Hay personas que aún creen en las viejas costumbres, otras se adaptaron, y otras solo se mantienen fiel a sus creencias.
Durante mucho tiempo denki estuvo escondiendo un secreto... Un secreto que ni sus mejores amigos lo sabían, estuvo reflexionand...
Un nuevo día comenzaba y con ella las vacaciones de verano, el cielo estaba completamente despejado, hacía sol, el aire estaba fresco, era el día perfecto para ir a la playa. Pero para la UA era perfecto para dormir todo el día, pues no solo habían armado un cine en el patio de la escuela si no que también se había convertido en una fiesta ya que un grupito de amigos se les ocurrió agregar alcohol en el ponche de frutas que tenían junto a la comida, casi todos terminaron con dolor de cabeza a excepción de algunos profesores y alumnos.
Mientras tanto en alguna habitación de la clase 1A, un pelirojo despertaba con algo de molestia, pues las cortinas a pesar de ser oscuras, la tela era delgada y dejaba ver uno que otro rayito de sol, en cuanto su vista se acostumbró, miro a todas partes de la habitación, esta era un completo desastre, no tanto pero si por las prendas que se encontraban tiradas en el suelo, más los envoltorios de comida y la pizza que se encontraba a un lado de la TV que obviamente ya estaba fría y el pan duro, luego volteó hacia su lado izquierdo, en donde quedó enternecido por la forma en que estaba durmiendo su amigo, este estaba acurrucado, abrazando la panista del musculoso que más bien parecía lavadero. Kirishima no pudo evitar sacar una risita y acariciar los cabellos dorados del contrario, aún no entendía el porque se sentía así de extraño cuando estaba con su amigo, pero no se quejaba ya que lo de ayer había sido una experiencia increíble para el y no iba a negar que lo quería repetir otra vez... Y otra vez... Y otra vez... Y otra....
Kirishima se regaño en susurros así mismo para no despertar al pequeño Pikachu que tenía a su lado pero sus esfuerzos fueron en vano al ver que esté lo miraba con total concentración, sentado a su lado con una sonrisa muy animada.
Los dos comenzaron a reír pues era muy cierto pero no era el único, también estaban katsuki e iida pero entre ellos iida era el que tenía más. Cuando dejaron de reír kaminari se levantó de la cama y se puso la otra camisa de ayer pues la que tenía se había manchado por el aderezo de la hamburguesa, se dirigió hacía las cortinas y las abrió de par en par, dejando a Kirishima una hermosa vista de su cuerpo, pues está era blanca y de una tela delgada, y al ser así dejaba ver la silueta de su cuerpo gracias a la luz del sol, en la mente del pelirojo agradecía fuertemente a los dioses del Olimpo por tener a semejante y hermoso ser delante suyo.
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