Unique

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Años estudiando, trabajando por jornadas largas y evitando a gente que no me ayudaba en nada, todo valió la pena para estar disfrutando este momento.

Mina me hizo una señal del otro lado del vidrio para iniciar, me acomode en la enorme silla y esperé a ver cómo Mina presionaba aquel botón verde dando inicio.

[...]

—¿T/N? cariño, despierta que es tarde, preparé el desayuno para ambas.

Al abrir los ojos recorro la habitación notando que estoy en la habitación de nuestro yate, estoy consciente que estamos a un día de casarnos.

Sana estira su mano y toca mi frente buscando indicios de fiebre pero no se trata de alguna enfermedad, puedo verla y sentirla, eso es lo que me tiene completamente atontada.

Ella está tocándome una vez más, sus dedos recorren mi rostro suavemente intentando que diga algo pero las palabras no salen. Mis ojos arden e intento esconder mis lágrimas, no quiero que me vea llorando pero las lágrimas se me escapan.

—¿Estás bien? ¿tuviste un mal sueño otra vez? prometo que si me dices que soñaste que nos separábamos te golpearé, nos casaremos mañana T/N.

Su voz se escucha ronca, una noche antes tuvo su despedida de soltera con karaoke, tiene el cabello suelto y húmedo, como siempre Sana disfrutando darse baños matutinos.

Estire mis brazos y la acerque a mí para hacerla caer sobre mi cuerpo, ella soltó una carcajada cuando las coquillas en su estómago aparecieron.

—¡T/N! basta, debemos desayunar. Estás tan rara.

Reí y detuve las cosquillas, sujete su barbilla y acerque su rostro para darle un suave beso, atrapé sus labios y me esforcé por darle un beso muy dulce.

—Buenos días, Sanita. La pesadilla se sintió muy real está vez, no volveré a dormir si en los sueños te pierdo.

Sana hizo un mohín triste y negó con la cabeza, estoy segura que me reafirmará que nunca me dejará.

—Nunca me iré, jamás te dejaría bonita. —Y ahí está, Sana mintiendo.

No quiero que esto se vuelva triste así que me levanto con su cuerpo aún sobre el mío, mi prometida es tan delgada y liviana que es muy fácil llevarla en brazos. Camine hasta el comedor que está frente a la cabina, al pasar cerca del capitán lo saludo y él me regresa los buenos días.

Acomodo a Sana en su silla y la recorro por ella, el desayuno luce muy bueno pero no confío en que todo haya sido preparado por ella.

—Es demasiado bueno para creer que tú lo preparaste. —me burlé y Sana que me acercaba mi plato hizo una mueca de enojo.

—Es que tuve un poco de ayuda.

Reí ya que sabía que así fue, nos dedicamos a desayunar observando la hermosa vista del mar, sólo mar.

—¿Me contarás por qué llorabas y me mirabas de esa manera? es que no entiendo por qué estás tan sentimental últimamente —Sana siempre queriendo saber todo, se preocupa tanto de que yo esté pasándola mal sin ella poder ayudarme.

—Es normal, soy un caos al saber que mañana serás mi esposa, ¿puedes creer qué logré conquistar a la hermosa actriz? —sus mejillas se tornaron rojas y sus ojitos parecían brillar, gané todo al ver su enorme sonrisa y sus mejillas llenitas.

The place for us » minatozaki sana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora