.Capítulo 1: Ha vuelto.

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Hola, buenos días, tardes o noches:

Esta es mi primera novela que subo y espero que sea de vuestro agrado. Nunca he echo esto, así que estoy un poco nervios@. Lo primero de todo, gracias por interesarte en mi novela. Sólo quería avisar que es una novela yaoi, personajes falsos pero historias reales. En realidad, no la he escrito yo, sino un amig@ muy tímid@, quería publicarla para dejarle claro que tiene talento para esto, espero que me ayuden para que entre en razón. Cualquier cosa, por favor decírmelo por los comentarios o mensajes privados, sería de mucha ayuda. Gracias a tod@s y espero que les guste.


Y sin más dilación déjenme presentarles una historia fantástica de romance y comedia, amor y desamor... ¡Sólo por ti!






"-Sam, Sam...- una voz empezó a llamarme.

-¿Quién eres?- pregunté buscando la voz.

-Sam...- una puerta se abrió y de allí apareció una sombra.

-¿Hola?- pregunté acercándome a la sombra.

-Sam, te amo.- mis latidos se aceleraron tanto que fuertemente abrí mis ojos." El despertador comenzó a sonar. Me restregué ambas manos por mi rostro dormido.

Me llamo Samuel. Tengo 24 años y trabajo en una editorial de España "Petirrojo". Llevo casi un año trabajando allí y todavía no me acostumbro. Empecé a vivir solo hace tres años con una chica, pero me dejó por un arquitecto y me quedé con la casa.

Desde que me dejó, mi hermana, Elena, viene todas las mañanas a visitarme para ver como estoy.

Como de costumbre, el timbre sonó.

-¡Ya va!- grité desde mi habitación. Salté de la cama y me acerqué al armario. Cogí unos vaqueros azules, unas deportivas y una camisa blanca que se ajustaba a mi cuerpo no muy voluminoso y con las mangas recogidas hasta los codos. Cuando me vestí entré al baño para peinar mi moreno cabello ondulado y lavarme la cara. Bajé hasta el salón de estar cuando el timbre volvió a sonar.- ¡Que ya va, pesada!-dije ya abriendo la puerta.

-¡Venga, las llaves del coche!- fruncí el ceño.- ¿Qué pasa?-

-¿Para qué las llaves del coche?-

-Para arrancarlo.-bufó ella.

-No me digas.-dije irónicamente.-No, ahora enserio.-

-Tenemos que recogerle.-

-¿A quién?-

-¡Mátenme, por favor!- gritó ella, levantando los brazos.- ¿Cómo que a quién? Pues a nuestro primo, al de Inglaterra.-

-Si hace casi 12 años que no lo vemos.-

-En realidad... vino hace dos años.-

-¿Y eso?-

-Al parecer él trabaja en una editorial aquí en España y vino para ver cómo era o algo así y ahora se queda para rabajar... creo.-su tono de voz me preocupaba bastante, pero estaba bastante molesto por el tema.

-¿No nos podría haber visitado?-

-Eso se lo preguntas a él.- miró el reloj de su móvil y abrió sus ojos.- ¡Corre, que llegamos tarde!-cogí las llaves de mi Ford blanco y mi Samsung y salí con las prisas de mi hermana.

Lleguemos al aeropuerto y aparqué sin problemas. Salimos del coche y nos encaminemos a la puerta de recogida.

-¡Que emoción!-dijo ella saltando.

-Tranquila, que es nuestro primo, no es 1 Direction.-me burlé de ella.

-Muy gracioso.-

Pasaron 5 minutos y el avión todavía no había despegado. Un especie de flashback me vino a la mente:

"Tendríamos como 9 o 10 años, más o menos. Estábamos tumbados en el suelo del jardín mirando las estrellas, esa era su última noche allí.

-¿Izan, y las estrellas?-le pregunté buscándolas.

-Las estrellas no se mueven, están quietas, allí en el cielo.-

-¿Y por qué no las vemos?-

-Porque... hay que desear algo para obtenerlo.-

-¿Qué significa desear algo?-

-Quiere decir querer algo con todas tus fuerzas, algo que no podrías alejarte de él porque necesitas para vivir.-

-¿Tú deseas algo?-él me miró como si la respuesta fuese clara, pero en realidad no sabía lo que era. Sonrió de medio lado y se levantó dejándome con la duda toda mi vida."

-El vuelo 323 con destino a España, ya ha aterrizado.-dijo una voz femenina por el megáfono. Elena con los pelos de punta levantó el cartel que ponía el nombre de nuestro primo. Las personas empezaron a salir, pero una de ellas destacaba. Un chico un poco mayor que yo, alto, moreno y pelo ondulado. Llevaba una chaqueta de cuero negra que se le ajustaba perfectamente a su voluminoso cuerpo. Sus vaqueros caían por sus largas piernas cubriendo sus botas marrones medio abrochadas. Se acercó a la cinta para coger sus maletas y empezó a buscar algo. Nuestras miradas se juntaron y le vi sonreír de medio lado.

-Por favor, que no sea él.-empecé a suplicar por lo bajo. Le vi acercándose a nosotros y como el mundo está siempre en mi contra se paró en frente nuestra.

-Hola.-saludó dándole dos besos a mi hermana y estrechándome la mano.

-¡Madre mía!-gritó ella.- ¿¡Pero tú te has visto!?Con lo crío que eras, mira en lo que te has convertido.-le dijo dando un abrazo. Un grupo de chicas adolescentes se le quedaron mirando y comiéndoselo con la mirada pero Elena, que es muy posesiva, empezó a gritar.

-¡Él es mío, perras!- me puse una mano tapando mi rostro avergonzado. Escuché a Izan reírse. Bajé mi mano lentamente y le miré. Su risa era atractiva. No era de una persona que se reía como un cerdo ni risa de un niño pijo. Era... perfecta. Suspiré lentamente... ¿Suspiré... por él? Agité mi cabeza y le vi mirándome de reojo. Miré ambos lados para asegurarme de que me estaba mirando, no había ninguna chica... volví a mirarle y me sonrió... ¿Me había sonreído? Sentí mis mejillas sonrojarse... ¿Estaré enfermo?

-¡Sam!-escuché el grito de Elena en mi oído.

-¡Qué!-le respondí.

-¿Estás bien? Pareces... algo distraído.-

-¿Qué? No, estoy bien... ¿Nos vamos?-pregunté intentando cambiar de tema.

-Claro seguro que estarás cansado del viaje ¿No?- Asintió con la cabeza y luego me miró sonriendo. ¿Me volvió a mirar, tenía algo en la cara? Ambos caminaron delante de mí mientras yo les seguía, encerrado en mis pensamientos.

Solo por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora