capitulo 1

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  Era una tarde comun, en un pueblo ubicado a las afueras de la ciudad.

Isabella era una niña de 10 años que vivía en una casita junto a sus hermanos menores y su madre.

El lugar era muy solitario, con muy pocas casas habitadas y cerca del lugar se encontraba un pequeño bosque, con un hermoso lago con mucha vegetación a su alrededor, y animales que iban a refrescarse.

Ya habían pasado unos días desde que un joven, alto, delgado, tes blanca, ojos verdes, cabello abundante color castaño, de unos 27 años de edad se había mudado a  la casa de al lado , Alicia (la mamá de Isabella) se percata de ese acontecimiento pero no le da mucha importancia. 

El chico era un poco misterioso, no se le veía caminando por ahí, ni saliendo de su casa.

Un buen día, el muchacho estaba tan aburrido que decide acercarse a conocer a sus vecinos, para salir de la rutina de estar todo el día en casa.
 

Al salir mira a su alrededor, y ve niños jugando con un balón de fútbol, y antes de poder moverse golpea sus pies el balón.

Él, con una sonrisa amigable, lo lleva pateando mientras se acerca a los niños, que lo veían con cara de susto.

— Parece que estuvieran viendo un fantasma, ¿apoco me veo tan mal?

Suelta una risa en forma de burla.

— no no, es que... — Exclama la pequeña.

— Oye tranquila pequeña, tampoco es que soy un mounstro, me llamo Victor, un placer conocerlos.

Solto entre risas mientras les daba la mano.

— lo lamento, no podemos hablar con desconocidos.

Antes de que pudieran entrar sale  Alicia a buscarlos después de haber visto la escena por la ventana.

  Con cara de susto los agarra de las manos.

— Pasen mis amores que mami entra en un momento ¿si?.
 
— Si mami — Pronuncia Isabella junto a sus hermanos.

— ¿Que demonios haces aquí y cerca de mis hijos? — Espeta furiosa entredientes.

— ¿Que?  ¿Acaso no te da gusto volver a verme? — Se burla un poco.

— Y te recuerdo que tengo derecho de verlos, ¿quieres que te recuerde porque?

— Ayyy!!! Te odio, debí dejar que te murieras y nada de esto hubiese pasado.

— ¿Te refieres a lo que acaba de pasar con los niños? o ¿por qué lo dices?

— Ash tu sabes porque lo digo, maldigo el día en que te conocí.

— Ay ya, no es para tanto, además eras muy feliz cuando éramos novios, ¿recuerdas?

Pronuncia en tono de burla.

— Por desgracia aun lo recuerdo, y no me siento nada orgullosa de haberlo sido.

Suelta furiosa

— Y ya vete, no quiero seguir viendo tu falso y engreído rostro.

— Uy jajaja cálmate, ya me voy, pero si sigues así te van a salir arrugas.

— Callate estúpido!!!

Se va a su casa mientras ella se percata que no se devuelva.
Entra agitada y un poco enojada aún.

— Mis amores, les pido por favor que no se vuelvan a acercar a ese hombre.

— Pero nosotros no...

— Si, se que el fue el quien se acercó, y estuvo muy bien que no aceptarán darle la mano a un desconocido, pero ese hombre no parece bueno,así que por favor, evitenlo lo más posible.

— Esta bien ma' — Pronuncia uno de los gemelos.

— y si se acerca otra vez? — Pregunta Isabella.

— Entran de nuevo a casa y me avisan, si no estoy cierran con llave hasta que yo venga.

Pone manos a la obra para empezar a cocinar

— ¿Quién me ayuda?

Salen de la cocina corriendo, Alicia se queda pensando en lo que pasó, en ese inesperado reencuentro, sin imaginar todo lo que vendrá junto a esa aparición.

Alicia, Amor Y Obsesión ★las Cosas No Siempre Son Lo Que Parecen★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora