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Era el verano en el que la conocí, ese día hacía una temperatura perfecta para salir a hacer una ruta. Lo recuerdo perfectamente, el 6 de agosto del año pasado. Estaba en mi casa aburrido, sin saber que hacer, y se me ocurre la espléndida idea de invitarla a hacer una ruta por el campo. Quedamos a las 18 de la tarde en su casa, llegando a su casa pude oler su agradable aroma y sentir su belleza y bonita sonrisa que resonaba desde lejos. Nada más verla mi corazón palpitaba fuertemente y me hacía suda de emoción como todas las veces que la veía o hablaba con ella.
Al hacer contacto visual y ver su hermosa cara, me volví a sonrojar como la primera vez que la vi. Comenzamos a caminar juntos por el campo, notando la brisa en nuestras caras, el olor a flores del campo y su perfume de lavanda que tanto le gustaba, después de algunos kilómetros, decidimos descansar un poco comiendo un tentempié, yo a la vez en mi cabeza seguía pensando como decirle lo que siento, y que llevaba planeado dos semanas atrás, luego del breve descanso seguimos con nuestra caminata. Mi corazón palpitaba cada vez más fuerte a la parque me ponía más nervioso, porque sabía que estaba llegando ese momento. Comenzó a anochecer, entonces al cabo de un tiempo tuvimos que encender las linternas pasamos el río y subimos la colina hasta llegar al sitio donde hiba a declararme. Puse una sábana en el suelo para sentarnos, viendola me recordaba a una estrella como las que veía esa noche en aquel cielo estrellado y despejado, nos sentamos uno junto al otro. Ella como aficionada a la astronomía, comenzó a ver las estrellas y a señalarlas como un cartógrafo en un mapa señala los lugares. Volví a soñar despierto como sería una vida con ella a mí lado y de nuevo me volví a ilusionar, luego me acerqué más a ella y cogí su mano, se entrelazaron nuestros dedos sutilmente y lentamente me fui acercado a su oído y le dije lo que sentía y como me imaginaba una vida da con ella, todo en una corta y simple palabra: --Te amo --dije con un suave susurro.
Ella dejó de mirar el cielo y empezó a mirarme, por ello pensé que algo había salido mal, sin embargo, decidí llegar al final y mientras ella me miraba. Se lo dije: --¿Quieres salir conmigo? --mientras solo veía sus ojos que brillaban con la luz de la luna. Entonces cerré los ojos, y comencé a notar como se me acercaba lentamente. Y me besó. Luego me vio fijamente de nuevo, y acercándose a mí oído me dijo: --Si, quiero salir contigo --susurró --Quiero que seamos felices por siempre --añadió Y me abrazó ____________________&____________________
Ese verano no se me olvidará en toda mi vida. Porque, es aquel en el cual ella entró en mi vida sentimental, e hizo que cobrara el sentido que no encontraba, ayudandome en los peores momentos y rellenando el vacío permanente que había en mi corazón.
