UN VIENTO DE ESPERANZA

    "UNA IRA INCONTROLABLE"

Al bajar del bus, mi abuela y prima me recibieron con los brazos abiertos, me abrazaron fuertemente, siendo lo suficiente para incomodarme, por mi rostro inexpresivo y mirada de disgusto que se alejaron rápidamente, mi abuela me mostró la casa y como funcionaba las reglas de esta misma me mostraron mi cuarto el cual era muy lindo, tenía una ventana que me mostraba la vista al pateo, mi cuarto estaba al lado del de mi prima "Sol". Dado unos minutos la abuela se retiró de la habitación a preparar la cena, por lo que decidí desempacar todas mis cosas, mientras me encontraba ya con lo último Sol entro a mi cuarto para avisarme que la comida ya estaba servida

- ¿te ayudo? - pregunto aún de pie en la puerta de mi cuarto, le asentí con frialdad sin mostrarle importancia, Sol me ayudo a desempacar una caja llena de libros que traía conmigo, mientras ella sacaba los libros, vio la carta y mostrándomela pregunto que si quien me la regalo, le arrebate la carta de la mano y con mirada irritada respondí:

- eso no tiene porque importante - baje a cenar y ella se quedó atónita en mi cuarto sin tener ni la remota idea de mi comportamiento el cual yo tampoco comprendía, entre a la cocina tomando asiento en la mesa, Sol sin mirarme tomo asiento, la abuela con emoción puso la comida en la mesa y con una sonrisa sirvió mi comida, note que solo comimos las tres, ya que mi prima fue abandonada por sus padres y la abuela la acogió para que no llegase a un orfanato, y mi abuelo murió recientemente en un accidente automovilístico a sí que me sentí fatal por lo que hice en el cuarto así que cuando termino la cena me acerqué a ella queriendo disculparme

- no pasa nada. A de ser muy valiosa - con sonrisa y mirada brillante me respondió, tome asiento a su lado en la mesa y le conté lo de mi madre aló que ella me contó su historia.

- Cuando nací no fui muy recibida por mis padres, porque ellos no deseaban un bebe, dado que solo tenían diecisiete años. Al cumplir un año cada que le dirigía la palabra a mi madre, ella me gritaba y me solía abofetear, mi padre tendía a defenderme por qué sabia que eso no estaba bien, pero él nunca me miró con amor. - se detuvo y con mirada clavada al piso y con una sonrisa y labios temblorosos retomo - Cuando le decía papá, él me decía que si yo no existiese él no sería papá, cuando cumplí cinco años mi padre llego ebrio a la casa y al mirarme me grito "que todo era culpa mía", "que si tan solo no hubiese nacido su vida no sería un caos", mi madre se metió en el medio porque mi padre me trato de abofetear, pero mi madre lo detuvo - lágrimas salieron y su voz se quebrantó, pero no dejaba de sonreír mirando al piso, Sol respiro hondo y con una sonrisa prosiguió - Cuando pensé que todo se calmó, él le gritó a mi madre que era una cualquiera y que esa hija no era de él, mi madre no se contuvo y lo abofeteó. Frente a mis ojos, él miró a mi madre con rabia y le devolvió la bofetada con fuerzas, por lo que ella cayó al piso con sangre en la boca y una mirada de miedo. El siguiente dolor de mi madre fue una patada en el abdomen y siguió golpe tras golpe yo...me metí pidiéndole llorando que se detuviese, pero... Mi padre me agarro para ahorcarle en el aire. Estando a punto de darme por vencida porque sentía que mi vida no era más que sufrimiento y agonía. Abrí los ojos rechazando esa idea por mí misma cuando mire a mi madre que se levantó sangrando para protegerme, pero con pocas opciones miro él cuchichió en el mesón, lo tomo acercándose lentamente, estando en donde le daría su golpe lo apuñaló por la espalda, mi padre al sentir el dolor me soltó dejándome caer al piso, con las últimas fuerzas que le quedaba se lanzó para atacar a mi madre, en un acto de shock jale la alfombra haciendo que mi padre callera al piso golpeándose la cabeza. Mi madre no dudó dos veces para arrimarse encima de él para apuñalarlo consecutivamente en un mismo lugar, cada apuñalada que ella dio fue un golpe que él le aventó. -

Lo último que me dijo fue que a su madre no la metieron a prisión porque lo que ella cometió fue en defensa propia, su madre decidió irse de España para Estados unidos, pero ella no quiso irse con su hija a sí por lo que ella vio mejor abandonar a su hija para no tener que recordar lo vivido, a sí que la abuela le pidió que se la diese por el hecho de que ella si la criaría con amor y valores su madre no se despidió solo lanzo una mirada de dolor, sol al ver este acto le grito "adiós mamá" su madre se puso a llorar al oír estas hermosas palabras y con ello ella se fue para nunca regresar.

Al terminar de decirme eso, note que estaba llorando, sintiéndome familiarizada con el dolor, le dije no estando muy segura:

- a mi parecer tu madre te amo - Sol al escucharme se estremeció, y en sus ojos pude ver un rencor 

-¡si me amara, no me hubiese dejado atrás! - dijo levantándose de golpe y con voz furiosa y sonrisa borrada 

-pero mira lo que tienes gracias a ese paso en falso, una abuela fabulosa que daría la vida por ti y una amiga que te entiende por lo que estás pasando - dije levantándome abrasándola y mirándole con comprensión 

-¿una amiga? - pregunto secando las lágrimas que de sus recuerdos habían brotado

-sí, que estará contigo - Sol mostró una mirada de felicidad recibiendo él abrasó que le ofrecí.

Esa noche no pude dormir del dolor y la ira que sentía en contra de los padres de Sol gire mi cuerpo con disgusto mirando fijamente a la pared que unía el cuarto de sol del mío, dolía creer que una dulce niña de tan solo catorce años pudo vivir tal sufrimiento en una edad tan temprana, pero me seguía haciendo las mismas preguntas una y otra vez ¿Por qué la madre de sol se tuvo que ir?, ¿por qué no se quedó con ella?, ¿su padre por qué le dijo que era una cualquiera?, ¿será que tenía razón cuando dijo que no era su hija?, todas esas preguntas rebotaban en mi cabeza una y otra vez a tal punto que quede dormirá, sentí que alguien abrió la puerta de mi cuarto, medio abrí un ojo solo para darme cuenta de que Sol entro a mi cuarto, sé acercó a mi cama para susurrarme algo realmente lindo
-eres única -
con esas palabras que llegaron a lo profundo de mi corazón con un suave beso en la frente de buenas noches como los de mi bella madre.