~ Prólogo

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¡Un golpe de amor!

- Prólogo -

Coloca sus manos tras sus muslos y se sienta con cuidado sobre el taburete. A ver... Primero, refrescaría su rostro un poco con su skincare. ¡Y después secaría su cabello! Hoy era un día importante. Porque si es un día importante para Aether, ¡naturalmente para ella también! Con ese entusiasmo inicial, se mira al espejo. Comenzará con la crema hidratante.

No hará nada cargado, ¡ni siquiera era su estilo! Algo de crema, exfoliante y un bloqueador solar con un poquito de color. Cuando el resultado le agrada, toma el cepillo y comienza a desenredar su cabello. El sonido de alguien tocando su puerta la hacen pausar la música un momento. Se gira un poco y mira hacia esa dirección. En realidad, la puerta estaba abierta, pero Aether nunca entraba sin permiso a su habitación. La observó desde el margen de la puerta, con una gran sonrisa en sus labios. Muy su hermano y todo, pero incluso ella puede darse cuenta de por qué era tan popular. Irradiaba un aura bastante agradable, enérgica. Como si verlo te hiciera pensar al instante "Podría hacerme su amigo, de hecho me encantaría ser su amigo." Y, bueno, la historia era un poco diferente con las chicas por supuesto. Aparentemente, su hermano era guapo. ¡O al menos eso dicen sus amigas! Él tenia una mano en el margen de la puerta, el torso ligeramente adelantado dentro de la habitación, pero con los pies bien fijos en el corredor. Su larga trenza quedaba colgando por encima de su hombro, húmeda por el reciente baño.

— ¡Hey, Lumi! ¿Prefieres la ternera hervida, o dorada?

Respondió sin dudar;

— ¡Hervida!

Aether asiente y gira su cuerpo, dispuesto a volver a la cocina para retomar su labor.

— ¡Bien! ¡Hervida será! Eukh. —Aether iba a avanzar pero se frena a sí mismo antes de si quiera dar el primer paso. Vuelve a girarse, y naturalmente Lumine vuelve a darle su atención. — Oye, ¿crees que ese tal Ajax sea realmente un tipo tan duro como dicen?

— Umh... ¿Tal vez? ¡No lo sé!

Sentía los nervios, y la emoción, de su hermano. Lo único que sabían de su rival de esta temporada era su nacionalidad, extranjero como ellos. Venía de un país con una historia dura, y que internet se había encargado de hacerlos ver como tipos más duros todavía. Rusos, hombres increíblemente altos, tan rudos como para nadar en hielo y verse increíblemente bien con atuendos militares, una cerveza en la mano y menos veinte grados en el exterior. ¿No era aterrador? Aether suelta un quejido que hizo que Lumine se riera y finalmente se fue a la cocina de nuevo. Entonces, Lumine vuelve a girarse para encarar su reflejo en el espejo, con el cepillo aún en su mano.

El rival de Aether... Su rival en la final de judo en la categoría mediana.

Judo, huh.

Qué nostálgico.

Las memorias que Lumine tiene con el deporte eran una de aquellas... historias complicadas.

Desde muy joven, se le inculcó que debe ser una persona disciplinada. No vino sola a éste mundo, nació apenas tres minutos después de su hermano mayor. Y, como hijos de un medallista retirado, naturalmente la educación de sus hijos incluyó actividad física desde muy temprana edad.

Cuando eran niños, eran solo caminatas. Las primeras prácticas lanzando un balón, primero con las manos y después pateándolo, en el parque local. Ejercicios hábilmente disfrazados de juegos que recuerda todavía con mucho cariño en su corazón, como "Atrápame" y los pasamos. Pero cuando los niños comenzaron a ser más conscientes del mundo infinito de posibilidades, y también más energía, conocieron lo que eran los deportes en equipo.

¡Un golpe de amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora