UN VIENTO DE ESPERANZA

"LA PERDIDA DE LA FELICIDAD"

Felicidad, ¿que es la felicidad?, ¿de qué sirve? Me sigo preguntando con la esperanza de una respuesta lógica que me tenga satisfecha, ¿por qué este sentimiento es tan especial?, solo escucho estúpidos argumentos de gente que no sabe de lo que habla, pero aunque me rehúse por un momento a aceptar lo que sentía, él llegó trayendo felicidad con la misma personalidad que tenía aquella que me la arrebato.

Las personas que le rodean siempre se ven felices, siempre sonríen de un modo único que demuestra la pureza en su personalidad reflejándose en sus ojos, ella era contraria a mí, siempre he visto mi rostro inexpresivo, nunca mostré una pizca de felicidad. Pase por insultos al pensar y actuar diferente a los demás, los escuchaba decir a que me odiaban por ser quien era, me inundaba el desagrado y en lo último que podía pensar era en ser feliz. Era lo contrario a la felicidad. Abrumada se lo contaba a mis padres. Ellos eran las personas más alegres, buenas y puras, ellos eran mis dos estrellas, en una noche fría y radiante, mis padres entraron a mi cuarto para platicar
-Hija mía, que las palabras de aquellas personas malas no te afecten. El ser diferente al resto te hace única, eso te vuelve el tesoro más importante para nosotros-dijo mi madre con una mirada llena de amor-
-Recuerda, hija mía, tú eres única, siempre tenlo presente.

Con esas palabras me quedé dormida con una sonrisa de calma y seguridad. Tenía a mis padres y su amor incondicional. Después de un rato desperté de un salto de miedo al oír los gritos provocados por mi padre, baje rápidamente hacia el primer piso hasta que vi a los dos ladrones forcejeando con mi padre mientras mi madre estadía en una crisis nerviosa, se quedó en una esquina llamando a la policía. Mi madre me vio y quiso decirme que me alejara. Mi respiración faltaba a cada instante, solo daba un paso hacia adelante para estar con mi madre cuando uno de los ladrones me toco el hombro, le mire en estado de shock y observe como el cuchillo era alzado lentamente para acusarme una herida mortal; mi cuerpo no respondía, mis manos sudaban y de mis ojos brotaban lágrimas clamando auxilio. "Ayuda", decía a mis adentros queriendo gritar, el cuchillo bajo rápidamente, cerré los ojos y esperé lo peor, pero al momento de abrirlos pude ver como mi madre se metió entre el ladrón y yo recibiendo la puñalada que me habían dirigido, por mi rostro cayeron pequeñas lágrimas ardientes como sangre llena de dolor, mi padre vio a mi madre con el cuchillo incrustado en su abdomen y con rayones profundos en sus brazos; Aparto al ladrón que lo retenía de un solo golpe haciendo que este se golpease fuertemente en la cabeza, desató un gran charco de sangre en el suelo, su muerte fue al instante, se acercó a mi madre con afán hacia ella. Siendo confrontado por mi padre, el ladrón quería volver a hacer una jugada sucia, pero mi padre lo esquivo dándole una pequeña prueba del dolor que estaba causando en él apuñalándolo en el hombro, mientras que el ladrón se retorcía de dolor en el piso mi padre se acercó a mi madre solo para notar toda la sangre que mi madre perdía a cada segundo que pasaba, el ladrón logró escapar al escuchar las breves sirenas de la policía, pero ella no tendría salvación por la cantidad abrumadora de sangre perdida, llorando sin más me acerque a mi madre.
- Luna, lo siento, no podré verte crecer, no iré a tu boda, lamento ser tan mala madre, te dejé con solo 12 años - Después de estas palabras, poco a poco más cálido tomé la mano de mi madre mientras la perdía.
- ¡no digas eso!, no tienes que disculparte, fuiste la mejor madre del mundo, llenaste mi vida de felicidad, por favor no me ruegues. No te disculpes – grité, y mi madre agarró mi mano con las últimas fuerzas que le quedaban.
-Gracias por ser mi hija, te amo... -susurró-su mano cayó ligeramente al piso y esos ojos bellos perdieron rápidamente el brillo hermoso y único que delataba el alma pura de mi madre. La policía entró y presenció la escena donde mi querida madre ya no estaba en este mundo, solté un grito de dolor, mi padre se apresuró a abrazarme y con ello la única persona que me dio a entender lo que era ser feliz ya no estaba conmigo dejando un inmenso dolor, pero no se fue sin antes dejar esa sonrisa bella que delataba su dulce y cálido corazón, abrace fuertemente a mi padre sosteniendo la fría mano de mi querida madre.

La policía intentó contactar con el ladrón, pero no pudo hacerlo. Mientras sostenía la mano de mi madre, noté su anillo de plata, lo agarré con todas mis fuerzas, me levanté y me acerqué a uno de los policías mientras mi padre me miraba desesperado.
- ¡Tonto! ¡Mi madre murió por su incompetencia! ¡Mierda, no está bien! - Dejé escapar un profundo grito de dolor, mi padre corrió hacia mí y tomó mi mano, de repente aparté su mano, mientras el policía bajaba la mirada, sus compañeros me miraban con mucho dolor.

- Por su culpa, mi madre... -
- Perdón - el oficial de policía expresó su indignación llorando como nunca en la noche en la que las estrellas brillaban, y nunca percibí que ellas eran conscientes de la presencia de un charco de un líquido rojo carmesí que se esparció y que mi rabia no dejaba de aflorar.

 

E.P: #1