Pelea.

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Anya estaba gritando como una descosida, estaba viendo a su "mejor amigo" (en realidad era su novio, pero a él no le gustaba que lo llamara así, por ahora) jugando al voley, y claro, desde su lugar podía observar como su culo se remarcaba en esos pantaloncillos.

La competencia era con el hall rival, el grupo de Billy, no sabía bien cual era el nombre exacto y a decir verdad tampoco le importaba, solo estaba viendo a Damian dandolo todo en el campus.

Hasta que un pelotazo le pegó en la cara al chico, evitando que pudiese defender su lado de la cancha.

— HEY, ¿¡QUIEN LANZO ESO?!

Anya se levanto rápidamente al escuchar las quejas de Damian, corriendo rápidamente hacia él y levantándolo un poco.


— ¿Estás bien...?

— Agh... Si...

Anya observo sobre su hombro, encontrándose con la chica que había lanzado la pelota discutiendo con Becky.

— ¿Que te pasa estúpida? No te metas conmigo o te voy a abrir la mollera. – La chica era más alta de lo normal, y se notaba que más fuerte.

¿Discúlpame? ¡Sos un gorila! ¿¡Le pegaste a un chabon con una pelota por qué va ganando un juego?! ¡Sos un anim-! – Becky ni siquiera pudo terminar la palabra porque fue golpeada y lanzada al suelo.


Anya soltó a Damian -golpeandose la cabeza contra el piso- y se acercó a su amiga.


— ¿¡Estás bien?!

— Si, tranquila... Ay... Me sangra la nariz.

— Quédate acá, yo me encargo de esto...


Anya simplemente la dejo sentada, levantándose y arremangandose la camisa. Iba a romperle toda la cabeza a esta mina, no le importaba tener una o dos tornitus otra vez, se lo había ganado.


— ¿Tu también querés enana? ¡Voy a matarte!

— Quisiera verte intentarlo, gorila.

La chica la golpeó, sin embargo, Anya se mantuvo en pie, tratando de no moverse ni un pelo.

— ...Okey, mí turno.

[...]


— ¿¡Anya?! ¿¡Estás bien?! – Rápidamente, Yor se acercó hacia ella, con los nervios a flor de piel. — ¿¡Ganaste la pelea?!

— Yor, por favor... – Loid apoyo su mano en la espalda de su esposa. — Disculpen a mí esposa, ella está algo nerviosa y a veces dice las cosas menos oportunas...

— No se preocupe señor Forger, por favor, tomen asiento. – Henderson aclaro su garganta. — Las señoritas aquí presentes tuvieron una pelea durante la clase de educación física.

— ¿Se puede saber por qué...?

— Según mí alumna. – Comenzó el señor Roger, encargado del Wald Hall. — Ella estaba tranquila hablando con la señorita Becky Blackbell, hasta que vino Anya Forger y le rompió la nariz de un golpe.

Loid le dedicó una mirada a la otra chica, que lloraba y gimoteaba en los brazos de su madre.

No era verdad, solo estaba intentando ganar tiempo.

Por otro lado, volvio a observar a Anya.

La mejilla golpeada y los nudillos rojos, por no mencionar que estaba tratando de no explotar apretando con fuerza el espacio entre el pulgar y el índice.

Su hija podía ser muchas cosas, pero no una buscapleitos.

— Señor Henderson, ¿Podemos hablar con la señorita Blackbell? Ella es la principal-

— No. – Interrumpió el encargado del Wald. — La señorita Blackbell está en enfermería, traerla aquí podria ser una molestia para ella... Además, ¿Está llamando a la señorita Fitzgerald mentirosa? Mire como le quedó la cara.

Entonces quiero escuchar la versión de mí hija, si no es mucha molestia. – Loid no pudo verse la cara, pero estaba seguro que estaba siendo muy amenazante debido al miedo en los ojos del delegado. — Ejem... Anya, ¿Podes explicarme que exactamente paso?

Anya asintió, comenzando a relatar su parte de la historia. Loid había tenido suficiente de eso, simplemente suspiro y acaricio la cabeza de su hija.

— ¿Cómo esta Damian Desmond?

— Él se encuentra bien... Está en enfermería por el pelotazo.

— ¿Entonces admite que mí hija no empezó el conflicto? – Loid se levantó rápidamente. — La señora aquí presente le lanzó un pelotazo a un amigo suyo, y acto seguido amenazó con abrirle la cabeza a su mejor amiga y la golpeó con el puño cerrado, ¿Y dónde estaban ustedes siquiera? Quisiera hablar con el profesor de educación física también.

— Señor Forger, calmese... Se está poniendo violento. – El señor Roger se acercó hacia el padre, poniendo una mano en su pecho y palmeandolo suavemente. — No queremos más incidentes violentos como el que sufrimos este día...

Agradezca que estamos en una institución educativa porque le rompería la mandíbula y lo haría tragar los dientes. – Eso lo hizo retroceder. — Me sacaron del trabajo a mí y a mí esposa por esta estupidez, ¿Quien se creen que son? ¿Y encima también le van a poner un Tornitrus por qué se defendió?

— Señor, yo no dije-

Oh, callese la boca señor. – Loid le cortó el mambo. — No pienso aceptar esto, quisiera hablar con el director de la academia, ahora.

Roger observo a Henderson, esperando que lo detenga de algún modo, sin embargo, Henderson solo negó.

— Llamelo ahora, o este caso de negligencia terminará en las noticias y mancillare el nombre de toda la escuela.

El señor Roger se asustó al escuchar eso, ya podía ver su nombre en las noticias. — No sé atrevería...

Pruebeme.

[...]

Gritos, peleas, y un par de llamadas más tarde (entre ellas de los padres de Becky y Melinda Desmond), los Forger salieron del instituto llegada las seis de la tarde. Anya había perdido todo el día de clases, y estaba feliz por eso.

— ¿Ya te sientes mejor Loid...? – Yor acaricio su espalda suavemente.

Loid suspiro, soltando su corbata. — Si, creo que si...

— Lamento haberte metido en este asunto papá. – Dijo Anya rápidamente. — Yo no quería que te llamen.

— ...Trata de no pelear, la violencia no tiene por qué ser la respuesta para todo. – Su mano fue a parar al cabello de su hija, acariciado suavemente este. — De igual forma, estoy orgullosa de ti... Se que no lo digo mucho, pero estoy feliz de haberte tenido.


El labio de Anya comenzó a temblar, terminando por romper en llanto como si fuera una nena por las palabras de su papá.

Loid solo se dejó abrazar, acariciando a su hija con cuidado, sintiendo como las lágrimas y los mocos llegaban a su camisa, de igual forma tenía veinte pares de camisas similares.


— Uff, estoy cansado, ¿Podemos pedir algo de comer?

— ¡Puedo hacer la comida si quieren!

Loid y Anya (todavía moqueando) se asustaron.

— E-Es el estofado de mí madre... Tranquilos...

— Ah... Seguro, porque no. – Loid sonrió, besando la mejilla de su esposa, luego de eso, volvieron al departamento.

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Pelea (o como Anya Forger tiene amigos poderosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora