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Para cuando Seok Matthew había despertado ya era el día siguiente.

Estaba desconcertado, le dolía la cabeza y él cuerpo lo sentía tan pesado que le tomó algunos minutos poder reincorporarse.

Observó la habitación dándose cuenta que estaba en la de Gyuvin, era fácil darse cuenta ya que esta, estaba repleta de colores y fotografías junto al menor de los cuatro, y es que Matthew también amaba a Yujin pero definitivamente en su habitación solo había un par de fotografías con sus amigos.

¿Qué había pasado?¿Por qué su cabeza parecía a punto de estallar?.

Miró la ventana, los rayos tenues del atardecer se colaban por la habitación dándole ese toque nostálgico y solitario, había mucho silencio, haciéndolo sentir ansioso.

—¡Hyung!—Gyuvin entró, preocupado mientras en sus manos llevaba un vaso de agua—¡creí que habías muerto!.

Matthew fue abrazado sintiéndose tranquilo con la presencia del menor, sin embargo, sentía algo que lo inquietaba. Escucho ruidos en el baño, mirando con el ceño fruncido en esa dirección.

—¿Dónde están los demás?

—Ricky se fue ayer después de que te desmayaste, dijo que su mamá no le había dejado quedarse a dormir—Gyuvin rompió el abrazo y sonrió— Yujin se fue hace un rato, tenía clase de esgrima. Estábamos preocupados por ti hyung. ¿Cómo te sientes?.

—Bien—Matthew trato de sonreír mientras se levantaba— es hora de que me vaya, mamá debe estar preocupada. ¿Qué hora es?.

— cinco y media.

Gyuvin convenció a Matt de comer algo antes de irse, hablaron de cosas variadas excepto de lo que habían hecho con aquella tabla, parecía que ninguno de los dos quería tocar el tema cosa que Matthew agradecía pues realmente algo no lo dejaba tranquilo.

Matthew llegó a su casa cuando el sol de había escondido, su casa estaba vacía, su madre y su hermana parecían haber salido, la casa estaba oscura por lo que se apuró a prender las luces, estaba muy inquieto, no quería parecer paranoico, tampoco quería sugestionarse debido a lo que había ocurrido en casa de Gyuvin.

Eso no existía...¿cierto?.

Matthew estaba seguro que aquella cosa se movió gracias a sus amigos, tal cosa como los fantasmas no existían, así como el nombre de aquella persona la cual la tabla había descifrado.

¡Absolutamente no, nada de aquello era real!

El rubio subió las escaleras sintiendo que alguien lo seguía, sus pisadas y el ruido blanco se filtraron por sus oídos haciendo que un escalofrío lo recorriera y acelerara el paso para encerrase en su habitación.

Más tarde su madre y su hermana habían llegado, los tres cenaron, como habitualmente lo hacían todas las noches, sin embargo, Matthew no sentía que fueran tres en la mesa, sentía otra presencia a lado de él, quintándole el apetito. No podía dejar de mirar la silla vecina, creía que realmente se estaba volviendo loco.

—Matthew-ah...¿estás bien?— su madre preguntó mirando su plato casi lleno— hice tu comida favorita. ¿A caso ya no te gusta la comida canadiense?.

Seok trató de sonreír, lamentándose mientras hacía una reverencia.

—Hoy prefiero no cenar, me duele un poco el estómago, creo que dormiré temprano. Buenas noches a ambas, las quiero.

oujia ghost   ༄ 「mattbin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora