Perdiendo Oportunidades

Capitulo 4.

POV. Daniel.

Mi día va bastante bien, tranquilo, las acciones de mi empresa solo siguen subiendo, los inversionistas dejan de preguntar el porqué el CEO no puede asistir personalmente a las juntas administrativas.

Y para rematar, empecé el día encontrándome a la linda chica del elevador, el recordar que dije en voz alta que era linda hace que mis mejillas enrojecer casi como esta mañana, decido salir a tomar aire para despejar mi mente.

Salgo al pasillo y noto que aquella chica va saliendo del ascensor.

— Hey Charlie— noto algo raro en ella, ni siquiera voltea tiene la vista clavada en el piso,  la observo ir hacia su departamento, pero hay algo raro en su andar, entonces lo noto, va a colapsar

— Charlie, Charlotte— la llamo un par de veces y sigue sin reaccionar, entonces la tomo por el brazo, es entonces cuando reacciona.

Al subir su cara pues ver sus ojos, esos ojos verde olivo, se ven más claros, unos charcos se forman.

—¿Mal día?— preguntó tontamente en un intento de hacerla reir, ain't embargo se queda muda viéndome con sus ojos perdidos, entonces noto una chispa más, no puede sola.

Entonces en un impulso la tomo entre mis brazos tan firme y delicadamente como si al no sujetarla fuera a desarmarse pero al sujetarla muy fuerte se pudiera romper.

Escucho unos sollozos, la siento temblar, y mi pecho se comienza a mojar, duramos dos minutos así,  hasta que noto que alguien sube por el elevador, trato de que nadie la vea.

Entonces al no poder pedirle sus llaves la llevó a mi departamento. La llevo hasta el sillón, hace unos segundos dejo de llorar,  pero no se separo, sin embargo comenzó a temblar, creí tal vez era el frío así que busque una manta.

— ¿Esta mejor?— Solo asiente otro no emite sonido alguno, entonces se me ocurre una idea. El chocolate caliente, arropa el cuerpo como un abrazo al alma.

Desde la cocina noto, que no se mueve, casi como si no respirara, me comienzo a preocupar por el hecho de que es lo que la dejo así, pero aún no me atrevo a preguntar.

Me acerco con la taza de chocolate y se la doy con cuidado.

—Ten esto te hará sentir mejor —noto que aún tiembla levemente— Los problemas se vuelven más pequeños con una taza de chocolate caliente— le digo lo mismo que mi abuela cada vez que yo lloraba.

Escucho un débil y ronco "Gracias", mi corazón se encoge.

- No es nada, sabía que estabas cargando con algo desde que te vi, no me equivoque —no miento, la primera vez que la vi, se veía enojada con la vida, por la manera que refunfuñaba,  pero en cuanto la vi a los ojos ahí tirada supe que era algo más que enojó.

-¿Estas mejor?, te llame un par de veces cuando te vi salir del ascensor, pero no me escuchaste, entonces supuse que algo iba mal.

- No sabia que eramos vecinos— casi suelto una carcajada a su intento de cambiar de tema

- No preguntaste-una pequeña risa se le escapa, y no puedo separar mi vista de ella- Eso es, vez te ves linda cuando sonríes— y ni puedo creer que mi cerebro no tenga filtro contra mi boca, idiota.

Por si reacción adivino que esta incomoda.

- Y... no vas a contarme porque estabas asi- trato de cambiar de tema, antes de que pierda más dignidad,  me siento en el suelo puesto a que todo el rato a murado hacia allá y pueda mirarla de frente.

- Vi a alguien que no quería, en una situación incomoda— comienza, no comprendo ni un poco, y creo que ella lo entiende, así que sigue— Terminé con mi ex hace dos meses, duramos cuatro años juntos, él juraba que yo era el amor de su vida, sin embargo, solo había problemas no podía hacer muchas cosas porque se molestaba, y cualquier cosa que pasaba me culpaba a mi, con él tiempo comencé a disculparme, sin necesidad de hacerlo, yo creía que vivía feliz, pero comencé a cuestionarme y caí en cuenta que solo me había acostumbrado y dejar de arreglarme, a darle la razón, y a sentirme vacía la mayor parte del tiempo, así que tome la decisión y lo deje.