4. the price of what I lost (and what it cost)

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Las cosas buenas no duran. Colette lo sabe. Lo ha sabido siempre. Es un pensamiento que se mantiene en el fondo de su mente, preparado para recordarle que todo momento de felicidad debe tener su final.

¿Y qué final más adecuado para su distante relación con Judith que una discusión?

Aunque no está segura de poder llamar un intercambio de "¿Te hice enojar?" y "No" una discusión.

El punto es: Judith se niega a hablarle.

Y, Dios se apiade de su alma, lo horrible que le hace sentir eso.

Porque ha pasado una semana desde el martes en que Judith la miró mientras se sentaba en la mesa que compartían con Paul y no le habló a ninguno en toda la clase, ha pasado una semana desde que Paul le comentó "¿Te imaginas que no nos vuelva a hablar?".

Paul siempre ha tenido algo por adivinar el futuro. Colette sabe ahora que debe apreciar más eso. Mucho más.

Y llora. Porque, ¿qué más se supone que puede hacer?

Porque todo esto es su culpa, por no darse cuenta a tiempo de que aquellas personas que siempre la tuvieron de segunda opción no cambiarían de opinión.

Abraza su almohada tan fuerte como puede (no es suficiente). Se permite dejar salir de su boca lamentos y suspiros (no es suficiente). Grita (no es suficiente).

Porque esto que siente, esto que la carcome viva, el recuerdo de ella misma hablando sobre su mayor inseguridad mientras sus amigos, entre ellos Judith, la miran y escuchan, no se irá jamás.

El recuerdo de Judith tomando un libro que no le pertenece y borrando los garabatos dibujados ahí, para evitar que la maestra regañe nuevamente a la dueña del libro, se mantiene vívido en su memoria.

El recuerdo de Judith, de doce años, dejándole de hablar por meses. Ese también se mantiene en su memoria.

Y no se suponía que se sentiría así nuevamente. Dios sabe lo mucho que lloró a la edad de doce años por un montón de cosas. Por Judith. Por Kalantha. Por su madre. Por su hermana.

Y ahora vuelve a llorar por Judith. Por la pequeña niña que pudo haber sido y por la persona en la que sabe no se convertirá.

Y sabe que está sola en esto.

Porque no importa cuánto lo hable con Paul, con Elizabeth o con Eric y Anahí. Lo único que ellos han hecho y pueden hacer es decirle que deje de preocuparse por eso. La perdida es de parte de Judith, es ella misma quien sale ganando al perder una amistad que llevaba años rota, y lo sabe.

Pero, Dios se apiade de su alma, cuánto la deprime eso.

Porque ellos no fueron amigos de Judith por el equivalente a años de la mitad de su vida entera hasta ese momento. Ellos no quisieron a Judith como ella la quiso en su momento. No fue con ellos con quienes Judith dejaba caer sus barreras. No fue con ellos con quienes Judith habló sobre su situación familiar. No fue a ellos a quienes Judith pedía ayuda.

No fueron ellos quienes estuvieron ahí cuando dejó de hablar con Rita, y no fueron ellos quienes estuvieron ahí cuando hace justo, y apenas un año atrás, casi se mata por una estupidez.

No importa cuánto tiempo pasaron con ella, ellos nunca conocerían a Judith como ella lo hace. Incluso si ya no la conocía durante las últimas semanas de su inestable y pequeña relación.

Porque ella puede no recordar el color favorito de Judith, pero ellos nunca habrían sabido que el color favorito de Judith a sus doce años era el naranja.

Y, Dios. Lo sola que le hace sentir eso.

Ahí, acostada en su cama, en la oscuridad que consume su habitación y su mundo entero, se da cuenta de algo. Y tal vez estaba un poco mejor un segundo atrás, cuando todavía era ignorante de ese hecho. Pero.

Se ha quedado estancada.

¿No es así?

Se ha quedado estancada, porque por más que lo intente no es capaz de dejar ir el pasado. Es algo que la carcome viva, desde adentro, y no va a parar nunca.

Y se da cuenta, entonces, que ha sido una mala amiga últimamente, durante un par de años de hecho.

Porque, ¿cuándo fue la última vez que Judith le habló sobre su familia? ¿Desde cuándo dejó de enviarle mensajes a Judith cada dos minutos? ¿Cuándo fue que Judith y ella se distanciaron tanto?

Judith no le mintió cuando dijo que no estaba enojada con ella, ciertamente no parecía enojada. Colette lo sabe ahora. Judith estaba triste, decepcionada, sintiéndose sola. Porque su amiga de la infancia ahora es solamente una extraña con la que pasa tiempo.

Su amiga de la infancia dejó de ser su amiga hace tiempo. Y tal vez Colette ya lo sabía y se había propuesto el tratar de arreglar su relación meses atrás, ¿pero realmente lo intentó?

Colette no es tonta. Sabe bien que ese sentimiento -ese hueco, ese agujero en su pecho- no se irá nunca. Habrá momentos en los que sea tan débil que ella podrá vivir su vida como si no existiera, pero solamente eso. Pasará el tiempo, y eventualmente tendrá que mirar su torso, y recordará lo rota que está.

Lo débil que es. Lo jodida que ha estado. Lo tonta que ha sido.

Sabe también, que por más que ese hueco la consuma, que siempre habrá gente a su lado; personas dispuestas a poner banditas en sus muñones.

Y no es suficiente.

Nunca lo será.

Pero es algo.

Y es mejor que cualquier cosa que Colette tenga para ofrecerse a sí misma.

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Siempre me acordaría de ti.

Oh.

Y es tonto, tal vez, como ese simple mensaje de Paul hace que el agujero en su pecho se cierre, aunque sea solo un poco.

Y es en ese momento en el que, después de tanto tiempo, mira hacia abajo, y se da cuenta de que ese hoyo que pensó la terminaría consumiendo, ha estado sanando todo este tiempo.

Y no ha cerrado por completo. Y Colette no está del todo segura de que lo haga. Y no sabe que responder al mensaje de Paul.

Pero está bien.

Porque, Dios. Lo feliz que ha sido durante el último mes.

Y Colette sabe y es consciente de lo frágil que es todo esto. La felicidad. Su amistad con Paul, con Elizabeth, con Eric, Anahí. Esta pequeña paz que ha logrado mantener durante unas cuantas semanas. Ella misma.

Pero está bien, incluso si no lo está del todo. Porque finalmente se ha levantado del asiento en el que lleva años sentada. El restaurante está a punto de cerrar, después de todo.

26/Jul/23
04/Jul/24

Dime que eres fan de Taylor Swift sin decirme que eres fan de Taylor Swift.

(14/Oct) es el morado.

Título por "Now That We Don't Talk (Taylor's Version) (From The Vault)" de Taylor Swift.

(Jul/24) Sinceramente no considero que esto esté terminado del todo pero ya no lo quiero en mis borradores.

Tratando de sobrevivir --- recopilacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora