Sounds of someday (Jensen Ackles, Jared Padalecki)

1. El vuelo.

Estaba feliz de volver a mi país por lo menos unos meses y aunque fuera por trabajo, sentía que en serio necesitaba ese respiro.
Llevaba ya seis años trabajando en el extranjero -en Finlandia para ser más específica-, fue muy difícil al principio pero por fin estaba viendo los frutos de mi trabajo ya que mi viaje era por motivos de la apertura de mi segundo estudio de belleza, pero ahora en Austin, Texas. Por el momento aún seguían con construcciones, pero quería tomar unas semanas antes de la apertura para poder relajarme e ir a turistear un poco a diferentes ciudades sin tener que estar pensando en trabajo.

Eran las 6:40 de la mañana, había aterrizado unos minutos atrás en Boston, ya era mi última escala antes de llegar a Austin. Estaba realmente agotada por el vuelo y en lo único que pensaba era en poder comer y beber algo ya que no había tomado nada unas horas antes de bajar. Necesitaba café en mi organismo.
Por suerte en el area de comida encontré fácilmente una cafetería sin tanta gente, así que rápido compre un panini de jamón y un vaso de café para luego poder sentarme cómodamente en una de las mesas del frente.
Aún faltaban un par de horas para mi siguiente vuelo así que me dispuse a tomar mi desayuno con calma mientras revisaba algunas cosas pendientes en mi celular. Noté que se habían escrito ya algunos artículos sobre la apertura del estudio en algunos canales de noticias locales, la gente estaba emocionada por ello ya que me había esforzado tanto en este proyecto a tal grado que sería casi como una escuela de belleza, las personas podrían tomar cursos sobre colorimetría, corte, maquillaje, barbería y algunos más de manera profesional a parte de brindar los mejores servicios de los anteriores, y eso a la gente le ponía muy feliz. Cosa que siempre fue mi objetivo.
Tenía mensajes también de mi familia emocionada por mi llegada, tenía demasiado tiempo sin verlos, y al observar una selfie en el chat grupal de mis hermanos y mis padres listos para ir al aeropuerto a recibirme no pude evitar sonreír. Y como no hacerlo si hasta se habían combinado para la ocasión.
Levanté mi vaso de café aún riendo para después darle un trago, mi mirada pasó de mi celular al frente, tomando unos segundos para explorar con la mirada el gentío de aquel lugar después de aquel delicioso sorbo de café, para mi sorpresa mis ojos chocaron con los de otro hombre, quien también observaba el entorno con un vaso de café en su mano en la mesa frente a mi. Ese instante fue suficiente para darme cuenta que era muy apuesto, sin embargo ambos giramos la vista rápidamente y volvimos a lo nuestro.
Rubio, cabello ligeramente largo con un peinado impecable, barba y unos hombros anchos fue lo que noté en el primer vistazo. Era muy guapo. Quería ver un poco más de detalles, así que discretamente volví a escanear toda mi zona simplemente con la finalidad de llegar a él con la mirada. Mi sorpresa fue que nuevamente chocamos miradas, bueno, al menos yo choqué con la de él ya que parecía como si el hombre llevara unos segundos mirándome a mí.
Fue ahí donde noté sus ojos claros con una mirada profunda y rasgos finos, se notaba que era mayor que yo, aunque muy bien conservado. Llevaba una camisa blanca de botones algo ligera doblada a tres cuartos de sus brazos, unos jeans azules y botas, en cuanto a su físico realmente se notaba que hacía ejercicio, aunque estuviera sentado podia notar eso por sus brazos y sus manos. Me pareció realmente sexy.

—Que brazos...— susurré para mi misma sonriendo  un poco ante mis pensamientos y volviendo a mis asuntos en el celular.
No pasó mucho para que una llamada interrumpiera mis pensamientos, al ver el nombre en la pantalla la emoción invadió mi cuerpo.

—¿Hola?— Contesté con una sonrisa.

—¿Como es eso de que vienes a la ciudad y ni siquiera me avisaste?— reclamó rápidamente una voz ronca del otro lado de la línea —Me tuve que enterar por Evan justo hace unos minutos por que ni siquiera tienes la decencia de avisarle a tu mejor amigo.— pude jurar que estaba haciendo un puchero.

—Se supone que era una sorpresa, Jared, pero mi hermano ya lo arruinó todo.— solté una pequeña carcajada. —Quería ir de sorpresa a tu casa a penas llegara a Austin, aunque prometo recompensar el error de no avisarte... —Mi mirada se posó nuevamente en el hombre apuesto frente a mi al ver como se levantaba de su mesa y me daba la espalda alejándose con su maleta en la mano. ¡Dios! Era bueno en cualquier ángulo que lo vieras. —Iré por ti para cenar en casa ¿esta bien? Ponte guapo.—