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yeonjun terminó comprando un par de jeans de color rojo (que no estaban sueltos como los que él había llevado a la fiesta de félix) y una camisa a rayas a juego que parecían... normal. Incluso se la compró en una tienda llamada 'forever 21' y en realidad gastó menos de veinte wons en él.
el sol ya se había puesto en el momento en que decidió caminar hasta su casa (había comprado un té helado en starbucks). a yeonjun le daba un poco de miedo caminar por el parque solo por la noche, pero tenía el 999 en la marcación rápida.
podía ver a una pareja de ancianos en uno de los bancos, de la mano y hablando, y yeonjun se preguntaba si ryujin y él iban a terminar así. probablemente no. pero tenía que hacerlo, porque ella siempre ha estado allí, y sería muy difícil encontrar a alguien más en un corto período de tiempo. y definitivamente no necesitaba a nadie más. le gustaba su situación con ryujin.
pasó junto a otro hombre sin hogar durmiendo en un banco y arrugó la nariz, mirándolo a lo lejos por lo mal que olía.
sin embargo, yeonjun se detuvo de repente, porque vio a alguien sentado en un banco a la derecha, donde se suponía que debía girar a la izquierda. era soobin, una vez más, sentado en el banco, a lo largo, estirado, mientras se recostaba contra el asiento fumándose un cigarrillo.
se mordió el labio y caminó, porque sería muy probable que soobin ni siquiera lo reconociera. pero lo hizo, porque tan pronto como el chico tatuado levantó la cabeza para ver de quién eran los pasos, levantó las cejas, como diciendo "esto debe ser bueno". eso puso a yeonjun un poco furioso.
—no deberías estar caminando solo a estas horas de la noche —soobin le dijo tan pronto como estuvo al alcance del oído, y luego se detuvo justo en frente de él.
yeonjun debería simplemente haber seguido caminando, pero no, tuvo que parar porque era un idiota.
—yo podría decir lo mismo de ti —yeonjun caminó hacia atrás y apoyó una mano en su cadera, sintiéndose orgulloso de su reaparición.
—yo puedo cuidar de mí mismo, tú sin embargo, te quedas boquiabierto al ver a dos chicos tocándose los labios.
oh. así que había oído su grito de asombro no tan silencioso hace unos días.
yeonjun dio un paso atrás porque el humo se estaba poniendo en su cara y no quería que su abrigo burberry apestara a humo.
—no arruines esos zapatos caros, siéntate —dijo soobin y palmeó el lugar junto a él.
—prefiero no hacerlo —respondió yeonjun—. tu humo es bastante innecesario.
soobin no le hizo caso, sus ojos cayeron en su bolsa de compra.
¿estaba pensando en robarlo? yeonjun esperaba que no, porque soobin tenía razón, yeonjun realmente no podía defenderse.
