Capítulo 8

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Con un constante malestar recorriendo su cuerpo y una angustia que impedía que el dolor desapareciera - NO KOKO!! - Gritaba el Haitani levantándose de golpe al recordar como lo último que vio antes de quedar inconsciente fue al peliblanco sometiendo al ojiverde.

- Tranquilo, abriras la herida - Comentaba una voz femenina que logro llamar su atención - Eh, ¿Quién eres tú? - Exclamo alarmado al no percibir la direccion de donde provenía esa voz.

Sin ocultarse más la chica se acerco a la luz dejando ver a una mujer rubia y con una piel blanca, pero lo sorprendente fue el parecido tan cercano que tenía con su amigo Inupi - Inupi? - Dijo tratando de ponerse de pie pero logrando solo caer al suelo.

- No, no se de quien hablas, yo soy Thouru - Respondió aquella chica dándole la espalda para salir de esa habitación - Jamás escuche ese nombre además recuperate pronto para que largues de aquí - 

A tales palabras el Haitani levantó la mirada notando como la frialdad de esa mirada perdida que tenía la chica era lo puesto a Inupi, pero sin duda esos ojos verdes llenos de decepción y sufrimiento así como la desilusión de  la vida los hacía más semejantes.

Mientras caía la noche, los sueños y nuevos deseos de salir y buscar venganza volvieron a aparecer, pero no eran más que ilusiones, pues sin fuerzas, ni esperanzas de poder ir en contra del único jefe de a organización criminal y salir con vida era algo imposible para una sola persona.

Al amanecer Rindou se levantó y cambió su ropa, al salir de esa habitación noto como se encontraba en frente de una costa, al mirar más a su alrededor aprecio que estaban en una pequeña cabaña rodeada de árboles ocultando su presencia - Linda vista no crees - Decía aquella chica apareciendo a su lado.

- ¿Por qué vives aquí sin nada ni nadie? - Cuestionaba el pelilila tomando asiento en la arena mientras el sol salía lentamente.

La rubia suspiro y miro el horizonte lejano, la decepción y la soledad adornaron su mirada así como cohibieron su postura firme - Una vez lo tuve todo... Era feliz con mi familia, amigos y  mi vida..  pero las cosas no perduran lo perdí todo y me quede sin nada

Sintiendo una presión en su pecho el Haitani le miró, ciertamente todo su cuerpo mostraba que había estado viviendo en el sufrimiento por un largo tiempo, su cuerpo estaba muy delgado, su rostro tenía cicatrices que jamás desaparecieron y sus pies y manos tenían marcas de haber sido atados hasta el punto de perforar la piel.

- Te entiendo, yo también lo perdí todo, no te culpo de haber elegido este estilo de vida - Con una leve sonrisa la chica le tomo finamente las manos - Ni yo me culpo, ya no -

Rindou suspiro y se puso de pie caminando hacia la costa hasta cubrir la mitad de su cuerpo - Pero esta no es vida para mí, yo lo haré pagar por todo - Sonrió hacia la chica que sin darse cuenta comenzó a llorar y a tener un ligero brillo en sus ojos pues la esperanza había regresado.

- Sálvalo, salva a mi hermano... Salva a seishu!! - Sollozaba la chica inclinándose en muestra de suplica a lo que el haitani sonrió y regreso - Lo haré Akane- San - Afirmó decidido de salvar a su amigo y así enmendar sus errores.

Por otro lado regresando a su pesadilla, Inupi salió del hospital, Koko no permito que reposará en el hospital o que fuera atendido por mas tiempo, solo justificó su decisión con una serie de palabras algo crueles "Si su destino es morir que lo haga, pero si quiere ver a su hijo crecer deberá luchar por su cuenta".

Cuando recién llegaron a su casa, koko se encargo de que Inupi fuera atado de los pies mientras aun estaba inconsciente asa como que preparaban su habitación con todo lo necesario para un bebé, mientras que él se encargaba de Mikey quien finalmente firmaría todo para hacerlo jefe de todo.

Poco después notificaron que Inupi había despertado por lo que fue a su lado - ¿Ya decidiste el nombre? - Cuestiono Koko entrando a su habitación donde se encontraban Inupi y su hijo - Si, ya lo había decidido antes

Koko tomo asiento en la cama hasta acercarse y apreciar a su hijo, un pequeño niño de piel blanca, un cabello oscuro y unos ojos negros - Será Kuro - el peliblanco sonrió tomando al niño entre sus brazos - Es muy parecido a mi, ¿No lo crees? - Cuestiono con un poco de felicidad y nostalgia.

- Si ya lo veo - Respondió Inupi tratando de poder sostener a su hijo pero tal deseo le fue negado pues el peliblanco se alejó mas - Koko, debo darle de comer, damelo - Suplicaba al escuchar el llanto de su pequeño.

Al ver esa sensación de temor en el rubio, Koko noto como su hijo sería una buena ventaja para poder tener a su omega sin importar la situación - Antes de eso quiero decirte algo, Inupi - Dijo dejando al niño sobre la cuna y acercarse al rubio.

- Nunca dejare que me dejen, primero los mataré antes de permitir que se vallan de mi lado, entendiste - Advirtió tomándole de la mano hasta hacerlo caer de rodillas frente a él.

Inupi solo bajo la irada dejando la vista hacia su hijo que descansaba en la cuna - Koko, te lo suplico no lo hagas.. no a él - Con molestia el peliblanco bajo a su altina donde le jalo del cabello - ¿que insinúas? -  Cuestiono enfadado.

- Dejalo ir, llevalo a una institución o con alguien más, no lo dejes crecer en este infierno, te lo suplico - Repetía una y otra vez mientras lloraba y con la esperanza de tocar el corazón del peliblanco pero al levantar la mirada y toparse con los ojos vacíos de koko noto lo contrario.

Koko suspiro poniéndose de pie y acercarse a tomar a su hijo - Enserio me pides que me aleje de mi hijo, que cruel... ¿Acaso no notas que con él aquí me aseguro de que estés a mi lado sin importar que? - La risa de Koko estremeció al rubio que no sudo en querer moverse pero al tratar de hacerlo noto como se encontraba atado con grilletes en los pies.

- Así que si quieres que no sufra este "infierno"  tendrás que ser  un buen esposo y seguir mis ordenes - Menciono apuntando con un arma a su hijo - No lo harías - Respondió Inupi preocupado pero pareciendo firme - No me retes

Inupi noto como había quitado el seguro del arma y se arrodilló ante él - Lo siento, mi conducta no es la adecuada, asi que dejalo pro favor - Suplico tembloroso.

Koko sonrió y dejo al niño en la cuna para tomar a Inupi y llevarlo a la cama - Así me gusta - rio mientras comenzaba a tocarlo, le importaba menos su estado, su deseos y todo lo que pensara el rubio pues ahora nada podía detenerlo.

Rindou había muerto, Draken había sido enviado al extranjero, sus amigos convencidos de la muerte del rubio, Mikey ya había renunciado a su vida y ahora había entregado todo a koko e Inupi haría lo que fuera por su hijo, todo perfecto.


☬ ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE ☬ KOKO X INUPI ✧⁠ OMEGAVERSE✧⁠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora