2. Intervención divina ¿o no?

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"¿Me habré muerto...? No, duele demasiado como para haber muerto", fue lo primero que pensé mientras lograba abrir completamente los ojos. La habitación en la que me encontraba estaba adornada con un tapiz que solo podía pertenecer a mi casa, lo que significaba que de alguna forma había logrado sobrevivir al accidente en carruaje. Una vez logré incorporarme sentí como cada rincón de mi cuerpo estaba adolorido, si pudiera volver a dormir, lo haría; sin embargo, necesitaba saber qué había sucedido mientras estuve inconsciente.

Desde el pasillo fuera de la habitación, oí voces que reconocí como las de las sirvientas del ducado Harmonia. El murmullo de sus conversaciones me llegaba entrecortado. Pronto pude escuchar la voz de un médico desconocido para mí.

"Su excelencia, no hay nada más que pueda hacer después de haberle proporcionado el mejor tratamiento hace unos días. Ahora todo depende de la joven princesa", dijo el médico. "Debo advertirles, la princesa se ha herido gravemente en la cabeza, es posible que, aunque despierte, tenga dificultades para realizar sus actividades diarias e incluso podría experimentar pérdida de memoria".

Los sollozos de mi madre llenaron el pasillo, y pude imaginar cómo caía al suelo de la angustia. —"Dianthe!"— la llamó mi padre alarmado, y a la vez intentando consolarla. Luego agradeció al médico y pidió que se retirara. Mi cuerpo se sentía pesado, y aunque deseaba consolar a mi madre, estaba segura de que levantarme de repente solo causaría alarmar a todos. —"Ya lleva una semana así, cariño... ¿Qué pasa si mi niña no vuelve?"— preguntó mi madre, su voz quebrada por la preocupación y el dolor.

Imposible imaginar, en mi opinión, el dolor que sentí en mi pecho en ese momento. Sin embargo, ¿no era esta una oportunidad perfecta...?

Si pretendo no recordar nada, el príncipe probablemente tomará la oportunidad de casarse con alguien que le agrade más, una noble de alto rango que cumpla mejor con sus expectativas de una esposa ideal. Yo, por mi parte, podría volver a pasar mis días con mi familia y Cyno. Pero para lograr eso, necesito convencer a todos de que tengo amnesia, empezando por mis padres.

[. . .]

— ¡Cerise...! 

Había logrado captar la atención de una de las sirvientas, que rápidamente fue a notificar a mis padres de mi despertar. Oí el ''clack, clack'' de los tacones de mi madre, rápidamente aproximándose a la habitación en la que me encontraba, ¿si quiera era posible correr con unos tacones como los de mi madre...? pronto le siguieron los pasos de mi padre y hermanos, hasta que todos pasaron por la puerta de la habitación 

Llanto y suspiros de alivio inundaron la habitación, mi madre corrió a abrazarme y he de admitir que dolió, pero no desee arruinar su momento. Me mantuve en silencio la mayor parte del tiempo, hasta que sentí la mirada de Arzhel sobre mi. —"Cerise... nos recuerdas, ¿cierto?"— Ahi estaba, mi oportunidad de salir de todo este nudo de problemas.

Observé las caras de todos con detenimiento, me miraban expectantes a la vez que fruncia el ceño cada vez más, y finalmente, negué con la cabeza.

— Llamen al médico. —Ordenó mi padre.— esto no puede estar pasando. —La primera etapa es la negación, o eso dicen.

Se discutió en profundidad que se podía hacer en esta situación, mis hermanos tratando de averiguar que podían hacer, mientras que mi madre solo estaba aliviada de que hubiese despertado, y acariciaba lenta y cuidadosamente mis manos. Se discutió aún más en cuanto llegó el médico, mas les repitió una y mil veces que no hay nada que la medicina pudiese hacer para hacer volver mis memorias, que tendrían que explicarme poco a poco quien era yo y quienes eran ellos.

Yo solo ladeaba mi cabeza con una sonrisa, mi yo "amnesica" solo entendía que estaba rodeada de gente preocupada por mi, sin entender realmente que sucedía, o eso es lo que apreciaba mi familia por mi actuación.

— Será mejor que contacten a su alteza el príncipe, padre. —Dijo Fleur, la hermana más joven.— tenemos que contarle de la situación dada su... relación, con mi hermana.

— Tienes razón, Fleur.

Mi padre llamó a su asistente para informarle de todo y le dio la orden de que empezara a enviar cartas a las familias que habían mostrado su preocupación y al príncipe, todo eso mientras se acariciaba la frente tratando de sentir las arrugas que se le estaban formando ya por el estrés.

— Bien, por algún punto hay que empezar... —Oí la voz de mi madre, que se dirigía a mi.— Mi nombre es Dianthe, soy la duquesa de Harmonia, y soy tu madre cariño. —Sonrió amablemente mientras tomaba en sus manos las mías.—

Lentamente y con el pasar de los días todos se presentaron ante la Cerise que no los conocía, las sirvientas estuvieron de acuerdo en acompañarme a todos lados ayudándome a "recordar". Luego, una semana después de haber despertado, recibí su visita.

El momento de la verdad, el momento en que sabría al fin si es que mi plan iba a funcionar y si había valido la pena haberlo llevado a cabo.

El príncipe de Liyue había llegado a visitar la mansión Harmonia.

— Cerise, mi princesa. —Oí a mi padre atentamente.— Ha llegado el príncipe, se que te hemos explicado que debes verlo debido a que estan comprometidos pero...trataré de hablar con él.

Anteriormente había hecho una pequeña rabieta de niña pequeña, preguntándole a mi padre por qué no podía quedarme por siempre con él en el ducado, lo cual había ablandado el corazón de mi padre a sobremanera.

Nos aproximamos a la sala de visitas donde el príncipe esperaba, en cuanto sus claros ojos reflejaron miedo, es como si hubiese visto un fantasma.

— ¿Señorita Cerise...?

— Ah, este... —Comencé mi acto para hacer que el príncipe se sintiera incómodo.— Se supone que nos conocemos, así que... ¿hola? —Solté una risa para disimular, no creo que a él le haya generado gracia.

— Enserio... ¿no recuerdas nada..?

Mi padre se aclaró la garganta y se dirigió a mi luego de saludar al príncipe.

— Cerise, este es el joven Chongyun, príncipe de el reino de Liyue y el que es tu prometido.

Sonreí de oreja a oreja.

— ¡Wow...! ¡es impresionante! —Dirigí mi mirada al príncipe quien aún no parecía salir de su estado de sorpresa.— ¡Es mucho más guapo de lo que imaginé!

Mi padre hizo que nos sentaramos y pronto mi madre llegó a la reunión, y mi padre comenzó a explicar la situación acompañados de una taza de té.

— Su alteza, entenderá que la situación ha sido complicada y no nos negaremos si es que decide no continuar con el compromiso.

El príncipe me miró una vez más, le sonreí, mas su expresión no mejoró, parecía haber tomado una decisión.

— Me gustaría hablar con la señorita Cerise, a solas. —Dijo a la vez que tomaba mi mano.

¿Qué?

Mis padres estaban sorprendidos, y yo al igual que ellos, mas no se negaron y salieron de la habitación llevándose también a los sirvientes.

— ¿Enserio no recuerdas nada...? —Su expresión se mostraba entre preocupada y anhelante, me negué, mostrándome indiferente a la situación.— Comprendo.

Lo vi contemplar la situación unos segundos, sin soltar mi mano, luego se acercó levemente a mi rostro.

— Cerise... —¿por qué estaba usando mi nombre sin honoríficos?— quiero que sepas, no tengo ninguna intención de romper el compromiso.

¿QUÉ?

— ¿Y eso por qué, su alteza? No poseo memorias de nosotros... —Traté de persuadirlo para que desistiera.

— Eso es... —Sonrió un poco a la vez que hacía contacto visual conmigo.— Tu y yo, estabamos verdaderamente enamorados.

... ¿Cómo?

Love Amnesia | Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora