabas obligando a nada rantoncito—reitera ante la duda visible en los ojos cristalinos, deteniendo poco a poco el llanto—Pero si tu lo deseabas, lo intentaría junto a ti.

—Te amo mucho Karma. Gracias—Nagisa besa la mejilla de su esposo, bonito y lleno de amor

—¿Como no voy amar al chico que me ha aceptado sin juzgarme? Y antes que nada, yo también te amo. Saldremos adelante.

Dangerous Baby [Karmagisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora